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Matthew Fox: asesino a dieta

El protagonista de 'Perdidos' adelgazó 18 kilos para dar vida a la encarnación del mal en 'En la mente del asesino'

Gregorio Belinchón

"La verdad es que me ha sentado bien. Solo he recuperado nueve kilos de los 18 que adelgacé porque me quiero quedar así". Matthew Fox (Abington, Pennsylvania, 1966) no mira mucho a los ojos. Eso sí, lo que es hablar, lo hace hasta por los codos. A pesar de su fama, cimentada por dos series de televisión, Cinco en familia y, sobre todo, Perdidos (ah, el bueno del doctor Jack Shepard, que acabó al final al estilo Antonio Resines de Los Serrano), Fox no acaba de encontrar su hueco en el cine. Ahora promociona En la mente del asesino, un thriller lamentable protagonizado por el detective Alex Cross, una creación del escritor James Patterson, al que ya dio vida en el cine Morgan Freeman y que ahora encarna Tyler Perry. Fox se salva como un asesino en serie que parece la encarnación del mal en la Tierra, sin ningún atisbo de humanidad. Pero Perry... Perry necesita un párrafo para él solo.

Tyler Perry es el cómico afroamericano más famoso y taquillero en Estados Unidos. Desde 2005 es el rey Midas de la comedia, pero sin ninguna repercusión fuera de sus fronteras. Su personaje más popular es Medea, una gran mujer-mamá negra que resume todos los tópicos posibles. Así que ver a Perry vestido de hombre, haciendo de duro, provoca rechinar de dientes. ¿Nadie le hizo bromas a Perry en el rodaje sobre qué hacía delante de una cámara sin trasvestirse? Fox sonríe: "Solo espero que la gente vea la película sin dejarse influir por el pasado de Perry... y no me preocupan sus anteriores títulos, sino que aquí estuvo estupendo, dando a la vez dolor, firmeza y desesperación. No he visto nunca una de sus comedias, lo reconozco, no es mi tipo de filmes"... Para un momento y entonces aparece el auténtico Fox, que habla desde su propia experiencia: "Hoy más que nunca la gente encasilla. De forma radical. Vivimos en un mundo en que despiezamos y empaquetamos en casillas muy cerradas. Y no me gusta. Porque hay actores, músicos, artistas en general válidos en diversos campos y a los que no damos una oportunidad". ¿Siente que eso le ha pasado a él, tras lograr la fama con Perdidos? "Puede que me hubiera ocurrido si me hubiera quedado en casa los dos últimos años esperando a que sonara el teléfono. Pero he rodado tres filmes de muy distintos estilos y tamaños, además de otros trabajos. Así que no. Sigo buscando mis oportunidades".

Volvemos a la película: "La pérdida de peso fue idea mía, motivado por lo que pensé podía ser la construcción filosófica que este asesino haría de su cuerpo. Es tan intenso que incluso ha consumido su propio cuerpo. Pensé que además provocaría cierta incomodidad en el público. Fue un reto, y por eso me atrajo. En realidad, por eso actúo. Me motiva. En algunas películas buscas que el público sienta intensamente algo que tú comunicas, y puede ser cómico, dramático... Aquí me centré en la incomodidad, e intenté que los espectadores sintieran a la vez repulsión y atracción por el personaje". Fox confiesa una curiosa adicción: le atraen los psychokillers. "Toda mi vida he devorado la información sobre auténticos psychokillers como Ted Bundy o Jeffrey Dahmer. Cada vez que veía en televisión una entrevista o un documental acerca de estos criminales no he podido apartar la vista, incluso reconozco un lado morboso. Me obsesiona descubrir cómo racionalizaron las barbaridades que hicieron o cómo creyeron que esas matanzas estaban bien o cómo encajaron eso en su vida real. Cuando me llegó el guion, me propuse que fue realmente real, no al estilo de los que existen solo en el cine. Por eso me importó aportarle complejidad. A veces no hay razones en el pasado, no hay justificaciones que sirvan para explicarnos esos comportamientos. Y probablemente no debemos buscarlos. Eso es lo que nos asusta, ¿verdad?".

"Mi hija de 15 años está viendo ahora 'Perdidos'. Ya sabe que no tengo respuestas para todo, ni que las que sí sé son todas felices..."

Tras hablar sobre cómo los seres humanos nos reinventamos sin parar, sobre lo difícil que es saber de dónde viene o cómo es alguien que conozcas en la calle, Fox lleva él solo la conversación hasta la serie Perdidos. "Estoy rehuyendo cualquier guion que no conecte conmigo. No puedo explicar por qué conecto o no, pero siento que es inevitable hacerlo y me lanzo. También si hay islas desiertas o vuelos perdidos [risas]. Perdidos está viviendo ahora nuevas vidas. Mi hija adolescente -quince años- está viéndola ahora, porque cuando se emitió era muy joven. La serie se lo merece porque es fantástica, y las siguientes generaciones la irán descubriendo en su tiempo. Mi hija es muy independiente, así que la va viendo a su ritmo. Ya sabe que no tengo respuestas para todo, ni que las que sí sé son todas felices... Bueno, cada adolescente cree que su padre no es precisamente su amigo. Así que imagínate".

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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