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Antonio Banderas te necesita

El actor produce ‘Justin y la espada del valor’, filme de animación que espera romper las taquillas como ‘Tadeo Jones'

Gregorio Belinchón
Antonio Banderas, retratado el jueves en la redacción de EL PAÍS.
Antonio Banderas, retratado el jueves en la redacción de EL PAÍS.claudio álvarez

A ver quién levanta por su cara bonita la producción de una película. Brad Pitt, seguro. Tom Cruise, desde luego. ¿Clooney? Umm. Y Antonio Banderas, hasta cierto punto. Al menos, si el presupuesto no sobrepasa los 22 millones de euros [su ansiado Boabdil costaría 50 millones y hasta el español tiene un límite], que es lo que ha costado el filme de dibujos animados Justin y la espada del valor.

Antonio Banderas (Benalmádena, 1960) lleva años dentro del estudio granadino de animación Kandor —como socio destacado—, desde donde ya han salido un candidato al Oscar (Javier Recio, director del corto La dama y la muerte) y dos trabajos ganadores de goyas (el cortometraje mencionado y el largometraje El lince perdido, de Manuel Sicilia y Raúl García). Ahora llega el momento de la gran apuesta, Justin y la espada del valor, 22 millones de euros que lucen uno detrás del otro en la gran pantalla para ilustrar las aventuras de un chaval que quiere recuperar el mito de la caballería en un reino dominado por los abogados. Y en su lanzamiento en España —se estrena el próximo viernes— Banderas ha liderado las operaciones: no hay una gran cadena televisiva detrás del filme, al contrario que con Las aventuras de Tadeo Jones, que costó ocho millones de euros, recaudó más de 18 millones solo en España y que estaba respaldada —y cómo, a machacamartillo— por Telecinco. A Justin le respaldan su calidad, su director —obviamente—, Manuel Sicilia, y la capacidad de promoción del actor malagueño: no será omnipotente, pero sí casi omnipresente. Y con la sonrisa como arma de destrucción masiva.

El protagonista de 'Justin y la espada del valor'
El protagonista de 'Justin y la espada del valor'

Cuando Justin se estrene este viernes, Banderas estará en mitad de la filmación de Los mercenarios 3. Los proyectos se le acumulan. Ha actuado en Caballero de copas, de Terrence Malick, y Machete kills, con Robert Rodríguez; tiene en montaje Autómata, de Gabe Ibáñez [“la hemos hecho sin dinero público, que conste”], que protagoniza y produce; rueda ahora en Sofía junto a Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger; después encarnará al único personaje —un pirata— de carne y hueso en la película de Bob Esponja; estará en el reparto de The 33, la versión cinematográfica de la historia de los mineros chilenos que estuvieron 69 días bajo tierra; y en el horizonte de 2014 su nueva película como director: Solo. Aún sigue pendiente 33 días, de Carlos Saura, en la que Banderas encarnaría a Pablo Picasso en pleno furor creativo del Guernica. “Es una producción compleja, porque es en español y francés, no en inglés. Cuesta financiar esos proyectos. Aquí soy solo actor. Si yo fuera productor...”.

Como productor no entro en terrenos narrativos ni creativos”

Pues hablemos de la que produce. Justin se ha rodado originalmente en inglés, con actores famosos como Alfred Molina, Rupert Everett, Julie Walters y Saoirse Ronan, además de Banderas. En la versión española repite el malagueño —en un papel cómico secundario— y aparece Inma Cuesta. “Vamos a un público infantil puro y duro [el que manda en la taquilla española], y además de forma clásica, sin referencias pop al estilo Shrek. Buscamos un cuento clásico, con valores como la lealtad, el honor y el esfuerzo, en un universo plagado de normas estrictas llevadas al absurdo. Y ahí aparece un héroe romántico, esforzado... Como padres a veces somos hipócritas llevando a nuestros hijos a ver películas que queremos ver nosotros. Justin rehuye ese juego y va directa a los niños”.

En sus inicios, Justin era más para adolescentes. “El cambio procede de Manuel Sicilia, realizador del filme y director creativo de Kandor. Yo, como productor, soy absolutamente respetuoso con sus decisiones. No puedo entrar en un juego, ni convertirme en algo que he criticado en otras ocasiones. Como productor no entro en terrenos narrativos ni creativos, sino que me volcado en la calidad técnica, algo que conozco bien por mi paso por Shrek y El gato con botas. En varias partes del proceso hemos creado hasta nuestro propio software. ¿Si perderé dinero? Puede [risas]. Pero veo el cartel y se me alegra la vida, y al menos hemos batallado por mantener unos puestos de trabajo”.

Sin una televisión detrás, yo soy quien debe de bregar con la promoción”

Es el momento de entrar en el ambiente económico actual. “No te haces un idea de lo que nos ha costado sacar adelante la película. Mi labor actual —tras cuatro años batallando por la financiación, por venderla por todo el mundo— es que la gente tenga constancia de que esto existe, porque nosotros no tenemos una cadena de televisión detrás. Recuerdo cómo Cameron Díaz y yo fuimos a la semifinal —ni siquiera a la final— de American Idol a hacer una entrevista de ¡30 segundos! que costó 10 millones de dólares y en la que repetimos varias veces Shrek 4 para un público de 45 millones de espectadores. ¿Cómo voy a competir con eso? Y sin una televisión detrás que te bombardee con la película, que te haga creer que eres un tonto si no la ves, yo soy el que debe de bregar. Con una campaña lo más honesta que puedo, pero pensando en que a la gente le cale que Justin es una apuesta española, honesta, sólida, que en mitad de una crisis terrible estamos sacando adelante con dinero, sí, pero aún más con ilusión, lágrimas y muchas horas de trabajo de los animadores”.

Todo ese esfuerzo iguala a los creadores de Justin con su obra. “Cuando llego a España tengo la sensación de que estamos metidos en un bucle, una impresión de que la gente ve la crisis como una borrasca que tenía que ocurrir y que ahora espera que escampe. ¿Nadie se da cuenta de que la borrasca la hemos generado entre todos, y que no podemos volver al sitio donde estábamos? Hay muchos responsables, desde luego, pero también hay parte de culpa individual. No puede ser que el 73% de los universitarios quieran ser funcionarios. Así no se construye un país. Ni así ni dando pelotazos inmobiliarios. No sé si nos la hemos pegado suficientemente gorda como para que despertemos. Y los políticos mantienen esa apuesta por el cortoplacismo... No solo en España, sino en Europa. Hablo con un poco de vergüenza y me da cosa porque la vida me ha tratado muy bien fuera [repite esta expresión siete veces durante la entrevista]. Pero yo soy actor, mis compañeros viven de forma precaria, yo también pasé esa época. Justin prima el esfuerzo, el camino largo, y no Operación Triunfo o pelotazos así”.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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