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Pepe Luis: ‘Al toro hay que poderle con la cabeza’

El llamado 'Sócrates de San Bernardo' por su inteligencia natural lidió 568 corridas de toros

Antonio Lorca
El torero Pepe Luis Vázquez durante la inauguración de un monumento el 20 de abril de 2003.
El torero Pepe Luis Vázquez durante la inauguración de un monumento el 20 de abril de 2003.Julio Múñoz (Efe)

"A mi padre lo mantienen el amor de los suyos y una cabeza privilegiada", decía hace poco Pepe Luis Vázquez hijo, ya retirado de los ruedos.

Debe ser así porque el maestro siempre defendió que "la cabeza es fundamental para estar delante del toro; al toro hay que poderle con la cabeza", enfatizaba.

Y ha sido la cabeza la que lo ha tenido aferrado a la vida.

El llamado Sócrates de San Bernardo por su inteligencia natural y su barrio sevillano, lidió 568 corridas de toros, fue el torero que más toros de la ganadería de Miura mató en la Maestranza sevillana, sufrió graves percances, era el decano de los toreros vivos y ya en su ancianidad continuó recibiendo premios a toda una vida dedicada al arte del toreo como uno de los máximos referente de la tauromaquia.

Cuatro fueron los percances más graves que Pepe Luis sufrió a lo largo de su carrera, según refleja la revista Aplausos.

El que le marcó para toda la vida ocurrió el 25 de julio de 1943 en la plaza de Santander. Un toro de la ganadería de Escobar hizo por él cuando estaba caído en el suelo en el tercio de quites y le destrozó la mejilla, la nariz y la ceja.

Un año más tarde, el 22 de junio de 1944, en Madrid, un toro le partió la clavícula; en el 48, en Barcelona, fue corneado en el muslo izquierdo, y en la misma pierna recibió otra cornada el 19 de septiembre del mismo año.

Entre sus faenas más importantes, han quedado para el recuerdo la del 30 de mayo de 1949 en Aranjuez, que pasó a ser conocida como la del Concierto de Aranjuez. En 1951 triunfó a lo grande en Madrid con el toro Misionero, de la ganadería de Castillo de Higares; y ese mismo año cuajó un toro de Villagodio en Valladolid, en la que él mismo consideraba como la mejor faena de su vida.

Tomó la alternativa en Sevilla el 15 de agosto de 1940, y la confirmó en Madrid el 20 de octubre en un festejo al que asistió el dirigente nazi Heinrich Himmler, de visita en Madrid invitado por Franco.

Junto a Manolete protagonizó la posguerra española, lideró el escalafón las temporadas de 1941 y 42, viajó y triunfó en América, se retiró en 1953, reapareció fugazmente en 1959 y se despidió tras triunfar en Madrid y Barcelona.

En 1998, el Gobierno de España le concedió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.

El 3 de marzo de 2001, un jurado de expertos lo consideró como uno de los diez toreros más importantes de la historia.

Al año siguiente, el 11 de mayo, la Comunidad de Madrid descubrió un azulejo en la plaza de las Ventas en el que figura una frase que define al maestro: La armonía, la belleza y la gloria en la historia de la tauromaquia.

El 20 de abril de 2005, el Ayuntamiento de Sevilla descubrió un monumento -una estatua del torero en la posición del famoso cartucho de pescao- frente a la plaza de la Real Maestranza; en abril de 2008, recibió el X Premio Nacional Universitario Joaquín Vidal, que concede el Círculo Taurino Luis Mazzantini, de la Universidad San Pablo CEU; y este año ha sido galardonado por la Asociación Taurina Parlamentaria.

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Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

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