“Ahora confío algo más en mí”
Mario Casas rememora las dificultades para terminar el filme ‘La mula’
“De repente, Michael Radford se subió a la tarima y dijo que se iba. Quedaba una semana de rodaje, íbamos a filmar la secuencia del baile, Michael soltó aquello y yo solo pude pensar: '‘Es una broma”. Mario Casas (A Coruña, 1986) ha estado a punto de no ver La mula en los cines. Finalmente la película de Radford — firmada en los títulos de crédito por anónimo—, basada en la novela homónima de Juan Eslava Galán, llega a las salas este viernes, y Casas siente que se saca una espinita. “Le tengo mucho cariño a La mula, porque significó muchas cosas para mí”. Se refiere al riesgo de imitar un acento andaluz, del que sale bien parado como refrenda la Biznaga de plata al mejor actor del último festival de Málaga, o a haber conocido a compañeros de reparto como Secun de la Rosa o María Valverde, que hoy es además su pareja.
Hace cuatro años no todo parecía tan bonito: “Explicó que el desencuentro con la productora española no se resolvía y que no podía seguir”… y les dirigió esos días un realizador con pasamontañas. “La novela habla de un tipo muy joven, inocente, de mirada limpia. Michael vio algo en mí, que a mitad de mi prueba se levantó, se fue, y me contrataron. Entré de los últimos en el reparto y lo único que puedo decir es que Michael me trató superbien. Sentí que nos entendíamos, que comprendía mis preguntas y yo sabía la mirada que quería él, que es lo más importante para componer ese personaje del cabo Juan Castro”.
De ahí el silencio. “El primer año sigues frustrado. Luego, todo pasa a vía judicial y de vez en cuando llegaban noticias. Crees que la película nunca saldrá adelante”.
Casas insiste en esa mirada inocente de su personaje, de un hombre metido en mitad de un conflicto, la Guerra Civil, del que solo quiere salir vivo, con una esposa y la mula del título. “Veo la película y no me noto muy cambiado. Puede que hoy no logre tan fácilmente esa mirada inocente, porque esa naturalidad ya no es la misma”.
El actor confiesa que ha pasado mucha carrera, una carrera que le ha llevado estos meses a dejarse barba —acaba de afeitársela- para trabajar en Ismael, de Marcelo Piñeyro. Y que espera con ansia el estreno de Las brujas de Zugarramurdi, de Alex de la Iglesia. “Ahora confío algo más en mí. Sí sé que estos cuatro años tenía cierto miedo a La mula, porque no sabía cómo había quedado mi trabajo, hasta que la enseñaron hace tres meses. Y vi algo bonito y digno".
Babelia
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