Salir o no salir en televisión, he ahí la cuestión
En colaboración con la Guindalera, los Teatros del Canal de Madrid presentan las comedias ‘Odio a Hamlet’, de Paul Rudnick, y ‘La larga cena de Navidad’, de Thornton Wilder
Salir o no salir en televisión, he ahí la cuestión. Nada de dudas existenciales. O, quizá, precisamente sea esta una de las cuestiones transcendentales de la cultura en nuestros días, emitida ya por el escritor, dramaturgo y guionista estadounidense Paul Rudnick en las postrimerías del siglo pasado. Andrew Rally, un famoso actor que se ve en la disyuntiva de tener que decidir entre un papel de enjundia, el de Hamlet, o participar en un programa basura, de bajo nivel intelectual pero de alta rentabilidad, es el eje de la obra Odio a Hamlet, estrenada en Broadway hace dos décadas y que se representa en los Teatros del Canal de Madrid hasta este 6 de enero, en un montaje realizado en conjunción con el también madrileño Teatro Guindalera.
Escrita en el apartamento neoyorquino del intérprete John Barrymore (que pasó a la posteridad por sus interpretaciones de los shakespearianos Hamlet y Ricardo III), en el que entonces vivía el autor, la pieza juega con la idea de que su fantasma regresa para convencer a Rally de que acepte interpretar al clásico personaje dramático. Pero la fama, el dinero y el reconocimiento, él lo sabe bien, no le van a llegar por esa vía. ¿Qué le merecerá más la pena? ¿Y al público?
Traducida y versionada por Juan Pastor, el protagonista de esta incisiva función a mitad de camino entre la risa y el llanto es Raúl Fernández, intérprete él mismo tanto de teatro como de televisión, con trabajos a sus espaldas como Tres años, de Chéjov, por un lado, o Con el culo al aire o El internado del otro. Junto a él, se suben al escenario María Pastor, Ana Miranda, Álex Tormo, Ana Alonso, y José Maya, quienes dan vida respectivamente a la abnegadamente casta novia de Rally (que por esa cualidad le hace sufrir lo suyo), su representante, un productor catódico, una agente inmobiliaria y al ectoplasma de Barrymore.
Hasta la misma fecha, y también en colaboración con la Guindalera, los teatros del Canal acogen La larga cena de Navidad, del novelista y dramaturgo estadounidense Thornton Wilder, la recreación de una extensísima comida familiar que sirve de metáfora de la propia vida. Dirigida igualmente por Juan Pastor, repite con los actores de Odio a Hamlet Raúl Fernández, María Pastor, Ana Miranda y Álex Tormo, a los que se suman Teresa Valentín-Gamazo, Noemí Irisarri, Cristina Palomo, Carmen Gutiérrez, Iria Márquez, José Bustos, José Troncoso y el propio Pastor, que es también el responsable, junto a Valentín-Gamazo, de la sala Guindalera.
Como una reflexión en torno a la humanidad, varias generaciones -que se corresponden con las diferentes etapas de la existencia- llenan progresivamente el espacio común de gestos y palabras que se evaporan con quienes se van y a su vez permanecen en la memoria de los que se quedan tras el implacable fluir del tiempo, dejando tras de sí un poso agridulce de ironía. Y también, como se merece el paso por este mundo, un necesario (y casi obligatorio) toque de humor.
Babelia
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