Félix Lavilla, sabio estilista de la música
El intérprete y compositor acompañó al piano a figuras como Teresa Berganza, Victoria de los Ángeles o Pilar Lorengar
‘IN MEMORIAM’
Con la muerte en Madrid, el pasado mes de enero, del pianista Félix Lavilla desaparece, además de un gran artista, buena parte de la memoria de aquel conservatorio de Madrid en el palacio Bauer de la calle de San Bernardo, donde hoy está instalada la Escuela Superior de Canto. Allí estudió Félix con el ilustre catedrático de piano José Cubiles y allí conoció a la gran mezzosoprano Teresa Berganza, con la que contraería matrimonio. Una de las hijas de ambos, Cecilia, es una cantante muy notable, con una carrera internacional. Cecilia Lavilla ha grabado no hace mucho con el pianista Josu Okiñena, las hermosas canciones de su padre, canciones infantiles y de amor, de muy diferentes regiones de España, pero especialmente del País Vasco, de donde procedía la madre del autor.
Félix Lavilla gozaba ya en el Conservatorio del prestigio que le otorgaba su dominio del piano y una irreprimible vocación de compositor. Pronto su relación con la eximia Teresa Berganza le llevó hacia el acompañamiento a cantantes. En esa faceta recorrió el mundo con figuras como Victoria de los Ángeles, Pilar Lorengar, Jessye Norman, Carlo Bergonzi y, por supuesto, Teresa Berganza. Pero también ha tocado junto a eminentes solistas como los violonchelistas Gaspar Cassadó y Pedro Corostola, o el violinista Agustín León Ara.
Nacido en Pamplona en 1928, Lavilla pasó parte de su infancia en Renteria (Gipuzkoa), donde su padre, el director de banda y compositor soriano Julián Lavilla, era profesor en la Academia Municipal de Música. Junto a su padre haría Félix sus primeros pinitos de compositor en la zarzuela Elena de Vergara, en prólogo y dos actos.
Música antigua
Lo equilibrado y sutil de los juicios musicales de Félix Lavilla era consecuencia de un hondo conocimiento de la música antigua, que tantas veces adaptó y “actualizó” según criterios de aquel tiempo. Un músico de la calidad y la ciencia de Daniel Barenboim procuraba visitarle cuando pasaba por Madrid y, hasta altas horas de la noche, sus conversaciones sobre música se convertían en arte y sabiduría.
Ocasionalmente, Lavilla actuó como director de orquestas internacionales, como la de Hannover o la Northern Symphonic. Descanse en paz este sabio maestro y estilista del canto, tan nuestro como de otros muchos lugares y públicos del mundo.
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