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52 Edición del Festival Internacional del Cante de Las Minas

Al piano de Dorantes solo le falta cantar

La Unión une al pianista sevillano con el baile de Pastora Galván y Joaquín Grilo

El pianista sevillano Dorantes.
El pianista sevillano Dorantes.PEDRO VALEROS

La larga velada de la cuarta jornada del Festival del Cante de Las Minas incluía el piano de Dorantes, que contó como artistas invitados con el baile de Pastora Galván y Joaquín Grilo, y el cante de dos recientes ganadores de la Lámpara Minera, Rocío Márquez y Miguel de Tena, que en conjunto ofrecieron una gala extensa y variada.

Dorantes es, en primer lugar, un gran músico; en segundo lugar, un excelente pianista, y finalmente, un flamenco. No es ni mucho menos, el primero que ha extraído melismas jondos del piano, pero él ha bebido la jondura en una familia de Lebrija de gran tradición flamenca, la de los Perrate, que lo convierten en un verdadero “tocaor”. Volvió a demostrarlo durante su actuación en La Unión.

Pero faltaba el cante. Se nota también en los virtuosos guitarristas flamencos actuales, a veces, cuando el concierto es de guitarra solista, pero sobre todo, como, cuando anoche, el pianista se hace acompañar por dos excepcionales bailaores: Pastora Galván, más clásica, casi con movimientos de danza contemporánea a veces, y Joaquín Grilo, un excepcional bailaor jerezano que tal vez no ha tenido el éxito que merecía por su gran clase, que aúna técnica y pellizco. ¡Cómo se notaba la ausencia del cante durante su magnífica actuación!

La segunda parte de la noche estaba reservada a los jóvenes ganadores de La Lámpara Minera, la onubense Rocío Márquez que actuó en primer lugar y Miguel de Tena que cerró la gala. Aunque, evidentemente, la de mayor tirón era ella. Rocío es muy querida por la gente de La Unión, donde ha cantado varias veces desde su sonado triunfo en 2009. Incluso lo ha hecho en una de sus ahora agotadas minas: Vicenta Agrupa, en la actualidad habilitada para espectáculos y visitas turísticas; como asimismo bajó recientemente a una mina asturiana a cantar a los mineros allí encerrados.

Su voz es riquísima y con numerosos registros. Por ello, cada cante lo recrea y lo convierte en personal, aunque es evidente –la noche del domingo lo fue en La Unión- que su referencia principal es el magisterio del desaparecido Enrique Morente. Cantó, con el calor del público, tarantas y mineras, tangos, siguiriyas, guajiras y cantiñas. Acabó con una propina por fandangos de su tierra y a capela. Y el público se le rindió.

Miguel de Tena que también obtuvo en su día La Lámpara Minera de este Festival es un excelente cantaor extremeño, aunque esta noche su actuación llegó ya con el público un poco agotado de tan larga velada y por tanto más frío, aunque arrancó grandes aplausos en palos como los tangos o la granaína.

Hoy, lunes, llegan al Festival dos grandes cantaores aunque muy diferentes: Arcángel y Marina Heredia.

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