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OBITUARIO

Deanna Durbin, estrella musical de Hollywood

Triunfó como actriz y cantante durante las décadas de los treinta y los cuarenta

La actriz Deanna Durbin.
La actriz Deanna Durbin.Getty Images

Ha muerto a los 91 años la actriz y cantante Deanna Durbin (Edna Mae Durbin, de verdadero nombre). Fue una de las máximas estrellas de Hollywood en los años treinta, superando en popularidad incluso a otra niña prodigio, la pizpireta Shirley Temple. Era una de las modas del cine americano de la época: promocionar a jóvenes cantantes a través de comedietas inocentes y ejemplares, en ocasiones con una pizca de picardía. Fue el terreno en el que Deanna Durbin triunfó de inmediato.

Aunque era un pelín cursi poseía una bella voz de soprano, que a sus 14 años llamó la atención de la MGM, con quien interpretó su primera película. Pero fue la productora Universal quien hizo de ella una estrella, al parecer gracias a los buenos oficios del director Henry Koster a cuyas órdenes obtuvo la Durbin algunos de sus grandes éxitos: Tres diablillos (1936), Loca por la música (1937), Su última diablura (1939), Princesita (1940) y Casi un ángel (1941), hasta el punto de convertirse en la actriz mejor pagada en Hollywood, entre otras razones por haber sacado de la quiebra a los estudios. Sus discos, sus recortables y fotografías inundaron el país, incluso otros europeos. En España tuvo notable éxito, y en Italia fue éste de tal envergadura que Benito Mussolini le escribió una carta abierta en Il Popolo pidiéndole que intercediera ante el presidente Roosevelt para que Estados Unidos no participara en la guerra. Y en el refugio de Ana Frank se encontraron fotos de la estrella claveteadas en la pared.

La imagen de la Durbin era un ejemplo para las familias biempensantes. Desde las vírgenes muchachitas casaderas hasta los achacosos abuelos, todas la adoraban. De ahí que en 1938 recibiera un Oscar juvenil, junto a otro joven de éxito, Mickey Rooney, por “su significativa contribución a llevar a la pantalla el espíritu y la personificación de la juventud”. Pero la Durbin iba creciendo, como sugieren los títulos de sus siguientes películas, igualmente exitosas en taquilla: El primer amor (1939), Mi encantadora esposa (1943), Lazos eternos (1943), Feliz y enamorada (1844) o El diablillo ya es mujer (1947). Fue esta su penúltima película.

A los 28 años la Durbin abandonó su carrera, cansada según dijo de las sumisiones de la popularidad, al estilo de Greta Garbo, y años después, de Marisol, otra ex niña prodigio. Deanna Durbin se retiró del todo al tener un hijo de su tercer marido, el director y productor francés Charles David, con quien se fue a vivir a Neauphlé-le-Château, localidad en la que la actriz ha fallecido ahora. Fue una retirada en firma, a pesar de las constantes demandas de que volviera al cine. El tenor Mario Lanza estuvo a punto de conseguirlo pero sólo a punto. Deanna Durbin concedió una única entrevista, en 1983, y tres años antes había mandado publicar su fotografía para desmentir que estuviese gorda. Fue ésta su última aparición pública. Dicen que aún mantiene en Hollywood una corte de devotos.

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