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CONVERSACIONES BÁRBARAS

“Merkel huele a poder y a respeto”

Cándido Méndez, secretario general de UGT, pasa sus vacaciones en Zahara de los Atunes

Ramón Muñoz
Cándido Méndez, ayer en Zahara de los Atunes.
Cándido Méndez, ayer en Zahara de los Atunes.JULIÁN ROJAS

Cándido Méndez (Badajoz, 1952). Secretario general de UGT. Pasa su quincena de vacaciones en un apartamento de alquiler de Zahara de los Atunes, lugar de descanso de los guays. Se debate entre ver la tele y estar al fresco en la terraza, y se le nota cambiado desde que le recibió la canciller alemana.

Pregunta. Detesto las entrevistas de verano. El entrevistador acaba siendo mucho más ingenioso que el entrevistado ¿Seguimos?

Respuesta. Entiendo que el entrevistado intenta ser más ingenioso que el entrevistador y acaba cagándola. Procuraré no cagarla.

P. Últimamente, las vacaciones de los líderes sindicales interesan más que las de la Familia Real. Deme algunos detalles: duración, lugar, y presupuesto.

R. Quince días, Zahara de los Atunes y en apartamento de alquiler a 1.300 euros la quincena. Comemos en casa, como en Madrid, o sea lo comido por lo servido.

"Felipe González se fabrica una nueva vida con los ahorros de la anterior"

P. ¿Por qué se asocia a los sindicalistas con tomar cañas y cigalas a todas horas? ¿El virus Intereconomía es tan poderoso?

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-Cándido Méndez nació un 28 de enero de 1952 en Badajoz. Es secretario General de UGT desde 1994..
-Es fan de 'Los Simpson' y del senderismo

R. A veces me piden que les dé caña pero nada más. Hay una intentona por descalificar a los sindicatos. Ese virus del que me habla no es poderoso, es solo ruidoso. Lleva al límite ese lema del seudoperiodismo: “No dejes que la verdad te estropee un buen titular para tu amo”.

P. ¿No le dan ganas de pedirle cuentas sobre sus vacaciones al presidente de Intereconomía, que vive de donaciones y de las ayudas de autonomías en quiebra?

"Este Gobierno de creyentes es capaz de aplastar el espíritu navideño"

R. Yo les llamo subvencicidas. Dicen que quieren acabar con las subvenciones pero, en realidad, lo que pretenden es acapararlas todas ellos. Dicen que piden subvenciones a las grandes empresas y les ponen como señuelo su papel como picadora de carne sindical.

P. No me interesa nada el libro que lee en vacaciones, sino su programa de tele favorito. Si me dice El gato al agua o Sálvame ya tengo titular.

R. No veo ninguno de esos. Tengo una polémica entre la terraza y el televisor, que está empotrado en un mueble bar y no puedo verlo desde fuera. Así que casi siempre opto por la terraza. En la tele, me gustan Los Simpson y ahora Caminando entre dinosaurios. Me sirve para ambientarme a la vista de cómo está la televisión pública.

P. A mí eso de Zahara me suena donde van los progres del karma, el Wyoming, Aitana, Imanol, Krahe... ¿Queda con ellos para tomar unas cañitas?

R. Solo una vez me he tomado unas con Pablo Carbonell y el domingo pasado me encontré en un bar con Wyoming mientras veía el fútbol. Me gusta lo que dicen, lo que cantan, y me gusta que pongan de los nervios a los mismos a los que nosotros ponemos de los nervios.

P. Felipe González se ha casado vía exprés. Se ha saltado la lista de espera del registro, ha alquilado una mansión en Ibiza y un yate. ¿Algo que criticar?

R. Felipe está fabricándose una nueva vida con los ahorros de la vida anterior y no es que tenga prisa es que, como dice el latinajo, Tempus fugit, el tiempo vuela. Y a partir de una edad…

P. A Felipe, Aznar y a otros ex les dan un consejo cuando se retiran a más de 100.000 euros la cabezada ¿No le apetece la otra trinchera?

R. No soy hombre al que le gusten los saltos mortales y además me gusta esta trinchera, aseadita.

P. De su encuentro con Angela Merkel solo me pone el morbo ¿Olía bien? ¿Es tan bajita como parece en la tele? ¿Hubo algún guiño de complicidad?

R. Allí todos olíamos bien porque somos gente que cumplimos sobradamente con nuestras abluciones matutinas. Y luego había otro olor figurado, que era el olor a poder y también a respeto a las organizaciones sindicales. Sé por experiencia propia, que todos mejoramos al natural respecto a la tele. Y Merkel también. No hubo ningún guiño pero le vi algunas veces expresiones de perplejidad. Me dio la jodida impresión de que lo mismo les estábamos desvelando cosas en relación con la leyenda negra de nuestro país que era la primera vez que las oía.

P. No se haga ilusiones. Ni huelga general, ni otoño caliente. ¿Mi paga de Navidad está en peligro de extinción?

R. Este Gobierno de creyentes es capaz incluso de aplastar el espíritu de la Navidad. Parte de la jerarquía episcopal lo aplaudiría. Pero esa paga, pese a su nombre, no está vinculada a la Navidad sino a pencar mes tras mes, y forma parte del salario. La vamos a defender a capa y espada para que el virus no se extienda al resto de los trabajadores.

P. Baltasar Garzón ha dicho que hay más seguridad jurídica en Ecuador que en Suecia. ¿Un poco fuerte, no?

R. Baltasar cuando habla de justicia sabe de lo que habla. Y después de haber leído la trilogía de Milenium llega uno a la conclusión de que en Suecia no es oro todo lo que reluce.

P. ¿Le sorprende la devoción que suscita en la izquierda alguien como Garzón que tutea a Botín, le pide dinero y los fines de semana se va de caza?

R. Devoción ninguna. Lo que hacemos es reconocerle su labor. Soy de los que piensan que todo lo que le está aconteciendo tiene mucho que ver con que ha querido de verdad cerrar unas de las épocas más negras de nuestro pasado, la represión franquista.

P. Tiene usted un aire a Sánchez Gordillo. Y a mí que me cae bien el tío.

R. Soy un tipo corriente, con barbas, entrado en años y en carnes. Y mucha gente me dice que le confunden conmigo. Este episodio pone en evidencia la doble moral y el relativismo de mucha gente que lleva al paroxismo sus críticas sobre Gordillo, o pretende condenar al infierno a los parados y, sin embargo, justifican, son complacientes y hasta babosos con los responsables de los grandes fraudes financieros.

P. Como Rajoy aburre, porque es previsible hasta cuando miente, no le pregunto nada sobre el. Pero le dejo que se explaye. Se admiten insultos.

R. No soy de insultos, pero me parece un insulto a la inteligencia que los únicos argumentos de Rajoy para justificar su política sea echarle la culpa a los parados, a los funcionarios, a los sindicatos, al maestro armero y a la herencia recibida.

P. Dice que tiene mayoría.

R. Es otro insulto presuponer que hay una mayoría silenciosa que esta a favor de sus posiciones frente a la minoría ruidosa. Por eso pedimos que convoquen un referéndum. Es la mejor manera de pasar el Jordán entre lo que prometieron y lo que han hecho.

P. Por fin, la Liga. Pero una liga de dos como el sindicalismo.

R. Se reconoce muy poco que desde 1978 hay elecciones sindicales en todas las empresas y eso arroja que un 80% de los delegados se acumule democráticamente en CC OO y UGT.

P. Pero al menos Messi y Ronaldo son rivales. No como usted y Toxo que van de la manita.

R. Defendemos un conflicto cooperativo. El fútbol es un juego que tiene poco que ver con el sindicalismo, que es un compromiso

P. ¿De qué le gustaría que le rescataran?

R. De nada. El rescate implica que previamente te han secuestrado y eso causa dolor y tiene costes económicos.

P. Y si hay un corralito, ¿le pillaría con mucho?

R. No me pillaría con mucho, pero no estaríamos en corralito sino en un cercado internacional que abarcaría a todo el Sur de Europa y avanzando a Francia. Ni me lo planteo.

P. Ahora que dicen que Internet está matando a la prensa, ¿sigue leyéndonos?

R. Internet es un arma de distracción masiva. Pero al final la interacción es tan tremenda y tan multitudinaria que acaba anulando los efectos prácticos. Sin la prensa clásica, aunque esta tenga que someterse a una renovación tecnológica, la de Internet seria poca cosa.

P. ¿Y del conflicto de los cherquesos?

R. No tengo el gusto de conocerlos pero espero que les vaya bien.

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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