Mortier: “Prefiero el público de Madrid al de París o La Scala”
'Brokeback Mountain', 'Tristan e Isolda' o 'Lohengrin', propuestas para la nueva temporada del Real que se inspira en el amor y en la mujer
Cuando uno suele conseguir todo lo que se propone, mirar atrás significa muchas veces pensar en lo que no pudo ser. Y de momento, en el persuasivo historial de Gerard Mortier hay un nombre marcado en rojo: Pedro Almodóvar. “Tengo una ópera para él. Con personas como Almodóvar puedo esperar 50 años”. Así que para la próxima temporada, tampoco esperen una producción suya en el Teatro Real. Más allá de esta espina clavada, ayer pudimos conocer en qué consistirá la tercera propuesta artística diseñada por Mortier para el coliseo madrileño. Y precisamente tiene un hilo temático muy del gusto del director manchego: la mujer y el amor en todas sus variantes. 12 títulos operísticos, de los cuales seis son nuevas producciones.
Puede verse en las dos obras de Chistoph Willibald Gluck que se han programado. El Orfeo y Euridice, cuya magnífica producción escénica corrió a cargo de la coreógrafa Pina Bausch y que dirigirá en el foso Thomas Hengelbrock; y en Alceste, una nueva producción del Real cuya escenografía dirigirá uno de los habituales de Mortier: el polaco Krzysztof Warlikowski. “Esta obra nos enseña que nadie puede morir por otra persona”, ha señalado el director artístico.
Tengo una ópera para Almodóvar. Con personas como él puedo esperar 50 años
También sobre el amor, especialmente el que se produce fuera del matrimonio y el que debe ocultarse –“puede que el gran amor solo suceda fuera del matrimonio”, dice Mortier- y que constata que lo físico no dura siempre, hablan el Tristán e Isolda (Richard Wagner) de Bill Viola y Peter Sellars, y Brokeback Mountain, el nuevo estreno mundial del Real. Una visión sobre el amor que no puede trasladarse a la esfera pública. La primera ya se estrenó en París y ofrece una visión a través de las imágenes del videoartista Viola de la metafísica de los personajes. La segunda es una adaptación del relato corto de Annie Proulx (también autora del libreto) con una nueva composición de Charles Wuorinen. Un músico que Mortier ha situado en la orilla opuesta de Philip Glass (autor de The perfect american, el útlimo estreno del Real), en la línea de “Alban Berg o Elliott Carter”. La obra, opinan todos los implicados, se alejará de cierto romanticismo en el que incurrió la película de Ang Lee.
La otra pata temática de la temporada, concentrada en dos obras, es América y el Nuevo Mundo. En coproducción con la Ópera de Perm se estrenará una versión inédita de The indian queen, la pieza que dejó inacabada Henrry Purcell en 1695 y que dirigirán ahora en el foso Teodor Currentzis y en la escena, Peter Sellars. Además, la temporada encontrará su apertura (en realidad comenzará con El barbero de Sevilla de Emilio Sagi) simbólica en La conquista de México de Wolfgang Rihm. En un primer momento se pensó en la Fura dels Baus para este montaje, pero finalmente será Pierre Audi y el escenógrafo y artista Alexander Polzin (autor de la escultura que aparece en la portada del folleto de la temporada y de las ilustraciones interiores) quienes se ocupen de dar forma a una obra que, alejada de la visión de destrucción (tan real como estereotipada de la conquista), termina con un dúo entre Montezuma (interpretado por Nadja Michael) y Hernán Cortés (Georg Nigl).
'Brokeback mountain' , con múisica de Charles Wuorinen, será el estreno mundial de la temporada
También habrá propuestas más conservadores y populares. Algo que suele reprochársele (la falta de ellas) a menudo al director artístico. La última vez, la pasada semana, por parte de la consejera de Cultura de la Comunidad de Madrid. "Me dicen que no hago ópera para el gran público. Pues ahí tienen El barbero de Sevilla o L'elisir d'amore; bel canto para la gente que solo quiere escuchar eso", ha detallado Mortier, que también ha apuntando en broma que en el Real "el equilibrio es muy frágil"-
Sin embargo, y en un guiño sin precedentes al patio de butacas, el belga asegura que, a pesar de la polémica que ha levantado con algunas de sus anteriores propuestas, prefiere al público de Madrid antes que al de París o al de la Scala de Milán. El de Madrid, sostiene, "es nuevo, sólo tiene 15 años de experiencia en este teatro, es más naif, tiene curiosidad y descubre cosas", mientras que en París "piensan que se lo conocen todo". Aunque, en realidad, la afición en Madrid sea mucho más antigua que la reinauguración del Teatro Real hace tres lustros.
Otro asunto que suele generar polémica es la obligada inclusión de Plácido Domingo en la programación del Real. Esta vez se romperá la tradición y no protagonizará la última ópera de la temporada. Según Mortier, porque le habían reservado la primera quincena de julio, pero el tenor acudirá durante esos días al Mundial de Fútbol de Brasil. Este año el Teatro cerrará sus puertas la última quincena de julio para ahorrar gastos, así que su presencia quedará reducida a un recital de dos o tres días con fecha por determinar.
Babelia
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