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¿Queréis un amo?

Juan Pérez Agirregoikoa revisa el concepto de cultura en una doble exposición en el Reina Sofía

Acuarelas de la exposición '¿Queréis un amo? ¡Lo tendréis!'.
Acuarelas de la exposición '¿Queréis un amo? ¡Lo tendréis!'.JOAQUÍN CORTÉS/ROMÁN LORES

'¿Queréis un amo? ¡Lo tendréis!'. Juan Pérez Agirregoikoa (San Sebastián, 1963) ha hecho suya la advertencia del psicoanalista francés Jacques Lacan en El discurso del amo a base de una contundente ironía y mucho sentido del humor. Convencido de que hay que revisar el concepto de cultura “porque lo que es bueno para unos es letal para otros”, el artista vasco sienta en silla de ruedas a representantes del poder convencional (Fraga Iribarne, la duquesa de Alba y Elisabeth Taylor) junto a hombres bestializados o esclavizados. Con obra en museos de todo el mundo, Agirregoikoa ocupa dos salas del museo.

La primera pieza es una invitación a “un mundo de dolor”. Un solo dibujo en el que al fondo se percibe a Rajoy hablando desde un televisor, muestra un hombre aparentemente mayor sentado de espaldas al espectador. En primer plano, se ve a dos perros fornicando. La deprimente imagen, da paso a un doble friso en el que tres personajes conocidos retratados con acuarela se contraponen a humillaciones cotidianas en las que a veces el perro está al mando y otras, es el maltratado.

¿Por qué ha escogido a estos tres conocidos personajes como representantes del sistema?. “Sus caras son conocidas por todos”, responde. Hay otras, pero puestos a elegir, estos me parecieron bien: Fraga, ese demócrata pos mortem, según los periódicos; Cayetana de Alba, como representante de una clase parásita y una cara conocida del mundo del espectáculo”. Los tres prebostes están sentados en sillas de ruedas. Pero no es una pequeña venganza del artista. “Se me ocurrió ponerlos así para afrontar el primer plano. No hay ensañamiento”.

En los perros y hombres pintados con carboncillo habla de el adiestramiento que se impone al perro salvaje capaz de asesinar y, por otro, el que sufre el ser humano por parte de "su amo: el Estado y la cultura en todas sus formas", explica. “Nos prestamos a ser adiestrados y sometidos. De vez en cuando, en momentos excepcionales, nos negamos y nos plantamos en una plaza (La Bastilla, Sol….) pero tendemos al adocenamiento y nos dejamos pisotear”.

En el espacio conocido como sala de Protocolo se proyectan dos cortos de animación a base de imágenes hechas con acuarelas. Los Skaiters se muestran en paralelo a una ristra de superhéroes. “Es la cultura que transmitimos a nuestros hijos y la que nos han enseñado a nosotros. Parece que fuera una esencia de lo mejor, pero no reflexionamos que no es lo mismo ser mujer en Afganistán o indígena en México”.

Asegura Juan Pérez Agirregoikoa que ninguna de estas reflexiones son consecuencia directa de la crisis. “Ya Platón se replanteaba en estos términos el papel de la educación y de la cultura. Son temas universales y eternos ante los que debemos de estar vigilantes”.

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