Ian Gillan: “Todas las canciones de Deep Purple nacen del estudio”
La banda de rock ofrece hoy su único concierto en España, en la Sierra de Gredos
Ciertamente, se trata de un cartel insólito. La octava edición de Músicos en la Naturaleza juntara esta noche a tribus muy diversas. El festival de Hoyos del Espino (Ávila) se abrirá con la correosa Bebe, seguirá con el imperial Loquillo y concluirá con esa leyenda del rock duro llamada Deep Purple. Ian Gillan, vocalista de la formación que grabó Made in Japan, se disculpa tras reconocer que no sabe nada de sus compañeros de hoy.
Me encantan Paco de Lucía y Tomatito, pero no me atrevería a disertar sobre ellos.
Gillan (Hounslow, 1945) añade que lo único que conoce de la música española es el flamenco, “especialmente guitarristas como Paco de Lucía y Tomatito. Me encantan pero no me atrevería a disertar sobre ellos. Es lo mismo que el fado: vivo en Portugal y he escuchado a grandes fadistas pero esencialmente me intimidan, me producen demasiado respeto. No puedo ni imaginar como nacen esas canciones, el método para ensayarlas y todo lo demás”.
Se explica: “cuando entramos a grabar con Deep Purple, no hay canciones. Se espera que el repertorio surja en el estudio. De hecho, así ocurre. No, no se trata de que seamos unos vagos: yo mismo tengo docenas de canciones inéditas en mi ordenador. Pero buscamos que haya una fricción entre los músicos, una comunicación que genere algo que suene a Deep Purple pero también al siglo XXI. Por lo que he oído, es lo mismo que hacía Miles Davis en su época eléctrica. La diferencia es que nosotros somos buenos músicos pero [susurrando] no genios.”
Gillan está hablando desde un hotel suizo, no muy lejos de donde nació el inmortal Smoke in the water, en Montreux. “Ese tema sirve perfectamente de ejemplo. Nos habíamos encerrado en un hotel vacío para grabar y aquello era horrible, en sonido y en falta de comodidades. Tocaba Frank Zappa, fuimos al concierto y contemplamos lo que ocurrió. Un imbécil disparo con una pistola de bengalas y ocasionó un incendio salvaje; no hubo muertos gracias a la tranquilidad que transmitió Frank, bendito sea. Al día siguiente, todavía conmocionados, nos acordamos de que teníamos un riff sin desarrollar. Fue tan sencillo como escribir lo que había pasado y salió el tema”.
Deep Purple toca 'Smoke in the water' durante un concierto en California en 1974.
Con el deterioro de la industria musical, cuesta creer que Deep Purple se pueda permitir fabricar discos con tanta pachorra. “Bueno, ya no tenemos una multinacional detrás pero no nos importa poner dinero de nuestro bolsillo para hacer Now what?! (2013). Es un poco raro ya que grabamos en Nashville, que es donde vive Bob Ezrin. Si vas a trabajar con el mejor productor de la historia del rock, aceptas lo que te pida. Al mismo tiempo, eso reforzó nuestro espíritu combativo. Nashville es, desde luego, la capital del country; además, está en Estados Unidos, donde actuamos poco. ¿La razón? Allí han implantado un concepto de mercadotecnia llamado classic rock y sólo te contratan si tocas tus viejos éxitos. Todo está codificado: 'Deep Purple tiene que hacer tales y tales canciones y no pasar de 70 minutos'. Pues que llamen a una banda de imitadores, nosotros no somos robots.”
Para desengrasarse, Gillan cuenta con sus ocasionales discos como solista y curiosos proyectos coyunturales, como el supergrupo Who Cares, creado para aportar fondos con destino a la infraestructura de Armenia, deteriorada por el terremoto de 1988. “Muchos años después, vi que todavía no se habían recuperado. Me sugirieron que necesitaban una escuela de música y en eso estamos. Me ayudaron músicos de Iron Maiden, Metallica y, sobre todo, Tommy Iommi. Ese sí que es un gran tipo: me ha perdonado el año que yo estuve en Black Sabbath. Puedes decir que la étapa Gillan de Black Sabbath es la peor de todas, sin discusión.” Carcajadas.
Puedes decir que la étapa Gillan de Black Sabbath es la peor de todas, sin discusión
Se pone más diplomático cuando se le pregunta por el más famoso de sus fans, Dmitry Medvedev, actual Primer Ministro de Rusia. “No eramos conscientes de la importancia cultural de Deep Purple en los antiguos países comunistas. Medvedev nos explicó que podías ir a la cárcel si te pillaban intercambiando casetes de Machine head. Luego, nos dejó boquiabiertos cuando nos enseñó su actual equipo de sonido, es mejor que cualquiera que tengamos nosotros.” Y Vladimir Putin ¿también es un seguidor? Una risa nerviosa: “No. Y mejor así: tiene una mirada que te deja helado.”
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