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Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un Shakespeare acrobático en el Real

La Compañía Nacional de Danza acomete la primera gran producción de ballet moderno

Un momento de 'Romeo y Julieta'.
Un momento de 'Romeo y Julieta'.JESÚS VALLINAS

La Compañía Nacional de Danza presenta en el Teatro Real del 16 al 27 una nueva producción del ballet Romeo y Julieta, sobre la partitura de Serguei Prokofiev y esta vez con dirección, coreografía, escenografía, trajes y luces de Goyo Montero, que ha contado con la colaboración de Verena Hemmerlein en el vestuario y de Olaf Lundt en la luminotecnia. La dirección orquestal corre a cargo de Koen Kessels (Bélgica, 1961) y Montero ha añadido un personaje de cosecha propia, Mab, especie de encarnación entre el destino y la muerte donde incorpora el recitado de textos del original teatral de William Shakespeare. Esta versión donde se mezcla la danza contemporánea y según su autor, el baile acrobático, fue estrenada por el Ballet de la Ópera Estatal de Nuremberg el 21 de febrero de 2009 en el Staatstheater de esa ciudad alemana.

ROMEO Y JULIETA

Compañía Nacional de Danza. Coreografía: Goyo Montero. Música. Serguei Prokofiev. Teatro Real de Madrid. Del 16 al 27 de abril.

El ballet Romeo y Julieta es la pieza de argumento o ballet narrativo más importante de cuantos se han hecho en el siglo XX, y se impuso en el repertorio con bastante rapidez, a pesar de todas las vicisitudes que rodearon la redacción de su partitura y su estreno. La última versión que se vio en Madrid fue en el verano pasado la del Mocow City Ballet. La tradición rusa fue hegemónica hasta la llegada de las primeras versiones como las de Ashton de 1955 en Copenhague o John Cranko con su primera versión en el Teatro alla Scala de Milán y La Fenice de Venecia ambas en 1958. A este catálogo se suman dos importantes versiones posteriores: la de Kennet MacMillan (Londres, 1965) y la de Rudolf Nureyev (Londres, Milán y París entre 1976 y 1982), que modificó en sus varias reposiciones a lo largo de más de 15 años. Ya en los tiempos más actuales, varios coreógrafos lo han intentado, como Angelin Preljocaj, inspirado por el universo del cómic y recientemente la alemana Sasha Walz, una versión que se ha visto en por el ballet de la Ópera de París recibido con frialdad. Se mantiene en repertorio igualmente en el Teatro Bolshoi de Moscú la versión de Yuri Grigorovich (1979) y en el Mariinski de San Petersburgo la de Leonid Lavrovski (1940). Estas dos producciones, aún con sus grandes diferencias estéticas, mantienen el canon de la gran escuela ruso-soviética.

El bailarín y coreógrafo Goyo Montero, nacido en Madrid y de padres también bailarines y maestros de danza española, estudió en el Real Conservatorio Profesional de Danza y en la Escuela del Ballet Nacional de Cuba y en su carrera sobre la escena ha sido primer bailarín en la Deutsche Oper de Berlín y bailarín solista en la Ópera de Leipzig, el Staatstheater de Wiesbaden y el Real Ballet de Flandes. Ha creado coreografías para compañías como la Maggio Danza de Florecia, la Deutsche Oper de Berlín y el Ballet Nacional de Cuba. Desde 2008 es director y coreógrafo del Ballet de la Ópera Estatal de Nuremberg. En Madrid Montero ha trabajado para el ballet de Carmen Roche, donde creó Desde Otelo hace unos años.

Para la dirección orquestal se ha contado con Koen Kessels (Bélgica, 1961), actual director musical del Royal Ballet de Birmingham desde 2010. Este maestro belga ha sido durante los últimos años principal director invitado en la Opera de Paris, donde ha dirigido Coppélia, Proust, Cinderella, Hurlevent, Giselle y La Source, entre otros títulos del repertorio de esa casa francesa. La temporada pasada debutó en la Wiener Staatsoper, el Teatro Bolshoi y la Ópera de Roma. Como director de ópera, su presencia es habitual en el Théâtre de la Monnaie de Bruselas y en la Ópera de Amberes, y su repertorio incluye obras de Mozart, Puccini y Britten.

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