Los testigos de la revolución
El Victoria & Albert se consagra a la fotografía contemporánea en Oriente Próximo
Si la lente de la cámara fotográfica ha sido un arma indispensable a la hora de proyectar en los medios aquel terremoto geopolítico bautizado como la primavera árabe, especialmente poderosas son las imágenes que recogen, recrean o reinterpretan desde dentro los desafíos sociales que afronta una región compleja y diversa. Un ramillete de autores autóctonos, que desde Marruecos a Irán se erigen en testigos privilegiados y también en agentes del cambio a través de sus obras, protagonizan desde esta semana una exposición del museo londinense Victoria & Albert consagrada a la fotografía contemporánea en Oriente Próximo.
Light from the Middle East (Luz desde Oriente Medio, hasta el 7 de abril) pretende mostrar esa “luz procedente de Oriente Medio”, encarnada en el creciente interés por las artes visuales como respuesta creativa a los conflictos entre la vida personal, social, religiosa o política que se dirimen en la zona. En una muestra donde la rúbrica femenina tiene especial presencia, muchos de los trabajos expuestos exploran el papel de la mujer, a menudo solapando las tradiciones con las influencias de una sociedad moderna y globalizada. Mientras Newsha Tavakoliian ahonda en el retrato clásico con su serie sobre la madres iraníes que portan los rostros enmarcados de sus hijos muertos durante la guerra con Irak (1980-88), su colega Mehraneh Atashi se decide a traspasar el ámbito eminentemente masculino de los gimnasios de Irán: sus fotografías no sólo nos ilustran sobre algunos de los aspectos menos conocidos de la vida iraní, sino que constituyen todo un desafío porque la autora se vale de un espejo para insertar su propia imagen en un escenario vetado a las mujeres. Las tensiones entre los crecientes roles profesionales que abrazan las mujeres en colisión con las tradiciones culturales de Arabia Saudí aparece reflejadas en los trabajos en blanco y negro de Manal al-Dowayan, bajo el título reivindicativo de “I am” (yo soy).
El recorrido de la exposición abarca desde el fotoperiodismo clásico que firma Abbas, iraní criado en Argelia y afincado en Francia, donde presidió la agencia Magnum, hasta las imágenes manipuladas o generadas por computadora para brindar una interpretación personal de la realidad. La cairota Nermine Hamman, por ejemplo, extrae las imágenes de los militares egipcios desplegados para refrenar a los manifestantes de la plaza Tahrir (en plena revuelta contra el hoy depuesto presidente Hosni Mubarak) para colocarlos en un entorno radicalmente distinto, el de una idílica campiña plagada de flores. Su propuesta subraya la vulnerabilidad de unos jóvenes soldados que en el momento de aquellos convulsos acontecimientos hubieran deseado estar en cualquier otro lugar.
La sensibilidad estética del también egipcio Youssef Nabil retoca sus retratos de ancianos yemeníes con un colorido artificial que busca rememorar la era dorada y lejana del cine de su país, en los 40’ y 50’, conocida bajo el sobrenombre de “Hollywood del Nilo”. Más irónica que glamourosa, la fotografía de una joven que cubre la cabeza y medio rostro con un hiyab de Louis Vuitton permite al marroquí Hassan Hajjaj fundir la “moda” de Oriente Medio con esas marcas internacionales, reconocibles y carísima, que obsesionan a los más opulentos de la región.
El hiyab es uno de los pocos elementos que aparece visible en la composición “Los más buscados”, una sucesión de retratos de hombres y mujeres publicados en el sitio web del gobierno estadounidense a raíz de los ataques terroristas del 11-S, y que la iraní Taraneh Hemami emborrona hasta convertir a los personajes en meros estereotipos occidentales sobre los musulmanes. Frente a esa imagen plana e invariable, Light from the Middle East quiere exhibir la riqueza de los trabajos de sus fotógrafos y artistas, y sus personales enfoques a la hora de reflexionar sobre una realidad multidimesional y en plena ebullición.
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