Un fantasma recorre Madrid
La serie veraniega de EL PAÍS 'Leandro, el fantasma de la Moncloa', escrita por José María Izquierdo, se presenta como libro
Un fantasma recorrió ayer el centro de Madrid. Leandro, ese espectro con más que un razonable parecido al hijo de un monarca, apareció anoche encuadernado en el Círculo de Bellas Artes. El periodista José María Izquierdo, su creador, el autor de le serie que este verano publicó EL PAÍS, presentó el libro -Leandro, el fantasma de la Moncloa (La hoja del monte)- que reúne las conversaciones del espectro que se coló en la Moncloa en la época de Adolfo Suárez con Mariano Rajoy y otros miembros de su gabinete. Un formato perfecto para asistir a la evolución del pasmo del fantasma que, pese haberlas visto de todos los colores, descubre en el último capítulo que el Presidente es un hombre feliz. Mariano Rajoy, concluye Leandro, sabe que lo que no se puede resolver no es un problema. Que las grandes decisiones se toman en Europa y las pequeñas, sus ministros. Así que no le queda más que ofrecer un puro a su confidente y sentarse a contemplar.
Para tan surrealista historia, Izquierdo eligió una perfecta tripleta de presentadores: los humoristas Javier Coronas y Toni Martínez, y su compañera de tertulia en la SER, Mariola Urrea. Y claro, la puesta de largo de este Leandro recopilado se convirtió en algo hilarante. Y bastante enfocado, por cierto, a la figura de Rajoy. Para Martínez, el Presidente es un fantasma de nueva generación. “En su caso, en vez de atravesar paredes, es la realidad quien le atraviesa a él”. En cambio, para Coronas –que sostuvo que fue abandonado en un Eroski, posteriormente adoptado por Los Sabandeños y por último criado por el propio Izquierdo- es algo a medio camino entre “un ciborg (porque se atasca a menudo) y Marujita Díaz”, por eso de tener siempre los ojos abiertos. ¿Y por qué los tiene así? La mesa, finalmente, convino que muy probablemente de pequeño le habrían
quitado piel del cuello. Eso, sin duda, le mantiene los parpados abiertos de par en par.
También se habló de Ana Mato y de su capacidad para desaparecer en plena crisis sanitaria o soltar perlas como que no habría copago sanitario un segundo antes de anunciar que empezaría a cobrarse por las medicinas. Se reseñó, como no, a De Guindos y su afición por renovar el vocabulario y convertirlo en guindés. Ya saben, por aquello del crecimiento negativo y otras perlas de la semiótica política. “Para él, Jack el destripador pasaría a ser el aireador”, soltó Martínez. Y ahí Urrea puso cordura y recordó que, justamente, el trabajo de Izquierdo se aleja del guindés y sus dialectos porque ha consistido en transformar la realidad (como De Guindos), pero sin alterar el lenguaje. “Además, tiene una valentía para hacer todas las mañanas un recorrido por las cloacas informativas sin acabar lleno de porquería”, remachó.
En realidad, el libro habla también de la soledad de un presidente que pinta cada vez menos, pero a quien importa de forma negativamente creciente su ridícula relevancia. “Tenía dudas de cómo enfocar al personaje. Al principio pensé que Rajoy es como el comandante de La loca academia de policía, que le pasan unas cosas espantosas por delante y el sigue sin que se le mueva un pelo. Pero al final me decidí por un todo distinto”, aclaró Izquierdo sobre el origen del libro. También supimos que Wert no aparece “porque está muy ocupado y porque cuando entra él, no queda espacio para nadie más”. Y que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, es uno de sus preferidos. Le recuerda a aquellos tipos bajitos de la verbena que se acercaban al tenderete del martillo y te soltaban: “Yo te gano a esto”.
Y entre una izquierda zombi y un gobierno fantasma en España, también cupo preguntarle a Izquierdo quién es en realidad ese Rajoy. “Es una persona real con una capacidad inaudita de sobrevivir. El aguante puede ser por dos motivos: una fortaleza intrínseca o que es un tentetieso. Este último es su caso. Resiste porque no hay manera de tumbarlo”.
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