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CRÍTICA: SOLO ENTRE NOSOTROS
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Mapa lúbrico de Zagreb

"Aspira a ofrecer una suerte de diagnóstico del estado moral de un Zagreb contemporáneo"

Fotograma de la película 'Solo entre nosotros'
Fotograma de la película 'Solo entre nosotros'

Tras enterrar a su padre, famoso pintor de desbordados apetitos dionisíacos, los hermanos Nikola (Miki Manojlovic) y Braco (Bojan Navojec) se entregan al extravío etílico. La esposa de Nikola recuerda a su marido que, al día siguiente, tiene que entregar un frasco con esperma para su acordado proceso de fecundación in vitro. Nikola se queda dormido en el sofá. Antes de volver a su casa, también con demasiadas copas entre pecho y espalda, Braco alivia su vejiga en el cuarto de baño de la casa de su hermano, descubre el frasco médico sobre la cisterna y… Es sólo la primera de las singulares dislocaciones en esta cartografía de una endogamia lúbrica, sentimental, derrotada y triste que propone esta película de Rajko Grlic, una suerte de vodevil terminal que emplea una aparente inmoralidad para construir un retrato de familia regido por tragicómicos estados carenciales de afecto.

Solo entre nosotros se afirma como una interesante singularidad entre las películas de la antigua Yugoslavia que han ido llegando, en cuentagotas, a nuestras pantallas: en ella no se hace mención a las heridas aún abiertas de la guerra en los Balcanes, pero su trazado de infidelidades y engaños aspira a ofrecer una suerte de diagnóstico del estado moral de un Zagreb contemporáneo, donde la promiscuidad parece ser uno de los muchos brazos de la desesperación.

“Los adúlteros de hoy sustituyen a los forajidos de ayer, a los revolucionarios, los rebeldes y los visionarios”, afirma el director, que fragmenta su relato cediendo la voz a los diversos personajes de este microcosmos tan pequeño como dado a la incesante permuta de alcoba. Para Grlic, la infidelidad es una suerte de forma trivializada del instinto creativo y de la voluntad de rebelión: Solo entre nosotros no es una película libertina, sino una comedia amarga habitada por animales tristes y demasiado humanos, enfrascados en el vano empeño de escapar de sí mismos –y de la muerte- mediante la doble vida.

SÓLO ENTRE NOSOTROS

Dirección: Rajko Grlic. Intérpretes: Miki Manojlovic, Bojan Navojec, Ksenija Marinkovic, Daria Lorenci, Natasa Dorcic, Nina Ivanisin. Género: Comedia. Croacia-Serbia-Eslovenia, 2010. Duración: 87 minutos.

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