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Enrique Meneses, más allá de Sierra Maestra

El reportero madrileño fallece en su ciudad con 83 años Se hizo conocido por las fotos con los protagonistas de la guerrilla que llevaría a Castro al poder

El fotógrafo Enrique Meneses.
El fotógrafo Enrique Meneses.Ricardo Gutierrez

Se hizo mundialmente conocido por el reportaje exclusivo publicado en Paris Mach con los protagonistas de la guerrilla que llevaría a Castro al poder. Esas fotos le hicieron famoso, pero ya entonces Enrique Meneses (Madrid, 1929-2013) había estado y siguió estando muchos años en todos los escenarios y ante los personajes más poderosos del siglo XX (Luther King, J. F. Kennedy y Jackie, Paul Newman, Marlon Brando, Anthony Perkins, Hitchcock, Salvador Dalí, Sidney Poitiers, Mel Ferrer, Pablo Picasso, Luis Miguel Dominguín, Charles Aznavour.

Maestro de fotoperiodistas, Meneses trabajó casi toda su vida como freelance, con algunos paréntesis durante los que se ocupó de la agencia Fotopress, estuvo en programas míticos de TVE como A toda plana o Los reporteros y dirigió la edición española de la revista Play Boy. Desde hace años estaba volcado en su blog, su propia emisora de radio y su propio canal de televisión. Enfermo de cáncer, Meneses vivía en un piso del barrio de la Ciudad de los Periodistas, en Madrid con una pensión mínima pero con un montón de amigos que le ayudaban a organizar su vida cotidiana y sus muchas actividades.

En las vísperas de su 80 cumpleaños, EFTI, la Escuela de Fotografía e Imagen de Madrid, le dedicó una exposición antológica en la que participó activamente y le sirvió para dar a conocer la amplitud y dimensión de una obra que iba más allá de Castro y del Che, como sus reportajes en territorios en conflicto: La India, Oriente Medio, Rodesia o Centroamérica.

Pero lo cierto es que aunque a veces le resultara cansino hablar de su trabajo en Cuba, era difícil interrumpirle cuando se adentraba en los recuerdos de aquellos años. Porque no solamente se difundieron imágenes de un valor artístico y periodístico incalculable, sino que Meneses supo ver como ningún otro antes la importancia que aquellos jóvenes guerrilleros iban a tener en el futuro.

Dueño de un encanto personal muy especial, a Meneses le gustaba contar que la casualidad colaboró para que él entrara en la corrompida Cuba de Batista en el momento oportuno. Hablando con unos y otros, logró que los líderes guerrilleros le autorizaran viajar empotrado con ellos en su avance hacia Sierra Maestra. Fueron muchos días en los que el entonces joven periodista español pudo retratar a los Castro, a Guevara y a los suyos en escenas cotidianas como afeitándose, leyendo un libro, bebiendo café... Recordaba al Che como a un hombre introvertido y callado, mucho menos extrovertido que Fidel.

Sacar aquel material de la isla fue una aventura añadida. Finalmente, las páginas de Paris Mach mostraron que aquellos chicos que se dirigían a La Habana, iban muy en serio y que iban a determinar el futuro de la historia. “Siempre me ha interesado la gente que destaca”, decía. “En lo que sea. Detesto la vulgaridad”.

El reportaje se publicó mientras Meneses estaba aún en la isla, por lo que conoció como se las gastaba Batista y acabó en sus cárceles.

Durante estos últimos años, ya impedido para salir, disfrutaba mucho siguiendo el trabajo de los fotorreporteros españoles y le gustaba dialogar con la gente joven a través de la red. Enemigo de la pompa, presumía de no haber estado nunca a las órdenes de nadie y haberse movido toda su vida por lo que le distaba su propio corazón. Ese concepto de la vida y de la profesión es el que quería dejar como herencia a las nuevas generaciones.

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