Mejor Cómic: ‘Vapor’, de Max

Lo de Nicodemo resulta demasiado chocante y nada coloquial. Por eso en cuanto aterriza en el desierto, al ermitaño, que protagoniza Vapor (La Cúpula), le cambian el nombre por Nick, un apodo mucho más en la onda. Y es que ya nada parece ser como antaño. De hecho ya no quedan apenas espacios en los que retirarse a meditar sobre nuestra atribulada vida. Las tentaciones de antaño ahora son distracciones para los anacoretas del siglo XXI. El dibujante Max quería dejar a su nuevo personaje en situación de reposo, vaciando su cabeza de palabras. No lo escribió pensando en la crisis, que todo lo invade aunque también podría servir, sino en la saturación de información que recibimos por todos los frentes y que nos agota.

Refugiado desde años en Mallorca, Francesc Capdevilla, investigó en torno al santoral en busca de un argumento. La fiesta de San Antonio Abad, que se celebra el 17 de enero por todo lo alto, en muchos pueblos de la isla y en las que se representan popularmente las tentaciones de san Antonio por parte del demonio, le aportaron la idea inicial. A esa imagen se sumó la lectura de La tentación de San Antonio, de Gustave Flaubert. A partir de ahí comenzó la aventura de expresar lo máximo con los mínimos elementos: blanco y negro y un trazo lineal y sintético. El tiempo ha venido a darle la razón. Vapor ha sido elegido por los lectores como el cómic del año. La mezcla de filosofía y humor metafísico que acompañan los discursos de Nick, han atrapado también a los críticos. Se trata por tanto de un éxito a dos bandas. Con o sin premio, Max ya había decidido que su próximo trabajo será un cómic sin palabras.

* Vapor. Max (La Cúpula)