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BICENTENARIO DE VERDI / Grabaciones

Hitos discográficos

La fonografía verdiana se inició en Milán, en el Grand Hotel donde falleció el compositor en 1901

El director italiano Ricardo Muti en una imagen de 2008.
El director italiano Ricardo Muti en una imagen de 2008.Getty Images

Milán y su Teatro alla Scala son para Verdi prácticamente lo mismo que Bayreuth y su Festspielhaus para Wagner; ambas ciudades y teatros tuvieron una gran importancia en la creación de algunas de sus óperas. La historia de la fonografía verdiana se inició en Milán y exactamente en el mismo Grand Hotel et donde falleció el compositor en enero de 1901. Un joven tenor llamado Enrico Caruso, que triunfaba en La Scala cantando las funciones del estreno de la Germania de Franchetti bajo la dirección de Arturo Toscanini, grabó en abril de 1902 un par de arias de Rigoletto y Aída en una estancia de ese famoso hotel de la Via Manzoni (CD/EMI o Naxos). El responsable de aquel registro pionero fue Fred Gaisberg, padre de la producción fonográfica en la Gramophone Company. Eran los años iniciales de lo que Walter Benjamin denominó la era de la reproducción técnica, durante la que Verdi nunca ha perdido protagonismo. No por casualidad, la primera grabación completa de una ópera, que realizó la Gramophone Company también en Milán en 1904, fue precisamente un título de Verdi: Ernani.

Desde ese registro histórico hasta hoy pueden contabilizarse más de dos mil quinientas grabaciones completas tanto en vivo como en estudio de las 27 óperas de Verdi (33 si contamos las revisiones o reelaboraciones de algunas de ellas) a las que habría que añadir varias decenas de registros del Réquiem o de su Cuarteto de cuerda. De todas ellas, la ópera más grabada es Aída con unas 270 grabaciones seguida de cerca por La Traviata con unas 260 y Otello con 230. En los siguientes párrafos he seleccionado los hitos que nadie debería perderse.

Eterno reclamo

Javier Pérez Senz

Desde la aparición del gramófono a la era digital, Verdi ha sido siempre sido un auténtico filón. Los fondos de catálogo están repletos de grabaciones protagonizadas por voces legendarias que están siendo objeto de una masiva reedición. Otra cosa son las novedades y la aparición de discos de arias, en especial los que que aprovechan el tirón de los divos del momento.

El sello Sony sigue fichando a las estrellas más mediáticas e inicia su relación con el tenor de moda, Jonas Kaufmann, con un disco de arias que repasa la galería de personajes verdianos, desde el ligero Duque de Mantua al dramático Otello, bajo la dirección Pier Giorgio Morandi. En el mismo sello, Plácido Domingo sorprende con su primer recital como barítono, bajo la batuta de Pablo Heras-Casado, que obtiene una notable respuesta de la Orquestra de la Comunitat Valenciana. En ambos casos, hay edición en vinilo. Por su parte, Deutsche Grammophon añade glamour con un álbum de la soprano Anna Netrebko, con la experimentada dirección de Gianandrea Noseda, y Orfeo edita un recital del tenor Piotr Beczala.

La crisis impone sus leyes y grabar una ópera en estudio es un lujo cada vez más raro. De hecho, la mayoría de nuevas versiones son producciones grabadas en directo a través de acuerdos con teatros, festivales, emisoras de radio y televisión. Curiosamente, la novedad más imponente no es una ópera, sino su maravilloso Réquiem, grabado en directo en la Scala de Milán bajo la dirección de Daniel Barenboim y editado por Decca. A la sabia dirección se suma un reparto de ensueño integrado por Anja Harteros, Elina Garanca, René Pape y Kaufmann. Otra recomendable aproximación al Verdi sacro lleva la firma de Antonio Pappano en un monográfico editado por Emi que incluye las Cuatro piezas sacras.

Entre las producciones en DVD, atención al inmenso Falstaff de Ambrogio Maestri grabado en el Regio di Parma, editado por CMajor en el marco de su estimable ciclo Tutto Verdi. En el sello amarillo coinciden dos versiones de Rigoletto, un montaje del Met con Zelko Lucic, Diana Damrau y Beczala; y la reedición en blu-ray del clásico filme de Jean-Pierre Ponelle protagonizado por Luciano Pavarotti, Edita Gruberova e Ingar Wixell, bajo la batuta de Riccard Chailly.

En el capítulo de las reediciones, Verdi at The Met (Sony) ofrece 10 títulos en históricas grabaciones en vivo realizadas por la NBC en el Metropolitan Opera House —por entre 1935—, mítico registro de La traviata con Rosa Ponselle y la suntuosa Aída dirigida en 1967 por Thomas Schippers, con un reparto de campanillas: Leontyne Price, Bergonzi, Grace Bumbry y Robert Merrill. No tienen desperdicio los recitales de Pavarotti (Decca) y de Montserrat Caballé en su mejor época (RCA). También son recomendables las cinco óperas que reedita Sony: Rigoletto con Leonard Warren; Aída de referencia con Zinka Milanov, Jussi Björling, Fedora Barbieri y Warren; La traviata dirigida por George Prêtre con la soberbia Violetta de Caballé y la lección de estilo de Carlo Bergonzi; el primer Otello grabado por Plácido Domingo, dirigido por James Levine, con Renata Scotto y Sherrill Milnes, e Il trovatore con Price, Domingo, Milnes y Cossotto, dirigido por Mehta.

En cuanto a las macroediciones, Decca se lleva la palma al reunir en una caja casi todo Verdi, de Oberto a Falstaff (solo faltan rarezas, como Gerusalemme o Les Vêpres Siciliennes), su música sacra y canciones de salón en 34 álbumes, con un total de 75 discos. El material procede del fondo de Deutsche Grammophon, la desaparecida Philips, Decca y EMI, que ha cedido títulos como Giovanna d'Arco e I Vespri siciliani.

Nabucco.Primer gran éxito estrenado en La Scala en 1842 que estableció su reputación como operista en Italia, al tiempo que lo convirtió en símbolo del Risorgimento con la famosa aria coral Va pensiero sull’ali dorate. La referencia en esta ópera es Riccardo Muti, tanto por su intensidad como por la atención a los detalles; su primera grabación londinense en estudio de 1977-1978 (CD/EMI) es un prodigio orquestal, pero la segunda de 1986 en La Scala se beneficia además del dúo formado por Renato Bruson y Ghena Dimitrova (DVD/Warner).

Macbeth. Su primer shakespeare operístico estrenado en Florencia en 1847, aunque ostensiblemente revisado en 1865. Claudio Abbado firmó en 1976 su mejor grabación con un reparto encabezado por Piero Cappuccilli y Shirley Verrett, nuevamente en La Scala y bajo los auspicios técnicos de Günter Hermanns (CD/DG). Esta grabación surgió tras una producción escalígera dirigida por Giorgio Strehler que fue filmada por la RAI y permanece inédita. A la espera de una mejor opción en vídeo, puede optarse por la reciente régie londinense de Phyllida Lloyd de 2012 (DVD/Opus Arte).

Rigoletto. Primera ópera de la trilogía romántica estrenada en Venecia en 1851. De ella hay dos referencias históricas vinculadas con La Scala: la monoaural dirigida por Tullio Serafin en 1955, con Tito Gobbi, Giuseppe Di Stefano y Maria Callas (CD/EMI); y la estereofónica comandada por Rafael Kubelík en 1963, y encabezada por Dietrich Fischer-Dieskau, Carlo Bergonzi y Renata Scotto (CD/DG). Inolvidables también los registros escalígeros de Muti en estudio de 1988 (EMI) y en vivo de 1994 (Sony). En vídeo, la mejor opción quizá sea la película de Jean Pierre Ponnelle con Riccardo Chailly a la batuta y la actuación de Pavarotti (Decca).

Il Trovatore. Segunda ópera de la trilogía verdiana estrenada en Roma en 1853. La Scala sigue omnipresente en su fonografía: en el pasado con el registro monoaural de 1956 producido por Walter Legge y dirigido por Herbert von Karajan con Giuseppe Di Stefano y Maria Callas (CD/ EMI); en el presente con el de Riccardo Muti en 2000 al frente de Salvatore Licitra y Barbara Frittoli (CD/Sony). En vídeo la opción más segura es la producción vienesa dirigida por Karajan y adaptada en 1978 para la televisión (DVD/TDK Arthaus).

La Traviata. Tercera ópera de la trilogía estrenada en Venecia en 1853 y quizá la más popular de Verdi. Nuevamente el valor seguro lo aportan producciones de La Scala tanto pretéritas como algo más recientes: el registro en vivo de 1955 con sonido algo deficiente de la mítica régie de Visconti bajo la dirección de Carlo Maria Giulini con Maria Callas (CD/EMI) y la segunda grabación de Muti de 1992 con Tiziana Fabbricini (CD/Sony), aunque vocalmente la primera de este director en estudio de 1980 con el trío formado por Alfredo Kraus, Renata Scotto y Renato Bruson es incuestionable (CD/EMI). En vídeo, a la espera de que Sony reedite la producción de Liliana Cavani de 1992 bajo la dirección de Muti, nos conformarnos con su reposición en 2007 con Lorin Maazel y Angela Gheorghiu (DVD/Arthaus).

Aída. Estrenada en El Cairo en 1871 en el momento álgido de consagración internacional del operista italiano. Su principal registro histórico fue grabado por la NBC bajo la dirección de Arturo Toscanini en 1949 (CD/RCA & DVD/Testament), un maestro que elevó a la máxima cota musical la interpretación verdiana siendo director musical de La Scala a comienzos del siglo XX. En estéreo la mejor opción es la grabación londinense de 1974 dirigida por Muti con sensacionales creaciones vocales de Plácido Domingo y Montserrat Caballé (CD/EMI).

Otello. Primera colaboración con Arrigo Boito estrenada en La Scala en 1887. En ese estreno Toscanini formaría parte de los violonchelos y 60 años más tarde, en 1947, realizaría un registro sonoro al frente de la NBC con Ramon Vinay, Herva Nelli y Giuseppe Valdengo que es pura leyenda (CD/RCA). Dos registros de La Scala con Plácido Domingo como protagonista complementan este monumento: audio de Carlos Kleiber en 1976 (CD/Opera D’Oro) y vídeo de Riccardo Muti en 2001 (DVD/TDK-Arthaus).

Falstaff. Colofón de su catálogo operístico estrenada en La Scala en 1893 cuando Verdi contaba casi ochenta años. Nuevamente Toscanini es responsable de la versión fonográfica de referencia de esta ópera, realizada en 1950 con la NBC con calidad monoaural y protagonizada por Giuseppe Valdengo (CD/RCA). La mejor opción en estéreo es el registro de 1956 dirigido por Karajan en Londres con Tito Gobbi (CD/EMI) y en vídeo la de Riccardo Muti en Busseto con Ambrogio Maestri en 2001 (DVD/TDK-Arthaus).

Réquiem / Cuarteto.[/VTAS] Pero no todo son óperas. Dos ejemplos fundamentales son su Cuarteto de cuerda de 1873 y su Réquiem de 1874. Del primero me inclino por la grabación del Quartetto David de 2001 (CD/BIS) y del segundo la primera grabación londinense de Muti de 1979 (CD/EMI).

Pablo L. Rodríguez es profesor de Historia de la Ópera en la Universidad de La Rioja.

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