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LIBROS / ENTREVISTA

La luz encendida de Cornelia Funke

La escritora ha abandonado su cueva infantil para abrazar la diversidad de sus lectores “Escribo para adultos que siguen creyendo en la esperanza”, dice la autora

La escritora Cornelia Funke, en el estudio de su casa de Beverly Hills.
La escritora Cornelia Funke, en el estudio de su casa de Beverly Hills. Volker Corell

Cornelia Funke ha crecido. No es cuestión de altura, pues la escritora alemana, con sonrisa entre inocente y traviesa, siempre está unos centímetros por encima de muchos de sus lectores. Tampoco de alcance, porque hace tiempo superó los 20 millones de libros vendidos en todo el mundo, su obra ha sido publicada en 47 países y traducida a 37 idiomas, lo que le da el sambenito de ser la “JK Rowling alemana”. Y en cuanto a la edad, su pasaporte dice que este año cumple los 55, pero su mirada y su conversación sigue devolviéndote a la niña curiosa que hay en su interior. Lo que ha crecido es su literatura. Con la publicación este año de Reckless. Sombras vivas (segundo volumen de una saga que sigue las aventuras de Jacob Reckless entre dos mundos, el nuestro y ese al otro lado del espejo más cercano al que dieron forma los hermanos Grimm), su bibliografía se acerca al medio centenar de obras, muchas de ellas clave en la literatura infantil y juvenil internacional. Pero sobre todo han crecido sus historias, esas con las que quiere recordar a un público adulto que las aventuras no son solo para los niños. Si con “los mundos de tinta” (que engloban Corazón de tinta, Sangre de tinta y Muerte de tinta) Funke escribió “para niños aunque los mayores también estaban autorizados a disfrutar con ello”, con “el mundo del espejo” de Reckless la autora escribe para una generación que creció con ella y disfruta de la imaginación sin simplificar el lenguaje. “Creo que fue Katherine Paterson quien dijo eso de que los autores de cuentos infantiles mantenemos la luz encendida para el niño que llevamos dentro. Lo que yo hago es escribir para adultos que siguen creyendo en la esperanza”, afirma una total enemiga del cinismo.

Los cuentos populares españoles se sienten mucho más cercanos, menos edulcorados que los franceses o los alemanes

La obra de Cornelia transcurre en un mundo de aventura y fantasía que evoca el de sus autores preferidos, desde el legendario J. R. R. Tolkien al terrorífico Clive Baker o el desconcertante Neil Gaiman. Por no hablar de series televisivas como Battlestar Galactica, el nuevo Sherlock o la mítica Dr. Who, que de entrada poco tienen que ver con su forma de escribir, pero de las que Funke se alimenta con avidez. Y su madurez la conecta con sus lectores. Porque su evolución está directamente relacionada con ese contacto personal estrecho que mantuvo con ellos durante la promoción mundial del primer volumen de Reckless. Un viaje “traumático” donde se replanteó “quién era esa mujer que veía en todos los lados” y decía llamarse Cornelia Funke. “Yo no decidí ser escritora para ponerme delante de las cámaras”, afirma ahora tan extrovertida como privada alguien que tiene su casa de Beverly Hills (EE UU) siempre abierta a colaboradores y amigos. Funke llegó a EE UU de su Westfalia (Alemania) natal en 2005. No buscaba la fama sino que huía del frío, dice siempre. Aquí se quedó con su familia a pesar de sufrir la pérdida de su marido, que murió solo un año más tarde de llegar a Los Ángeles víctima de un cáncer. De la crisis de identidad que le causó el éxito de su última gira promocional también nació una resolución. Y España tuvo mucho que ver con ello. “Me vi delante de la Sagrada Familia y no podía creer lo que veían mis ojos. Algo así es fruto de un cuento de hadas. Nadie de este mundo pudo hacerlo. Tiene que venir del ‘mundo del espejo’. Y allí más que nunca me di cuenta de hacia dónde se dirigen mis libros”, relata la autora. Reckless. Sombras vivas es el fruto de ese cambio, del momento en el que Cornelia Funke salió de su cueva, de su “casa de escritora”, como bautizó ya hace años esa pequeña casita en el jardín de su mansión donde escribe sus obras, para abrazar la diversidad que el mundo, sus lectores y sus historias le ofrecían. Allí planeó un nuevo y ambicioso mapa que convirtió Reckless en una saga de cinco entregas en donde el mundo de Jacob a un lado y a otro del espejo se ampliará a otros continentes, viajando por Rusia en el próximo volumen, al mundo árabe para el cuarto y concluyendo en España en el quinto y último.

La autora subraya sus estrechos vínculos con España, un país y una cultura que ama con fascinación. Y no lo dice solo por educación. Además de encontrar en la Sagrada Familia la piedra de toque para su saga, la autora está buscando entre nuestros cuentos populares nuevas fuentes de inspiración que amplíen un universo en el que conviven las últimas hadas y los goyl con el principio de la industrialización, el Albión de Merlín el mago con la Inglaterra de los primeros ferrocarriles. “Los cuentos populares españoles se sienten mucho más cercanos, mucho menos edulcorados que los franceses o los alemanes, que ya han pasado por muchas manos”, comenta. En lo que Cornelia sigue siendo muy alemana es en sus rituales, alguien a quien le gusta saber lo que va a hacer a continuación y que siempre vuelve a su cueva para escribir. Quizá vuelque sus ideas en sus cuadernos de notas mientras está de viaje —“para vaciar la cabeza y mantener la cordura”, apostilla—. Pero Reckless. Sombras vivas, al igual que sus otras obras, tomó forma de libro en el seno de su hogar. Lo cual abre otra inquietud para esta autora multitarea que escribe rápido y que tiende a trabajar en más de un proyecto a la vez. Cinco volúmenes de Reckless, uno cada dos años de media (por ella los escribiría más rápido, pero sus editores lo tienen así pautado), la ponen en la compañía de Jacob durante los próximos diez años. Una obra longeva para un personaje que como ha reconocido con anterioridad nació como un juego, “un entretenimiento, algo que hacer por las noches”.

Ahí es donde entran Guillermo del Toro y ese estudio especializado en narrativa transmedia o 360 que es Mirada. Porque de la mano del director hispano y bajo la dirección creativa de Matt Cullen, Cornelia Funke ha crecido un poco más haciendo posible su sueño: ver en imágenes su mundo de palabras. “No se trata de diluir contenidos en una película”, advierte Funke recelosa de Hollywood tras su experiencia con Corazón de tinta. Al contrario, su deseo es ampliar su universo ahora también con imágenes, sonidos o interacciones, todo ello gracias a una colaboración pionera que ha transformado el mundo de Reckless en una app titulada MirrorWorld. “Como escritora, soy una narradora tradicional, pero esta nueva plataforma me permite contar las historias que no cito en el libro, ampliar el universo con personajes de los que, para no alejarme de la historia, solo menciono sus ancestros o metiéndome por caminos que de otra forma se quedarían atrás sin haber sido explorados”, detalla una autora de normal rica en descripciones, pero cuya obra “pide a gritos” una mayor exploración. Financiado por la propia autora, MirrorWorld ofrece 110 minutos de experiencia multimedia, una app para la que la autora escribió 16 cuentos originales y que ella misma lee en inglés para quienes prefieran escucharlos de sus labios. Como Funke aclara con rapidez, no se trata de un e-book o un audiolibro. En su opinión, a los libros electrónicos les falta esa presencia física que ella tanto adora, una escritora que cuenta entre sus más preciados tesoros con varios libros manuscritos de la Edad Media. Y curiosamente, cuanto más se adentra en las nuevas tecnologías más analógica es en su proceso de creación ahora que desde hace un año ha vuelto a escribir a mano, una técnica —dice— “liberadora”, donde es mucho más fácil la improvisación. “MirrorWorld es una app para gente que le gusta la lectura y que además tiene hambre de imágenes. Como en el siglo XIX, cuando los libros eran ilustrados sin necesidad de que fueran para niños”, añade una vez más contracorriente.

Reckless. Sombras vivas. Cornelia Funke. Traducción de María Falcón Quintana. Editorial Siruela. Madrid, 2013. 396 páginas. 19,95 euros (electrónico: 9,99).

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