El papel como una de las bellas artes

Cuartillas, láminas, afiches, periódicos impresos y por supuesto libros…. Formatos todos ellos que empiezan a anunciar su caducidad en un era tecnológica donde el papel parece tener los días contados. El propio perfil de este artículo, concebido exclusivamente para la edición digital del diario, contribuye a plantear hasta qué punto puede seguir siendo relevante ese material elaborado con pasta vegetal frente al afianzamiento de los nuevos soportes digitales. En ese contexto adverso, la galería Saatchi de Londres reivindica y propone explorar las posibilidades creativas que brinda un elemento tan sencillo, su riqueza y versatilidad a través de los trabajos de cuatro decenas de artistas internacionales que lo manipulan con efectos sorprendentes.

Papel es el sencillo título de una exposición que hasta el próximo 29 de septiembre despliega en una de las principales galerías privadas de Londres (con entrada gratuita) pinturas, dibujos, esculturas e instalaciones que toman como base ese material. Las piezas escultóricas que la británica Rachel Adams elabora con láminas de papel arrugado consiguen adquirir la consistencia del bronce, mientras que los excéntricos autorretratos de la estadounidense Nina Khatchadourian, emulan en sus cuadros de pequeño el estilo de los maestros flamencos. También Sólo examinados de cerca, los supuestos óleos del israelí Tal R se revelan como obras ejecutadas en lápiz y tiza sobre un lienzo que en realidad es simple.

La diversidad de las propuestas firmadas por cuarenta y cuatro autores de todos los continentes abarca desde la espectacular “ciudad flotante” del chino Han Feng -la maqueta de un perfil urbano cuya materia prima procede de una impresora láser- hasta la serpiente de vivos colores que el brasileño Marcelo Jácome expande a lo largo de toda una sala: se trata de una gran escultura que replica las formas geométricas de la cometa. En contraste con la ligereza de esa instalación, una enorme bola de papel color grisáceo que sobresale de la pared (obra de la inglesa Rebecca Turner) engaña nuestra percepción visual ofreciendo toda la solidez de una roca.

Una de las piezas más vistosas de la exposición, y no sólo por su colosal tamaño, es el busto de un boxeador que proponen el sevillano José Lerma y el puertorriqueño Héctor Madera. Artistas ambos que viven y trabajan en Nueva York han utilizado papel de fondo fotográfico para elaborar esa figura de Emanuel Augustus, un personaje “ni muy importante ni muy conocido”, según su visión irónica de la cultura popular y sus protagonistas. La escultura es de “dimensión variable”, porque sus formas están sujetas a los caprichos de un material que no suele prodigarse en este género artístico. Pero ahí están sus posibilidades, como la capacidad de transformar una mera hoja de papel en una pieza de museo en tres dimensiones