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OBITUARIO

Grigori Pomerants, filósofo de la disidencia

Chocó con el KGB y polemizó con la oposición rusa conservadora

El filósofo y culturólogo ruso y disidente soviético, Grigori Pomerants, considerado uno de los más importantes representantes de la llamada generación de los sesenta, falleció en Moscú el pasado día 16, a los 94 años de edad.

Nacido en Vilna en 1918, vivió desde los siete años en Moscú. Diplomado del Instituto de Filosofía, Literatura y Arte, se especializó en el escritor Fiódor Dostoievski, pero su tesis de posgrado fue considerada antimarxista y destruida después de ser arrestado en 1949 y condenado a cinco años por actividades antisoviéticas.

Antes, en 1941, al año siguiente de haber terminado sus estudios universitarios, había marchado como voluntario al frente y había sido herido.

Pomerants fue puesto en libertad en 1953, y tres años más tarde la invasión a Hungría y el acoso al poeta Borís Pasternak lo marcaron fuertemente. En 1959, al año siguiente de ser rehabilitado, comienza a participar en un seminario semiclandestino sobre filosofía, historia y economía política. Ese mismo año murió su primera esposa, la crítica literaria Irina Muraviova, y al siguiente conoció a la poetisa Zinaída Mírikina, con quien se casaría.

A partir de 1962 publica artículos sobre orientalismo y culturología comparativa en revistas especializadas, así como ensayos histórico-culturales y sociopolíticos, varios de los cuales fueron reproducidos en el extranjero al final de esa década.

Mantuvo relaciones con disidentes de diversas corrientes y en 1968 firma la Carta de los 224 en defensa de oponentes ideológicos al régimen; cuatro años más tarde aparece en Múnich un libro con sus trabajos, titulado No publicado, al tiempo que estos se difunden en el zamisdat clandestino, es decir, a través de copias mecanografiadas que corrían de mano en mano en la época soviética.

Partidario de las ideas de libertad individual y de la democracia de corte europeo, fue uno de los principales oponentes a la corriente conservadora de la disidencia soviética y durante años polemizó con Alexandr Solzhenitsin, del que criticaba su “apasionada unilateralidad” y su espíritu vengativo e irreconciliable.

A fines de 1984, el KGB le hizo una advertencia oficial con motivo de la publicación de sus obras en el extranjero, y el 15 de mayo siguiente los agentes de seguridad hicieron un registro en el apartamento donde Pomerants tenía su archivo, que fue confiscado.

Pomerants evolucionó “del marxismo al idealismo” —como él elocuentemente subrayaba: “Comencé a comentar a Dostoievski según Marx, y terminé interpretando a Marx según Dostoievski”— y llegó a considerar la religión y lo que llamaba la “filosofía profunda” como la base de la vida humana.

“Solo un nuevo espíritu, encontrado en la propia profundidad, puede sacarnos del pantano. Y sobre esto, en esencia, tratan todos mis libros”, dijo. Y: “Hoy hay que continuar lo comenzado y ver de nuevo el mundo como una unidad espiritual. Cuando lo hayamos visto, lo crearemos”.

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