Pollença estrena lo nuevo de Villaronga

Cada nueva noticia sobre un festival cultural en España viene acompañada de un halo de predisposición al pesimismo. Unas veces porque se teme constatar su cierre; otras por nombramientos o destituciones rodeados de polémica, y pocas veces se espera encontrar algún rayo esperanzador. La nueva edición del Festival de Pollença podría traer malas nuevas, pues ha vivido una fuerte reducción de su presupuesto durante los últimos años, pero es noticia por todo lo contrario: este año ha extendido su programa a los ámbitos de la literatura y la música sin perder su esencia musical.

El cambio de formato coincide con el estreno en la dirección de Joan Valent, para quien estas disciplinas están interrelacionadas. "Todo tiene una relación, desde los poemas que se musican hasta la puesta en escena de una ópera".

En esta 51 edición, cuya vertiente cinematográfica comienza hoy, músicos de la talla de Michael Nyman, que presenta en el festival seis obras nuevas, o Ludovic Bource charlarán sobre música y cine. Pero más allá de los nombres, el protagonismo recaerá sobre las proyecciones, con las últimas películas de Álex de la Iglesia o Antonio Chavarrías. Valent reconoce el reto de atraer a un público mayor con el reclamo de trabajos que ya han pasado por las salas de exhibición comerciales, pero matiza que no se trata de un festival de cine, sino de un festival donde se enseña la relación de la música con el cine.

"Ser director del festival en estas circunstancias es muy complejo porque el recorte ha sido devastador, pero el festival se expande y este año hay dos conciertos de música clásica más que el año pasado", apunta.

A pesar de su limitado presupuesto, Pollença puede presumir de presentar una exclusiva de lujo. El director mallorquín Agustí Villaronga estrenará en sus pantallas su nuevo trabajo. Una película adaptada para Televisión Española sobre Eva Perón, Carta a Eva.

Es una oportunidad para reivindicar el séptimo arte como algo más que entretenimiento

"Poder pasarlo en pantalla grande por primera vez en mi tierra es una oportunidad", reconoce el director. Aunque la presentación no se corresponda con el formato para el que fue concebida, es una buena noticia para el director de Pa Negre, ya que debido a la situación económica que atraviesa el ente público ve cómo el estreno en televisión ha quedado en el aire. "Es un problema de contabilidad. TVE atraviesa un momento en que se está replanteando de los pies a la cabeza y se toman pocas decisiones, así que estamos en una especie de limbo".

"Este año es muy difícil que se emita ya", se lamenta el mallorquín, "pero es que tampoco está asegurada la continuidad de Cuéntame o Águila Roja".

Álex de la Iglesia, que hoy ha pasado por el certamen con motivo de la proyección de su última película, La chispa de la vida, cree que eventos como este son "oportunidades únicas para que música, cine y literatura estén unidos".

Que en un festival con vocación cultural se dé cabida al cine compartiendo protagonismo con música y literatura es una oportunidad para reivindicar el séptimo arte como algo más que entretenimiento. "La cultura es lo que nos protege de lo despiadada que es la vida. Su definición trasciende más allá de un ministerio", defiende de la Iglesia.

La iniciativa explota una vía tan coherente como la de la relación entre el cine y la música, que va más allá de la aparición del cine sonoro. "La música te coloca en un lugar. En una película te avisa de lo que es bello o es horroroso", explica el director bilbaíno preguntándose "qué sería de Doctor Zhivago sin la música o de El Padrino sin Nino Rota".