El Louvre reabre con 20 policías de refuerzo para frenar a los carteristas
El museo admite que es "escenario de prácticas ilegales" Ayer estuvo cerrado por una huelga de vigilantes contra el aumento de los rateros
A más carteristas, más policías. Aunque tampoco muchos más. El Museo del Louvre ha reabierto hoy sus puertas con una veintena de agentes de seguridad de refuerzo, tras el cierre de ayer, debido a una huelga de los vigilantes de la pinacoteca que protestaban precisamente contra el aumento incontrolable de los rateros.
"La presencia de agentes de policía uniformados tiene un efecto disuasivo importante. Esperamos que se queden el máximo tiempo posible, varios meses, hasta que la situación vuelva a la normalidad", ha subrayado a la prensa el administrador general del museo, Hervé Barbaret, según recoge la agencia Europa Press. Los 20 policías van a añadirse al millar de vigilantes que ya controla el centro.
Aun así, la pinacoteca ha decidido también colgar en su página web una serie de recomendaciones para sus visitantes: "El museo del Louvre es un establecimiento muy frecuentado que,desgraciadamente, es escenario de prácticas ilegales que lamentamos". El centro invita a los turistas a la "vigilancia indispensable" de sus pertenencias, a que no compren entradas a los revendedores, y que "cierren bien sus bolsos".
No es para menos. Los vigilantes que cuidan la pinacoteca denunciaron ayer que se ven desbordados por los carteristas, que actúan tanto dentro del museo como en sus alrededores, y que ellos mismos han recibido en distintas ocasiones "escupitajos, golpes, insultos y amenazas". Hasta el punto de decir basta y obligar el museo más visitado del planeta, con 10 millones de personas al año, a clausurar durante 24 horas y colgar un mensaje en su página web que rezaba: "Importante. Por circunstancias excepcionales, el museo está actualmente cerrado. Pedimos disculpas a nuestros visitantes, y les mantendremos informado de la hora de reapertura".
La dirección del museo asegura que ya presentó una denuncia ante la Fiscalía de París en diciembre de 2012 por los frecuentes robos, además de 150 denuncias de particulares, y que prohibió la entrada a los sospechosos que pudo identificar.
Babelia
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