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Hamburguesa con de todo y un pepinillo

El MoMA dedica su gran exposición del verano a la obra temprana de Claes Oldenburg

'Cobertura de pasta', 1961–62. Escultura de plástico pintadas sobre platos de cerámica.
'Cobertura de pasta', 1961–62. Escultura de plástico pintadas sobre platos de cerámica.Claes Oldenburg (MoMa. Colección de Sindney y Harriet Janis.)

Nacido en Estocolmo, Claes Oldenburg (1929) es uno de esos artistas que representa como pocos la esencia de lo que se puede entender como arte americano. Creador del expresionismo Pop, durante la década de los 60 decidió que todo aquello que se podía adquirir en las tiendas abiertas durante las 24 horas del día, los famosos Delis, era susceptible de convertirse en obra de arte. Vinculado en su imaginario filosófico con Warhol y Lichtenstein, los reyes del Pop Art, Oldenburg dio una personalísima pirueta para hacer que arte y negocio fueran una misma cosa.

Con unos principios muy lejanos de aquellos otros creadores que decidieron vivir de espaldas al mercado (los expresionistas abstractos, al menos en sus orígenes), Oldenburg hizo que la tienda fuera una obra de arte en si misma. Y todo lo que ella contenía para vender lo mas caro posible. En 1961 arrendó un amplio espacio en el Lower East Side neoyorkino y lo abrió bajo el rótulo de The Store (La Tienda). Al igual que en los Delis del barrio, en la parte trasera del establecimiento, se amontonaban los objetos. Había vestidos, camisas, zapatos, sillas, cuchillos, tartas completas y en porciones... De todo. Pero a diferencia de las otras tiendas de la zona, el genero salía de la mano del propio Oldenburg. En lugar de telas baratas, maderas o harinas y azúcar, la mercancía de The Store había sido hecha con alambres, papeles de viejos periódicos, escayola....y litros de pintura de los mas resplandecientes colores. Todo se despachaba en la parte delantera de la tienda.

El historiador y crítico Will Gompertz cuenta en Qué estás mirando (Taurus) que Oldenburg había desarrollado una forma de Pop Art que llevaba hasta las últimas consecuencias la filosofía del movimiento al mezclar el comercio real con objetos reales en una calle comercial real. ”Dio resultado”, escribe Gompertz. “La tienda de Oldenburg se convirtió en un lugar de moda para comisarios, coleccionistas y artistas que se arremolinaban allí para husmear y comprar.”

Fue el lanzamiento al estrellato de Oldenburg. Pocos meses después, ya en 1962, presentó al mundo su pieza mas célebre, Dos hamburguesas con queso, con todo, una escultura en la que la comida basura era proclamada como la nueva Madonna del arte.

Pero si The store es su instalación más famosa, hay un antes y un después (que aun prosigue) en la vida de este este esencial artista. El MoMA exhibe hasta el 5 de agosto lo que está siendo su gran exposición de la temporada, The street and the store, una enriquecida versión de la muestra que ya se ha podido ver en el Guggenheim de Bilbao y que tiene previsto seguir trotando por otras ciudades del mundo.

En el museo neoyorkino Oldenburg ocupa dos plantas de las salas temporales con más de 150 obras.

La muestra arranca con las salas dedicadas al arte callejero (The Street). El grafiti y las esculturas de materiales de desecho como la arpillera o cortezas de árboles, ocupan este espacio. Después, viene la gran performance del consumo con las obras de The store.

En la parte superior, como si de una exposición independiente se tratara, se acumulan las monumentales piezas para espacios públicos creadas con su esposa, Coosje van Bruggen. Son objetos de consumo como helados o tostadoras, como un reiterado ensalzamiento de la vida cotidiana.Remata la exposición una reproducción de su Mouse Museum, un museo en miniatura de formas geométricas en el que se contienen más de 300 pequeñas piezas de finales de los años 50.

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