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Picasso regresa a Berlín (donde nunca estuvo)

El Forum Museum reúne una delicada y exquisita muestra de litografías y dibujos del malagueño, acompañadas de un puñado de oleos

Uno de los dibujos de Picasso expuestos en Berlín.
Uno de los dibujos de Picasso expuestos en Berlín.

Entre las muchas frases famosas que pronunció Pablo Picasso a lo largo de su prolífica y exitosa vida de pintor sobresale una que hace referencia a la maestría que tuvo el pintor malagueño con el lápiz y que ahora cobró una nueva actualidad en Berlín. “No sé si soy un gran pintor, pero estoy seguro de que soy un gran dibujante”, dijo al referirse a uno de sus grandes talentos que, desde este viernes, se puede admirar en una ambiciosa exposición en la Kupferstichkabinett que intenta abarcar los 70 años de trabajo del artista.

Bajo el título Picasso - Mujeres, Toros y Viejos Maestros, el Forum Museum tuvo éxito en reunir una delicada y exquisita muestra de gráficos, litografías y dibujos de Picasso, acompañadas de un puñado de oleos que muestran que la frase de Picasso pecaba de una humildad engañosa. La iniciativa, que vuelve a colocar a la capital alemana en el centro del turismo cultural europeo, tiene una raíz histórica.

La Kupferstichkabinett, que alberga la mayor colección de arte gráfico de Alemania, adquirió su primer picasso en 1912, cuando el artista solo era un joven pintor que intentaba abrirse camino en Paris. “Los museos internacionales comenzaron a interesarse en la obra a comienzos de los años 50”, dijo Heinrich Schulze Altcappenberg, director del museo. “En esta exposición mostramos la primera adquisición”.

La primera obra de Picasso en llegar a Berlín es una litografía que lleva como título Les pauvres, fue hecha en 1904 y muestra a una familia hambrienta y que se puede ver en la muestra, acompañada de más de 200 litografías, dibujos y oleos del artista, una muestra que abarca la creación del pinto desde comienzos del siglo XX hasta poco antes de su muerte, acaecida en abril de 1973.

Para hacer honor al título de la muestra y guiar al visitante por las diferentes épocas del artista, los organizadores dividieron la exposición en diez capítulos que muestran los motivos más íntimos que inspiraron al pintor. Por ejemplo, el circo y los bufones ilustrados por dos oleos famosos pintados en 1917 y 1918: Caballo de circo y el Arlequín sentado con guitarra, prestados por el Museo Berggruen.

El recorrido visual no podía excluir un homenaje a las mujeres –"Soy un pintor de mujeres, como cualquier otro pintor” solía decir Picasso-, donde no podían faltar un par de retratos de Jacqueline Rose, su última musa, y de Françoise Gilot, la única mujer que tuvo el coraje de abandonarlo en 1953 para evitar ser destruida.

Los toros es un tema recurrente en la obra de Picasso y como tal tampoco podía faltar en la nueva muestra de Berlín. Una serie de 22 acuarelas en blanco y negro ocupa un panel central y recrea, desde la óptica de Picasso, diversas escenas de las corridas, una pasión casi religiosa del artista. “Para Pablo, un domingo perfecto comenzaba con una misa en la mañana, una corrida en la tarde y una visita a un prostíbulo en la noche”, solía decir Françoise Gilot. Picasso lo explicó de otra forma. “Lo que a mí me interesa es el drama de las personas. Todo lo demás es falso”.

Picasso también fue un artista con conciencia política y socialmente comprometido, una faceta de su vida que también está representada en la muestra, que recuerda que la primera exposición de la obra del pintor en Alemania tuvo lugar en 1957 en Berlín Este y no el sector lado occidental, que había programado una muestra del pintor en 1953. Pero el entonces ministro de Cultura de la ciudad objetó la famosa paloma pintada por Picasso por considerarla un símbolo comunista.

Picasso nunca fue un gran viajero y jamás visitó Berlín, pero su agente Daniel-Henry Kahnweiler, cada vez que visitaba la ciudad, le hacía llegar tarjetas postales que mostraban obras de arte. Una de ellas, ilustrada con un cuadro de Cranach, le sirvió de inspiración para crear una obra que inspira respeto y admiración, Portrait de jeune fille, d”apres Cranach le jeune.

“Picasso tenía una rara capacidad para reinventarse a si mismo y siempre era capaz de dar un golpe nuevo”, dijo Heinrich Schulze Altcappenberg. “Esta muestra ofrece la posibilidad de mostrar al público un nuevo Picasso”.

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