El diálogo universal de manos y pies
La bailaora Eva Yerbabuena y la coreógrafa Carolyn Carlson construyen un singular espectáculo de danza para la primera Bienal de Flamenco de París
Rubia, de ojos azules, flaca y alta como un junco, Carolyn Carlson corretea descalza por las tablas mientras Eva Yerbabuena —ojos y pelo negros, estatura media— se recoge la falda y taconea al compás de la siguiriya en tempo de bluesque sale de la guitarra de Paco Jarana y del cante de José Valencia. Estas dos mujeres no pueden ser más distintas, una es bailarina y la otra es bailaora, Yerbabuena es tímida y Carlson un huracán, ninguna habla la lengua de la otra pero se entienden como si fueran hermanas. Sobre el escenario, sus movimientos a ratos se armonizan y se complementan, pero a menudo se reflejan como en un espejo irónico. Llevan dos días ensayando y algunos meses soñando este momento: Carlson baila con Yerbabuena. La cita es esta tarde en el Teatro Nacional de Chaillot, en la primera Bienal de Flamenco de París.
Yerbabuena: “Me ayuda su forma de expresarse, me hace perder la timidez”
Yerbabuena: “Me ayuda su forma de expresarse, me hace perder la timidez”
Tras ensayar dos días completos, el martes a mediodía, Yerbabuena y Carlson atendieron a este diario en el camerino del teatro. Y esto es lo que dijeron.
Carlson: “Sin cultura, la vida se convierte en una caja cerrada”
Eva Yerbabuena. Conocí a Carolyn durante la bienal de Venecia que dirigió Isabel González. Me propuso que le diera un curso a su compañía y vinieron todos en zapatillas de deporte. Estuvimos juntos una semana y aprendí yo más que ellos. Carolyn es diferente a todos por su forma de moverse y de entender el ritmo. Tiene otra velocidad, otro reloj interno. Su baile es alegre, infantil a ratos, pero tiene que ver con el flamenco porque conecta con la parte menos trágica, con esa afición que tenemos a reírnos de nuestras propias desgracias.
Carolyn Carlson. Lo increíble del flamenco es el orgullo, esa presencia vertical, el fuego incluso cuando es lento. Es interesante bailar con Eva porque las manos son mi especialidad, moverlas es mi mundo, las manos son universales, y las suyas son muy especiales, distintas a todas.
E. Y. Nos hemos entendido sin palabras. Eso ha sido lo mejor, no ha hecho falta decir nada.
C. C. ¡No sé cómo lo hemos hecho! Pero ha sido muy fácil. Eva hace música con los pies y yo aprecio mucho eso. Pero el dúo es pura esencia, no hay adornos ni espacios vacíos. Y no hay nada que explicar. Es lo que se ve y punto.
E. Y. A mí bailar con Carlson siempre me pareció inalcanzable. Una vez la vi bailar dentro de una caja y me quedé embobada. Su forma de expresarse me ayuda mucho porque me hace perder la timidez, tira de mí, es casi como una terapia, y le estoy muy agradecida porque me ayuda a ser más arriesgada, más valiente.
C. C. A mí me cuesta mucho juzgar a otros artistas, pero vi bailar a Eva en un vídeo y dije que sí enseguida. Siempre me gustó el flamenco, pero sé muy bien que al ser un baile de raíz necesitas haber bebido en esa cultura para bailarlo. En Finlandia, por ejemplo, hay docenas de aprendices de flamenco, pero la verdad es que queda raro, no les pega mucho. El kathak pertenece a los indios, la danza africana a los africanos, la danza del vientre a las árabes, el flamenco a los españoles. Igual que mi cultura es el rock y el blues… ¿Cómo vas a bailar flamenco si no has visto torear? \[Se pone de pie e imita a un torero\].
E. Y. Ja, ja, ja. Es el quid de la cuestión. Hay cada vez más intérpretes de flamenco, pero ¿cuántos artistas? Cuando tenía 16 años había docenas, ahora ves que técnicamente todo está perfecto, pero el arte no aparece…
C. C. La música de raíz no solo hay que aprenderla y entenderla, tienes que tener una gran familiaridad con ella. Si no has crecido con ella, es muy difícil hacerla tuya. El baile viene de la tierra, y los bailarines africanos lo saben mejor que nadie porque bailan descalzos y tienen conexión directa con la tierra.
E. Y. Dicen que todos fuimos negros un día porque todos venimos de África, ¡pero ya me gustaría a mí tener esa sangre y poder bailar de esa forma!
Antes de acabar, Carlson cuenta que ha tenido que cancelar su prevista gira por España porque no hay dinero. Y bromea: “Igual puedo llamar a Rafael Nadal para que nos financie”. Eva Yerbabuena le explica que el Gobierno del PP está “matando la cultura con la subida del IVA y los recortes”. Y añade: “Es urgentísimo que el ministro Wert entienda que un país es su cultura, y que la cultura no es un entretenimiento. Un país sin cultura está muerto”.
C. C. Si la cultura muere, la sociedad muere. Los artistas están ahí para devolver a la gente la imaginación y la esperanza. A veces sustituyen a la religión, son un espacio sagrado para mucha gente. Sin cultura, la vida se convierte en una caja cerrada. El arte es lo que abre esa caja. Sin arte, la gente deja de soñar.
E. Y. Y de sentir.
Babelia
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