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Sandra Bullock: “Con ‘Gravity’ ha renacido mi ilusión por hacer cine”

La actriz estadounidense dice haber redescubierto la pasión por su profesión dentro de la escafandra de la astronauta Ryan Stone, su personaje en la última película de Alfonso Cuarón.

AP

Desde hace años, en la oficina de Sandra Bullock (Arlington, Virginia, 1964) se repetía siempre la misma frase: “Cada vez que llegaba un guion que nos gustaba, decíamos: ‘¿Crees que Alfonso Cuarón lo dirigirá? La respuesta siempre era no”. Así explica la actriz la admiración que siente por el director mexicano y sus ganas de trabajar con él. “Siempre uso sus películas como ejemplo del cine al que deberíamos aspirar”.

Por eso, el día que le dijeron que Cuarón iría a su casa para ofrecerle el papel de la astronauta Ryan Stone en Gravity, la primera película del mexicano en siete años, Bullock no se lo creía: “¿Que Alfonso va a venir a Austin?”, recuerda entre risas. Hasta el rancho texano en el que vive alejada, geográfica y mentalmente, de Hollywood desde que en 2010 decidió tomar un descanso tras su aireado divorcio de Jesse James y la adopción de su hijo, fue a verla el director de Hijos de los hombres. “Hablamos de la emoción del personaje, de la historia. De lo único que no hablamos fue de cómo haríamos la película”.

No, porque ni Cuarón tenía claro el cómo. La mayor parte de los casi cinco años que ha estado preparando Gravity se dedicaron a buscar la tecnología y los trucos necesarios para contar esta “experiencia visual que es un catártico viaje existencial”, en palabras de Bullock. “Todos los días luchábamos contra algo y te alejabas cada vez más de tu zona de confort”.

Para ella supuso meses de entrenamiento físico, de reforzar su cuerpo para responder a lo que Cuarón le pidiera y no hacerse daño cuando se movía colgada de 12 cables que dirigían titiriteros. “Sobre todo hice danza. Los movimientos para imitar la gravedad cero eran como el ballet. Además, quería parecer fuerte, más una máquina que femenina o maternal”, dice la actriz, que, casi dos años después del rodaje, aún conserva esa figura atlética. “Lo peor fue trabajar con mi respiración”.

Metida en el traje de astronauta a la deriva en el espacio o dentro de la estación, una de las principales herramientas interpretativas de las que se tuvo que servir Bullock para transmitir su estado de ansiedad era la respiración. O más bien la hiperventilación. “Es una parte fundamental del personaje, de quién es, de lo que está sufriendo. Pero odié tener que repetirlo tantas veces”.

Encerrada la mayor parte de los tres meses de rodaje en la caja de luz que el director de fotografía ideó para recrear la “luz sin filtrar que hay en el espacio”, Bullock se preparaba para cada escena escuchando su respiración, canciones o las indicaciones del director. “Sandy”, dice la actriz con tono irónico e imitando el acento mexicano. “Cada vez que lo decía significaba que tenía que repetir algo”, dice entre carcajadas hoy, aunque no hubo nada divertido en la experiencia “claustrofóbica” de aquel rodaje. Ni siquiera cuando estaba allí su viejo amigo, coprotagonista y famoso bromista George Clooney.

Solo hubo una vez que Sandra Bullock no oyó “Sandy”. Fue en el rodaje de la escena clave de Gravity, cuando ella entra en la estación espacial y mientras se desprende del traje empieza a girar, como un embrión en el útero materno. “Esta película habla del renacimiento personal, de cómo renaces de las adversidades, y por eso esta escena era fundamental. Yo no quería decepcionar a nadie, quería que fuera perfecta”. Le costó seis tomas, pero a la sexta… El silencio. “Cuando no oí el ‘Sandy’, lo supe, lo había logrado y empecé a llorar”.

Siguiendo las normas no escritas de Hollywood, como actriz de 49 años Sandra Bullock estaría a punto de ver acabar su carrera. “La industria está cambiando. Lentamente se han dado cuenta de que las mujeres también somos rentables y cada vez más consiguen papeles que normalmente irían a hombres”. Como habría sido la policía que interpreta en la taquillera comedia Cuerpos especiales (estreno 25 de octubre) o el desafío que ha superado con Gravity y que está viviendo como un renacimiento de su carrera. “No por el tipo de papeles que puedan llegar, sino por algo más personal. Con Gravity ha renacido mi ilusión por hacer cine”.

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