Tríos bien avenidos
Jugada a tres bandas une a 21 espacios artísticos madrileños con exposiciones de triple protagonista: las galerías, los comisarios y los artistas
En una época en la que todo gasto puede ser grande, la propuesta se revela como toda una oportunidad: 21 galerías madrileñas se han aliado desde este sábado para, en un esfuerzo de equipo, acercar el arte emergente a visitantes, curiosos, interesados o paseantes. Las puertas están abiertas para todos, y como siempre, de manera gratuita. Organizadas bajo la cabecera de Jugada a 3 bandas, un festival que soplas las velas de su tercera edición, han decidido especializar un grado la labor que realizan a lo largo de todo el año: cada una con total libertad temática y creativa, han convocado a un comisario de su elección para levantar exposiciones que se mantendrán entre uno y medio y dos meses, y que generan discursos políticos, sociales o estéticos en torno a las obras de diferentes artistas, muchos de ellos ajenos a las galerías.
“El objetivo es cambiar la mirada que existe sobre estos espacios”, explica Javier Martín, coorganizador del evento, que desde este año gestiona la asociación Hablar en Arte, apoyada económicamente por el Ministerio de Cultura y patrocinadores privados, y que por primera vez se ha expandido a la ciudad de Barcelona, donde participan siete locales. “Hay quien se siente incómodo visitándolos, pero es algo mental: en realidad siempre están abiertos para todos, y nunca estás obligado a comprar”. La dinámica que se origina, y que en las dos pasadas convocatorias ha ayudado a “duplicar e incluso triplicar” la cantidad de público que se anima a traspasar el umbral de estos establecimientos a medio camino entre el negocio y la sala de muestras, propicia además la inclusión de otros dos agentes que se suman a la terna galerías-comisarios-artistas: “Una cuarta banda de la jugada podría ser el público, y la quinta los nuevos coleccionistas, que son personas interesadas en el arte pero que van comprando poco a poco”.
En la calle del Doctor Fourquet, tierra de pasto para las galerías, se articula uno de los principales ejes de este tour por la creación actual, que fluye por muchos de los meandros del centro de la capital. Maisterravalbuena, Fúcares, García y Nogueras Blanchard participan desde allí con sendas muestras que abarcan algunas de las cuestiones que perfilan el momento presente, desde la pérdida de la intimidad en la sociedad tecnológica al impacto de esta en la manera de abordar el arte. “Juego con la idea de que nos movemos hacia un concepto digitalizado de lo que es la pintura”, explica Niekolaas Johannes Lekkerkerk, holandés que ha comisariado la exposición Can’t hear my eyes, en Nogueras Blanchard. A partir de piezas como unos cuadros que representan unos códigos QR que al ser capturados con el móvil redirigen a una página con recetas de cócteles, “el espectador se confronta con un material que está generando una forma, en vez de representarla, lo que supone una transgresión de la concepción tradicional del arte”.
Dejando de lado el influjo omnipresente de la tecnología en la experiencia mundana, otras muestras se fijan en cuestiones tan diversas como la realidad social, el rol del cuerpo femenino, los sueños o el cosmos. Este último es el caso de García Galería, que presenta En la zona gris, un proyecto de la comisaria Virginia Torrente, que es además el cerebro que concibió Jugada a 3 bandas. La visión curatorial, una perspectiva fresca y a la vez reflexiva que se extiende fuera de los límites de lo conocido para el galerista, es la apuesta clave de esta experiencia. “Aunque no es que esto no se haga nunca: la mayoría de las galerías presentan al menos una muestra comisariada por temporada”, explica Ana Robledillo, coordinadora de la recién inaugurada Paula Alonso, cuya exhibición, Storymakers, pergeñada por Carlos Delgado Mayordomo, habla de literatura a través de la plástica. “Aunque lo fundamental es la labor del artista, que no puede ser desplazado, la figura del comisario es muy importante para exponer una tesis. Este se convierte en una voz para el creador, que a veces presenta un lenguaje críptico que es difícil de entender sin ella”.
Para celebrar la concurrencia barcelonesa, esta edición ha introducido una agenda off, en la que participan dos instituciones de cada una de las ciudades: el MACBA y el CA2M, que proyectarán obras de videoarte seleccionadas por dos comisarios. También se incluye como novedad un premio del público, patrocinado por una empresa que comprará obra por valor de 1.500 euros a la galería más votada, y que dará la misma cantidad a un espectador para que adquiera alguna pieza. Y como ya es costumbre, se realizarán paseos guiados, tanto para profesionales como para el público general. “Los últimos tres años han sido horribles, hemos vivido una situación muy compleja”, sentencia Norberto Dotor, de la veterana galería Fúcares. “Y esto por lo menos da pie a que se dinamice la vida artística y sus distintos elementos, que falta le hace”.
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