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El artista de las contradicciones

Mario Espliego, artista plástico multidisciplinar, siente la necesidad de encontrar una vuelta de tuerca en cada uno de sus trabajos

Mario Espliego en el taller, frente a una de sus obras.
Mario Espliego en el taller, frente a una de sus obras.

El artista plástico Mario Espliego (Guadalajara, 1983) confiesa que trabaja por necesidad. Por la necesidad de explorar, de indagar, de retarse y encontrar otra vuelta de tuerca para contradecirse de sus anteriores trabajos. Eso, y la necesidad de tomar parte y contribuir a la cultura de su ciudad (también fue batería de un grupo de música, tenía un fanzine, un programa en la radio y un taller de serigrafía) es lo que le llevó a sacarse un grado superior en escultura en la antigua Escuela de Artes y Oficios La Palma de Madrid. “Sinceramente acabe allí de rebote; por entonces no sabia nada acerca de la escultura”, cuenta Espliego.

Cuanto más se iba inmiscuyendo en sus proyectos escultóricos, más se convencía de dedicarse al arte profesionalmente. Finalmente terminó por estudiar Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid, obtuvo algunas becas que le permitieron viajar a India y Ecuador, y estuvo en residencias de artistas en Santander y Córdoba.

Aunque en su trabajo se aprecia un especial interés por lo escultórico, aunque admite no estar cerrado a ningún tipo de material, formato o técnica: "Todo el instrumental que necesito para llevar a cabo mis creaciones son las historias personales, los elementos que tengo a mano", explica sobre su obra, que está inspirada en los hechos anecdóticos y pretende reflejar la experiencia de lo cotidiano, "buscar contradicciones y seguir indagando hasta encontrar un nuevo sentido en cada trabajo", dice el artista, que, asegura, se preocupa más por elegir la técnica y el proceso de creación que por la temática. "Necesito contradecirme a cada paso. Si estuviera seguro y tuviera clara una definición, no tendría sentido seguir buscando".

P. ¿Qué crees que aporta tu propuesta como valor?

R. Tal vez eso lo debe decidir el espectador que se interese en acercarse a mi obra, yo intento trabajar de una manera coherente y cargado de humildad.

P. ¿Qué posibilidad real ves de poder acceder al circuito estable de la cultura?

R. ¿Dónde está el porvenir que forjaron nuestros viejos?, ¿O es acaso esta puta mierda en la cual vivimos!?, gritaban Eskorbuto… bromas aparte, creo que en este momento es complicado hablar de estabilidad, al menos en un plano laboral, y más en el ámbito de la cultura y el arte contemporáneo. Soy optimista, tarde o temprano aparecerán grietas, huecos, o habrá que crear sistemas más permeables… Y no vamos a cesar.

P. ¿Cuáles son, a tu juicio, las mayores dificultades para los talentos emergentes?

R. Tengo que enfocar la respuesta en el plano económico, aunque no era mi intención, últimamente parece que la economía lo colapsa todo. La precariedad con la que la mayoría de los jóvenes creadores nos movemos a la hora de abordar con continuidad nuestro trabajo, es una de las mayores dificultades, eso hace que mucha gente muy válida se pierda en el camino. También el que las instituciones se hayan acomodado a ese trato precario con, hacia y para los artistas es algo que no facilita el camino.

P. ¿Qué beneficios esperas de salir en una plataforma como esta?

R. Creo que son muy necesarias plataformas como esta en la que se otorga voz a lo que pueden ser sectores emergentes, en cualquier ámbito, no ya solo en la creación contemporánea, eso da pie a que un determinado número de lectores tenga contacto con “actores no principales”, pero no menos interesantes.

P. ¿Con qué herramientas cuentan los talentos emergentes para darse a conocer?

R. Actualmente es un aspecto que podría decir por experiencia propia que es más sencillo, mucha gente construye sus propias herramientas y formas de visibilizarse (webs, blogs, asociaciones, espacios alternativos, etc). Aunque el binomio de mayor difusión-mayor conocimiento, podría ocuparnos un extenso capítulo… tal vez en otra ocasión.

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