Marguerite Yourcenar abierta en canal
‘Fuegos’ llega a Mérida bajo la batuta de José María Pou Carmen Machi, Nathalie Poza, Cayetana Guillén Cuervo y Ana Torrent protagonizan la obra
“Si tu casa fuera asolada por las llamas, ¿qué querrías salvar de entre la destrucción? Yo sólo salvaría el fuego”.
Ese brevísimo diálogo, cuya autoría no está clara aunque recurrentemente suele atribuirse a Jean Cocteau, era uno de los preferidos (y utilizados) por Marguerite Yourcenar (Bruselas 1903-Maine 1987), la inolvidable autora de Memorias de Adriano cuyo apellido era un anagrama de Crayencour, su nombre real.
Ese fuego purificador y catártico incrustado en el fugaz intercambio está en el núcleo central del montaje Fuegos, basado en la desgarradora prosa poética de la escritora y primera propuesta teatral de altura en la programación del 59º Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida. Fuegos se representará del 10 al 14 de julio sobre un escenario que, a buen seguro, habría fascinado a Yourcenar: el del imponente Teatro Romano.
Se trata de unos textos en los que la autora, abierta emocionalmente en canal, habla de su propio desgarro, cuando su relación con el editor André Fraigneau se fue a pique, a través de la voz de Clitemnestra, Safo y María Magdalena, interpretadas por Nathalie Poza, Cayetana Guillén Cuervo y Ana Torrent, que se desdoblan en otras heroínas. A través de esos textos, el director José María Pou y el dramaturgo Marc Rosic también han querido hacer hablar a la propia Yourcenar, interpretada por Carmen Machi.
Una vez más las prosas siempre poéticas de la novelista sirven para recrear mundos escénicos en los que, como si fueran máscaras, Yourcenar expresa los rincones más arrebatados y torturados de su decepción. Y una vez más la autora se sumerge en las profundidades de un mundo clásico por el que sintió verdadera devoción.
En Fuegos, una de sus obras más aclamadas, escrita en 1935, alterna relatos basados en mitos clásicos con fragmentos sobre la pasión amorosa. Una obra que empieza diciendo: “Espero que este libro no sea leído jamás”. A partir de esa frase es inevitable el engrandecimiento de esta pieza compuesta de nueve prosas líricas inspiradas mayoritariamente en mitos griegos, prosas que van siendo unidas por unos fragmentos definidos por la autora como textos sobre la noción del amor: la misma que tenía en ese momento de tremenda crisis emocional, surgida tras su mayor fracaso amoroso, ya que dos años después rehízo su vida sentimental con la traductora norteamericana Grace Frick, con la que vivió hasta la muerte de esta en 1979, diez años antes de la de la propia Yourcenar. Ambas están enterradas juntas cerca de la casa que compartieron en Estados Unidos.
“A modo de purga, como si quisiera sanar de esa melancólica enfermedad, la autora vierte todo el dolor de su corazón en la escritura. El resultado fue esta colección de monólogos que tienen como elemento unificador una serie de interludios en primera persona, extraídos de su diario personal, donde ofrece aforismos, pesimistas y clarividentes, alrededor del sufrimiento amoroso”, apuntan Rosic y Pou, a lo que añade este último que el germen de este proyecto está en una propuesta que le hicieron Jesús Cimarro, director del Festival, y la productora Focus. “De entrada dije que no, porque me da mucho miedo todo aquello que no está pensando para que sea teatro y al leerlo vi que eran reflexiones en voz alta, pero había tres monólogos, los de Magdalena, Clitemnestra y Safo, que tenían más carne dramática y me empeñé en superar ese reto. Con Rosic buscamos el camino para que no fuera una actriz detrás de otra, sino algo unitario, cosa que nos facilitó el hecho de incorporar la figura de la propia Yourcenar, una mujer abandonada y convertida en materia artística”.
A todas ellas las une el desamor y, al situarlas juntas en un escenario, Rosic y Pou abordan un juego pirandelliano en el que tres personajes conversan con la autora que las ha creado y comparten, rompiendo la cuarta pared, esa vivencia con el público. “Tanto antes como ahora los personajes de mujeres siempre han estado escritos por hombres”, apunta Carmen Machi. “Con Yourcenar vemos a estas heroínas defendiéndose del papel que les ha dado la Historia y cuentan su propia versión, lo que es muy de agradecer porque vemos que son seres inteligentes y con capacidad de verbo”, añade la actriz. Su compañera Nathalie Poza explica: “La escritora describe muy bien el dolor porque lo conoce. Todos los personajes sangran por la misma herida”. “Es un vómito emocional y privado”, añade Guillén Cuervo. Por su parte, Ana Torrent, que se estrena en el Teatro Romano, confiesa: “He oído tanto sobre este espacio que ando nerviosa, pero estoy mucho más preocupada por abordar el personaje”. Fuegos viajará después de Mérida a los festivales Grec de Barcelona y San Javier (Murcia).
Platos fuertes
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