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OBITUARIO

Mario Porcile, fundador del Festival de Ballet de Nervi

Se interesó por la danza moderna, la española y el ballet flamenco

Mario Porcile con Alicia Markova, en 1955.
Mario Porcile con Alicia Markova, en 1955.

Mario Porcile, una de las figuras fundamentales de la promoción de la danza y el ballet en Italia en el siglo XX, murió el pasado día 6 de septiembre en Génova. Había nacido en esa misma ciudad el 29 de agosto de 1921. En su Festival de Nervi dio a conocer en Italia a los más importantes artistas de la danza española, desde Pilar Lopez y Mariemma, a Antonio Ruiz Soler, Luisillo y Antonio Gades (que actuó allí por última vez en 1984).

Mario Porcile procedía de una notoria familia de la alta burguesía genovesa y estudió abogacía por deseo paterno, pero desde 1953 se entregó por entero a su pasión: el ballet. Al principio, se dedica a representar y aupar a artistas italianos de talento, como Vittorio Biaggi (que llegaría a primer bailarín con Béjart) y Paolo Bortoluzzi (el indiscutible bailarín masculino de su era), egresados de su academia genovesa, que había fundado junto a Ugo Dell’Ara, coreógrafo y bailarín estrella en el Teatro alla Scala de Milán.

Porcile crea el primer evento anual italiano dedicado exclusivamente al ballet: el Festival Internacional de Ballet de Nervi (Génova), que tiene su debut el 8 de julio 1955. Al mismo tiempo que amaba el ballet clásico, Porcile se interesaba por el ballet moderno (como Louis Falco, Martha Graham, Alvin Ailey o Merce Cunningham) y la danza española y el ballet flamenco, invitando a su escenario al aire libre, sin excepción, a todos los grandes: Rudolf Nureyev, Margot Fonteyn, Rosella Hightower, Vladimir Vasiliev, Ekaterina Maximova, Yvette Chauviré, Erik Bruhn, Alicia Markova, Alicia Alonso, Milorad Miskovitch, Nina Viroubova o Roland Petit, en una lista tan amplia como selecta. Fue iniciativa suya promover a Maurice Béjart en fecha tan temprana como 1955 y a Carla Fracci la prohijó desde sus primeras apariciones y la llevó al extranjero, haciendo de ella una estrella mundial.

Además de en los veranos de Nervi, donde contó durante años con la colaboración de Irene Lidova y su marido, el fotógrafo Serge Lido (que dejó un valioso testimonio gráfico de aquellas gestas), Porcile dirigió espectáculos para la Arena di Verona, el Teatro La Fenice de Venecia, el Teatro Massimo de Palermo, el Teatro San Carlo de Nápoles o el Teatro Regio de Turín, donde se ocupó de la reapertura del Coliseo en 1973 con María Callas.

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