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Menos estrellas para Obama

El presidente de EE UU pierde apoyos entre los artistas que le arroparon en su primera campaña Mitt Romney ha recibido el respaldo de Clint Eastwood

La actriz Anne Hathaway, durante una protesta del movimiento 'Occupy Wall Street'.
La actriz Anne Hathaway, durante una protesta del movimiento 'Occupy Wall Street'. Gtres

Hace cuatro años no había competencia. Una legión de artistas apoyaron de forma entusiasta y laboriosa a Barack Obama. Los republicanos se quedaron con los sospechosos habituales: Chuck Norris, Robert Duvall y poco más. Hoy día, sin embargo, el entusiasmo de las estrellas por Obama se ha visto mermado notablemente, y si queda algo, se expresa a puerta cerrada y en exclusivos actos de recaudación de fondos, en los que millones de dólares cambian de manos. Por su parte, el candidato republicano, Mitt Romney, ha logrado el apoyo de un solo hombre que, en sus películas, vale por una legión: Clint Eastwood, que hizo campaña recientemente por él en Iowa y que en 2008 pidió el voto para John McCain.

En honor de Obama sigue habiendo cenas, organizadas en grandes mansiones por la directora de Vogue, Anna Wintour; por los actores Sarah Jessica Parker y George Clooney, y por el productor Harvey Weinstein. Pero a esas cenas no se permite el acceso a la prensa, por el miedo de la campaña de retratar a Obama como un amigo de las estrellas ajeno a los problemas del ciudadano de a pie. La actriz Anne Hathaway acudió a la última —organizada en la mansión de Weinstein en Connecticut y con un precio por cubierto de 35.000 dólares (28.455 euros)— y allí departió con el presidente, que le dijo que su interpretación como Catwoman había sido “lo mejor” de la última entrega de Batman. El entusiasmo es comprensible: el presidente se llevó de aquella cena cuatro millones de dólares (3,25 millones de euros).

Los apoyos de Obama entre los famosos se dividen entre el apartado exclusivo y el sesudo. En este último se enmarca el grupo de escritores que ha tomado parte recientemente en discretos actos de recaudación de fondos. El último fue Jonathan Franzen, uno de los novelistas favoritos del presidente y autor de Las correcciones y Libertad, que organizó el evento Escritores y Artistas por Obama, en junio, en la galería Paul Cooper de Nueva York. Allí acudió también Jonathan Safran Foer, autor de Todo está iluminado y Tan fuerte, tan cerca.

Esta campaña es, en el apartado de famosos, un pálido reflejo de la de 2008. Entonces se emitieron canciones y vídeos con Scarlett Johansson, John Legend y will.i.am. Hubo actos de recaudación de fondos con Matt Damon y Robert DeNiro. Y hasta Madonna lució en sus conciertos una camiseta con la faz de Obama y mostró un vídeo donde juntaba al republicano John McCain con Adolf Hitler y Robert Mugabe. McCain respondió, burlándose de lo mucho que se rodeaba Obama de estrellas. En un anuncio titulado El elegido, comparó al ahora presidente con famosas como Paris Hilton.

En el contexto de una lenta recuperación económica y un desempleo del 8,3%, es un hecho que la campaña de Obama rehúye a las estrellas. Hay otras estrellas, sin embargo, que huyen abiertamente de Obama. Es el caso de Matt Damon. El actor llegó a ser voluntario en Florida. Hace un año, sin embargo, en una entrevista en la CNN, sorprendió al mostrar su decepción: “Creo que ha malinterpretado lo que se esperaba de él”. En diciembre dio más explicaciones, en Elle: “Hubiera sido mejor que hubiera sido un presidente de un solo mandato con algo de cojones”.

Obama, por tanto, no tendrá a Damon de voluntario estas elecciones. Su contrincante, además, le rebasó este mes en el apartado cool. Romney logró que se le viera con Clint Eastwood en Iowa. Allí, Harry el Sucio no ahorró en alabanzas. Dijo que cuando rodaba Mystic river en 2002 conoció a Romney, que se presentaba para gobernador de Massachusetts. “Me dije que era demasiado elegante para ser gobernador, que podría ser presidente. Han pasado nueve años y ahora lo creo con mayor convicción”, aseguró. Romney se fue aquella noche con dos millones más para su campaña. Verle con Eastwood ha ayudado a mejorar algo su imagen de millonario ajeno a la cultura popular. Falta por ver si seguirá la estela de candidatos conservadores anteriores y se dejará ver en mítines con Chuck Norris, Robert Duvall o Sylvester Stallone. Puños no faltarán.

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