Carme Solé gana por segunda vez el Premio Nacional de Ilustración
La artista catalana obtiene el galardón, el primero fue en 1979, por toda su trayectoria profesional
“Cuando yo tenía dos años mi madre se puso enferma de tuberculosis. A los nueve falleció”, esa experiencia ha marcado, explica la ilustradora Carme Solé Vendrell (Barcelona,1944), toda su obra. La reflexión sobre temas tan profundos como la muerte de un ser querido a una edad muy temprana puede parecerle a alguno excesivo para la comprensión infantil, pero asegura Vendrell: “hay muchos niños que buscan en los libros respuestas a preguntas que los adultos no son capaces de ofrecer”. Han pasado 60 años de la trágica experiencia y hoy ha sido galardonada por el trabajo de toda una vida con el Premio Nacional de Ilustración, otorgado por el ministerio de Educación, Cultura y Deporte por su calidad de “faro” en el mundo de la ilustración del libro infantil y otros géneros. Es el segundo en su carrera.
“Esta vez ha sido muy distinto. El anterior premio, en 1979, fue por unas obras en concreto: El niño que quería volar, Peluso y la cometa y Pedro y su sable. Ahora es por mi trayectoria. Sabe diferente. Siento mucha satisfacción porque se reconozca todo el trabajo que he hecho”, explica la ilustradora por teléfono desde su casa de Barcelona, mientras su móvil no deja de sonar, unos para felicitarla y otros para entrevistarla.
Además, ha asegurado en una entrevista a Europa Press: "Pertenezco a una generación de ilustradores que ha influido mucho en la Ilustración. Siento que este premio es un reconocimiento a toda una generación”.
Para la artista, su niñez es un periodo muy importante para entender su obra. Con relación a la figura de su padre, recuerda cuando de pequeña le veía irse al teatro a ensayar lecturas y a veces le acompañaba. Esas experiencias la ayudaron a adquirir una conciencia especial de la sociedad y del papel que jugaría como miembro. “Es más importante que uno mismo, y por eso mi trabajo sigue esa línea. Creo que soy muy consecuente con mi forma de pensar” asegura.
Este compromiso social se ve reflejado en sus ilustraciones. La luna de Juan es uno de sus trabajos más importantes, ha sido traducida a varios idiomas. El tema principal es la muerte y la forma de afrontarla. Supuso para la artista catalana un salto a la escena internacional. Ha publicado varios libros cuya temática se centra en niños que viven en la calle, como Los niños del mar, con la intención de remover conciencias. “Vivimos en una sociedad global. Los problemas de uno son los problemas de todos”, asegura Vendrell y recuerda cuando en los años 80 viajó a Siria: “Por aquel entonces era un país próspero, hermoso y culto. Ahora está destruido. Estas son las influencias de la propia vida”.
La ilustradora opina que no se puede hablar de lo que no se sabe. “Para expresar lo universal hay que tener consciencia de lo local”, reflexiona y explica que los problemas de uno, suelen ser los de todos. Por lo que la mejor influencia que puede tener un artista está en su propia experiencia vital.
Además de recibir el Premio Nacional de Ilustración, en 1981 se le concedió el Premio Lazarillo por las imágenes de Raspall (Cepillo). Otros reconocimientos destacables a lo largo de su carrera han sido: Janusz Korczak (1979), Catalònia (1984), Critici in Erba (1992), Octogone la Fonte (1992) y Creu de Sant Jordi (2006).
El jurado que la ha premiado estaba presidido por Teresa Lizaranzu, directora general de Política e Industrias Culturales y del Libro, y ha estado compuesto por Mónica Fernández, subdirectora general de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas; Emilio González Urberuaga, galardonado en la edición de 2011; Berto Martínez por la Asociación Profesional de Ilustradores de Cataluña; Aitana Carrasco por la Asociación Profesional de Ilustradores de Valencia; y Paul Coulbois por la Asociación Profesional de Ilustradores de Madrid.
Asimismo, también han formado parte Almudena Aparicio por la Asociación Gallega de Profesionales de la Ilustración; Alex Orbe por la Asociación Profesional de Ilustradores de Euskadi; Mariona Cabassa por la Federación de Asociaciones de Ilustradores Profesionales; Reina Duarte por la Organización Española para el Libro Infantil y Juvenil; Leticia Azcue por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando; Mª Eugenia Maraval por el Centro de Estudios de Género de la UNED; y Mario Suárez por el ministro de Educación, Cultura y Deporte.
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