Diseño que resuelve problemas urbanos
Un estudio sevillano gana un concurso internacional que premia el mobiliario como acción social
“Detectar un problema urbano, buscar un estrategia y proponer una solución”, así resumen los arquitectos del estudio (Bau)m, Miguel Gentil, Marta Barrera y Javier Caro, la intervención con la que han ganado el concurso internacional Unpleasant Design. Se trata de un certamen sobre propuestas de “acción social” en las que se utiliza el diseño como arma. Con estas premisas han ideado un asiento portátil para los inmigrantes que venden pañuelos en los semáforos. El objetivo final es la denuncia y la propuesta de solución, un objeto al que llaman mobiliario de integración.
La idea de lucha social a través de la intervención arquitectónica responde a una tendencia que los arquitectos consideran que se extiende en España. Y ponen como ejemplo al grupo de Zaragoza Estonoesunsolar, un equipo que se ha especializado en recuperación, mantenimiento y rehabilitación de espacios urbanos abandonados para convertirlos en zonas abiertas para los vecinos.
En Sevilla, donde también se asienta (Bau)m, trabajan en este campo los integrantes de Espacio Elevado al Público, una plataforma de “acción+reflexión”, según se definen, que tiene como objetivo “elevar al público como protagonista del espacio urbano” y dar respuesta a las demandas vecinales y a los problemas de la ciudad.
El “diseño social” para mejorar la organización ciudadana y su relación con el entorno es también la filosofía del equipo madrileño de Ecosistema Urbano.
Todos estos grupos, que beben de iniciativas como las de Santiago Cirugeda y el grupo Green Guerrilla, que desde los setenta planta jardines urbanos en zonas abandonadas, tienen en común que la arquitectura, gracias a la crisis, ha abandonado su lado más comercial y ha recuperado su esencia como arma de intervención social.
Así surgió el asiento portátil para inmigrantes, por el que se ha llegado a interesar una compañía fabricante de pañuelos de papel, pero que se ha echado atrás al ver que el prototipo tiene un importante componente de protesta y denuncia.
Pero el equipo de (Bau)m no renuncia a que se incorpore como equipamiento público porque consideran que ayudaría al colectivo de inmigrantes y a un cambio de actitud de la sociedad.
Para el desarrollo del banco llegaron a situar en un mapa de Sevilla a todos los inmigrantes que venden pañuelos y analizaron todos los tiempos de la jornada laboral. “Nos sorprendió el buen talante con el que asumen la negativa constante a su oferta y la vida laboral sometida al ritmo del cambio de color de la señal”, comenta Gentil.
El asiento, desarrollado en talleres de intervención urbana celebrados en Skopje (Macedonia), Sevilla y Zurich (Suiza), es un “mobiliario parásito” que aprovecha la estabilidad del semáforo para sustentarse, como si fuera un hongo. Su diseño es de máxima sencillez y está pensado para corte digital, sistema que permite prescindir de los procesos industriales. “Es un hardware libre que se puede compartir y producir donde haya una máquina”, explica Gentil. Es la versión física del software libre, los programas informáticos que prescinden de los derechos y se desarrollan a partir de aportaciones voluntarias.
Los resultados del concurso Unpleasant Design se publicarán en un libro y expondrán en Holanda a principios del próximo año. El certamen lo promueven los artistas Gordan Savičić y Selena Savić con el objetivo de llamar la atención sobre los problemas urbanos para que sean asumidos y evidenciados.
Babelia
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