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Galerías ‘pop up’

Las iniciativas nómadas de arte con sede estable en la Red se multiplican en España y en el extranjero

Obra del artista canadiense Mike Swaney en la muestra 'You just got blogged', de la galería nómada me & the curiosity.
Obra del artista canadiense Mike Swaney en la muestra 'You just got blogged', de la galería nómada me & the curiosity.

“¡Estaba aquí, pero ya no estoy!”. La pintada que dio a conocer Jimmy Cliff y marcó el inicio del fenómeno de la música reggae,vuelve a estar de plena actualidad con las galerías nómadas. Cada vez hay más iniciativas que mantienen como única sede estable una página en Internet y por lo demás organizan exposiciones y eventos en espacios extemporáneos, especialmente adecuados para cada ocasión. Todo vale: un parque público, la casa de un amigo, una asociación de barrio o un restaurante fusión.

La última en apuntarse a la tendencia ha sido Carmen Cruañas, exdirectora del finiquitado Espai Caja Madrid de Barcelona. Su propuesta, bautizada me& the curiosity, se estrena con una exposición en un impresionante plató fotográfico de la década de los sesenta, ubicado en el barrio de Gracia de Barcelona. Lo ocupará solo 10 días (del 30 de mayo al 9 de junio) para exhibir un conjunto de pinturas, esculturas y dibujos del artista canadiense Mike Swaney, reunidas en la muestra You just got blogged, que indagan en las fisuras e intersecciones entre el mundo online y la realidad offline. “Este formato permite elegir los espacios según las necesidades del evento. Además, concentra el interés en un periodo más breve, pero mucho más intenso de lo habitual, que se prolonga luego a través de la difusión en las redes sociales y la venta en Internet”, asegura Cruañas, que cuenta con más de 15 años de experiencia en un centro expositivo tradicional e institucional.

Las muestras pop-up, que aparecen y desaparecen como lo hacen las ventanas de las webs, parecen ser una de las vías de salida de un sector ahogado por los alquileres, la ausencia de una Ley de Mecenazgo satisfactoria y de un IVA cultural reducido. Unas condiciones que han dado el golpe de gracia a un entramado, ya de por sí inestable tanto desde el punto de vista conceptual como económico. Aquí como del otro lado del océano.

Lo demuestra THE POOL NYC, una galería itinerante fundada en 2009 por dos italianos afincados en Nueva York, Luigi Franchin e Viola Romoli. Desde entonces se dedica a la promoción de jóvenes artistas de vanguardia en diversos países del mundo, de Hong Kong a Miami, de México a Londres. Su próximo evento será en Venecia, donde aprovechando la concentración de público especialista, reunido para la Bienal, presentan Wide Shot, muestra concebida como una Wunderkammer (cuarto de las maravillas del siglo XVII) contemporánea, que ocupará una casa antigua a lado de uno de los colosos de la laguna: Palazzo Grassi. “Aunque Nueva York sigue siendo el lugar donde se combaten las batallas artísticas decisivas, nuestra forma de vivir el arte nos empuja a movernos. La elección de ser una galería nómada no es solo utilitaria, sino programática”, indica Viola Romoli.

'Yellow rug', obra expuesta en THE POOL NYC.
'Yellow rug', obra expuesta en THE POOL NYC.

El movimiento es directamente inherente también al proyecto Changarrito, una plataforma de difusión de artes plásticas, visuales y literarias, creada por el artista mexicano Máximo González, que exhibe y promueve las obras a través de una estructura ambulante típica del comercio callejero de México.

“Desde su nacimiento, el Changarrito ha sido concebido como un espacio físico donde conviven diversas expresiones artísticas. Su contenido es ecléctico, porque refleja el panorama en continua transformación de la realidad socioeconómica y cultural contemporánea”, explica González. El Changarrito, que también estará en Venecia para participar en la promoción de Ariel Guzik, protagonista del Pabellón de México, forma parte de la muestra Esto no es un museo. Artefactos móviles al acecho (http://estonoesunmuseo.com), que reúne en el Centro Cultural de España en México, hasta el 30 de junio, más de 70 dispositivos expositivos móviles. Un ejemplo más de la diversidad de las propuestas alternativas, cuyo común denominador es la búsqueda del contacto con la realidad urbana cotidiana y la activación del espacio público y sus habitantes.

“En la última década hemos asistido a una proliferación de tentativas por multiplicar el perímetro del museo tradicional mediante estructuras portátiles. Sin embargo, lo más importante de las plataformas móviles no es solo la extensión espacial, sino la reformulación de los propios parámetros expositivos y la construcción de narrativas plurales y críticas frente al modelo hegemónico”, concluye Martí Peran, comisario de la muestra.

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