La música digital se afianza frente a la debacle de los soportes físicos
La venta de discos alcanza los niveles más bajos en 25 años El consumo a través de las nuevas tecnologías ya es el 38,5% del mercado
Que cada cual busque el enfoque más sombrío. Desde luego el abanico de opciones es muy amplio. ¿El duodécimo año consecutivo de caída? ¿Los niveles de venta más bajos en un cuarto de siglo? ¿El hecho de que en 2001 el consumo fuera el cuádruple del actual? Lo cierto es que el último informe de Promusicae (la entidad que aglutina a la gran mayoría de productores discográficos españoles) sobre la venta de música en el primer semestre de 2012 sugiere, una vez más, un escenario poco esperanzador.
Entre el 1 de enero y el 30 de junio de este año los españoles se gastaron 39,3 millones de euros en discos, vinilos y casets, lo que supone un 0,87% menos respecto a los 39,7 millones del mismo periodo del año pasado. Y eso que Promusicae considera el dato de 2011 “ya exiguo”.
Dentro de un panorama donde los porcentajes solo bajan y los datos empeoran de año en año, la música digital intenta ofrecer a los productores una razón para sonreír: sus ingresos aumentaron un 7,5% respecto a 2011, hasta alcanzar los 24,6 millones de euros. De ahí que la música consumida a través de móviles, tabletas, ordenadores y lectores de MP3 ya representa el 38,5% del negocio. Crecen también, y mucho, los ingresos por suscripciones –el ejemplo más conocido es Spotify-: en concreto, el aumento es de un 115%, hasta los 8,8 millones de euros.
En realidad, entre caídas físicas y subidas digitales, la suma final acaba con un signo positivo: el consumo total de música grabada en España en el primer semestre de 2012 aumentó un 2,2% respecto al mismo periodo de 2011. Aun así, el presidente de Promusicae, Antonio Guisasola, asegura en un comunicado que “el sector sigue tocando suelo después de una década absolutamente trágica”.
A la caza de una explicación, hace ya años que el sector identificó el enemigo público número uno: la piratería, que, a juicio de Guisasola, ha marcado “una década absolutamente trágica”. El otro culpable, según Promusicae, es “la desprotección jurídica más lacerante”. “La famosa Ley Sinde ha entrado en funcionamiento con mucha más tibieza que rigor”, añade Guisasola, que describe el actual como “el peor de los escenarios posibles”. Y otro enfoque bastante sombrío.
Babelia
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