Cargamento de arte
Doug Aitken reúne artistas, músicos y cineastas en un tren que cruza los Estados Unidos en un ‘happening nómada’ de tres semanas
Un tren acaba de dejar Minneapolis directo a Santa Fe en Nuevo México, donde llegará el 18 de septiembre. Tiene vagones con techos transparentes, decorados por millares de leds que brillan en la noche y lleva una carga inestimable: artistas visuales, músicos, cineastas y performers con obras, pensadas para un happening nómada a través de la América profunda, en homenaje a la cultura underground, que tuvo en Kerouac su profeta. Fue el artista Doug Aitken, que decidió reunir en Station To Station (STS), un evento itinerante de tres semanas de duración, figuras míticas de la escena alternativa como Kenneth Anger, Bruce Connor y Ed Ruscha, con artistas actuales, que se consideran sus herederos conceptuales, como Raymond Pettibon, Urs Fischer, Carsten Höller y Rirkrit Tiravanija, entre muchos otros.
El tren, que salió hace diez días desde Nueva York, ya ha parado en Pittsburgh y Chicago y, antes de concluir su viaje el 28 de septiembre en San Francisco, habrá tocado nueve ciudades. En cada estación los artistas viajeros llevan a cabo un happening muldisciplinar, que incluye no sólo conciertos y performances, sino también exposiciones, lecturas, encuentros gastronómicos y eventos de todo tipo, en los que el público puede experimentar una cercanía mucho mayor de lo habitual con sus creadores preferidos.
Para celebrar el recorrido Lawrence Weiner ha creado con sus típicos y escuetos signos una bandera para cada ciudad, mientras que Jonah Bokaer ha coreografiado un homenaje a Robert Rauschenberg para el 50º aniversario de su acción experimental Pelican. Citar todos los participantes sería imposible y también inútil, ya que hay una excelente web llena de fotos, vídeos y apuntes textuales de los protagonistas, además de sus Twitters personales y la cuenta de STS, que echan humo.
Aitken ha conseguido reunir en su tren una cantidad de nombres y una variedad de aproximaciones artísticas extraordinarias. Entre los artistas plásticos muchos participan con obras cinéticas, creadas ex profeso, como Olafur Eliasson, que ha desarrollado una sencilla, pero efectiva Drawing Machine, cuyos dibujos se crean gracias al propio movimiento del tren. En cambio el brasileño Ernesto Neto monta en cada estación uno de sus característicos entornos, en forma de membranas orgánicas, para que el público pueda recorrerlo y experimentarlo. Otras piezas de marcadas características sensoriales son la performance de humo de diferentes colores de Olaf Breuning y la procesión de los insólitos tocados de Meschac Gaba.
En STS hay lugar para todas las expresiones artísticas: desde los nuevos medios representados por Aaron Koblin, conocido por sus proyectos digitales para músicos como Arcade Fire, Johnny Cash y Radiohead, hasta el cómic que Chris Ware está dibujando con las aventuras del tren, donde Kate Casanova exhibe un jardín crecido en un coche y Evan Holm, una instalación subacuática. Además de todas las comodidades, incluida comida biológica, en el tren hay salas de ensayo y registración. Entre los músicos más involucrados en el proyecto se encuentra Thurston Moore, guitarrista de Sonic Youth, junto con Patti Smith, Suicide, Cold Cave, Jackson Browne y Beck. “Es un viaje en busca de nuevos horizontes artísticos, una colisión creativa entre público y artistas, artes visuales, música experimental y cine alternativo”, asegura Aitken, que ha incluido un programa de proyecciones con verdaderas joyas, como Spirals, clarividente obra de Oskar Fischinger de 1926, la versión original de Lucifer Rising de Kenneth Anger con la banda sonora compuesta por Led Zeppelin, el pionero Technology/Transformation: Wonder Woman de Dara Birnbaum y la célebre acción en que Francis Alys mezcla agua del Mar Rojo y del Mar Negro.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.