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Un filme de autor de 200 millones de euros

El director Marc Webb defiende la importancia de la mirada personal detrás de una superproducción como ‘The amazing Spiderman’, que llega hoy a las salas

Gregorio Belinchón
Andrew Garfield y Emma Stone en pleno rodaje
Andrew Garfield y Emma Stone en pleno rodaje

“He estado dos años absolutamente encerrado en el rodaje de este filme. No he hablado con nadie de otra cosa que no fuera The amazing Spiderman. De verdad, no te miento”. A Marc Webb (Bloomington, Indiana, 1974), curtido en el campo de los videojuegos, la vida se la cambió (500) días juntos, pero la fortuna se la juega en el nuevo Spiderman. Y ante la pregunta de que si la gente le felicita por su debut en el cine —que todo sea de paso se basaba en un guion muy personal que no era suyo, sino de Scott Neustadter y Michael H. Weber— o porque le hayan contratado para adaptar al héroe de Marvel, Webb espeta esa frase. Y remata: “En realidad, estar encerrado ha logrado que tampoco me cruce con gente por la calle y menos aun que me conozcan”. Otro ejemplo: “Hemos trabajado durante esos dos años librando con suerte un día a la semana, con jornadas de hasta 17 horas, pero si es lo que te gusta...”. Palabras de la española Beatriz Sequeira, que empezó el rodaje como asistente de dirección de Webb y ha acabado acreditada como productora asociada —ahí queda eso— de este megataquillazo, que en Estados Unidos y Canadá entre el martes y miércoles (4 de julio, festivo en el primero de esos países) lleva ya recaudados 50 millones de euros... Claro, que ha costado 200 millones más los incalculables gastos de promoción, que será fácil que recuperen hoy tras su estreno mundial. Sequeira y Webb son los perfectos guías para bucear en algunos de los secretos —pocos se pueden desvelar— de la producción de un filme de este tamaño, que defienden como si fuera de auteur.

“Recuerdo uno de los días rodando en Nueva York, a las tres de la mañana, debajo de un puente en Harlem, y tuve una revelación: para eso había estudiado, para eso me había mudado 10 años antes a Los Ángeles, esto es lo que me gusta. Y le envié un mensaje a Marc, que me respondió igual de feliz”, confiesa entre risas Sequeira. Primera pista: aunque estuvieran a menos de diez metros, ambos se comunicaban por mensajes de texto o correos electrónicos de móvil a móvil. “Es que estás a mil cosas...”, explica la española. A Webb le ocurre algo parecido. “Eres el director, nadie te molesta, nadie se mete en tu trabajo, de verdad. Y por supuesto que te gusta. Me dejaron colaborar con los guionistas y desarrollar la historia en la construcción de personajes y el desarrollo de secuencias que me permitieran sentirme cómodo luego en el rodaje. A cambio eres el responsable final. De todo. Esas mil cosas acaban bajo tu control, o al menos bajo tu responsabilidad”. Él fue uno de los que decidieron que Andrew Garfield (La red social) encarnara a Peter Parker. Sequeira acabó eligiendo ella misma a algunos intérpretes para los personajes secundarios. Al director los números —ocho decorados gigantes construidos para la ocasión y adornados con 2.000 postes, etiquetas y pegatinas en farolas para nuevayorquizar esas calles de pega; mil personas a su cargo; 56 trajes de Spiderman, 17 usados por Garfield y el resto por los especialistas; 100 pares de lentes ahumadas para los ojos del traje del superhéroe— le suenan como parte casi de la promoción. “Tú estás ahí para el equilibrio. Películas de efectos digitales hay muchas, y el estudio se preocupa de ellos, pero estás ahí para que no se pierda el equilibrio emocional. ¿Si soy un dios en el rodaje? Oliver Stone me lo definió en una fiesta de forma muy reveladora: en una película así eres el rey y un mendigo. Mandas y mendigas. Y muchas veces al mismo tiempo. De verdad, la gente no sabe cómo funciona una gran película de estudio. Supongo que los jefes verían a mis espaldas tomas diarias, pero nadie dijo nada”.

Sequeira y Webb coinciden en señalar lo que para ellos es fundamental para que el público se vuelque en taquilla: el reparto. Webb: “El primer día que vi juntos a Emma Stone y a Garfield, y cómo se hablaban en los ensayos, incluso cuando descansábamos, lanzándose puyas y acelerando al hablar [el director chasquea los dedos para describir ese ritmo rápido]... Ese día respiré aliviado”. Sequeira: “¿Has visto la película? Martin Sheen y Sally Field [dan vida a los tíos Ben y May]. Ufff. Los ves. Clavan la frase, dan la mirada exacta para el tono de la secuencia, y cuando se apaga la cámara mantienen buen ambiente en el plató. Nada puede ir mal”.

Al final, ¿de verdad que The amazing Spiderman puede ser un filme de autor? “Bueno... No me atrevo a decir eso, pero sí que no importa que seas fan de Spiderman —yo sí lo era— para dirigir un trabajo así, sino que te sientas cercano al personaje más vulnerable del universo Marvel. Esa es la clave. Que entiendas el punto algo spielbergniano del asunto”, apunta el realizador. La española confiesa: “Yo me veo aún como ayudante del director, lo de productora asociada es un regalo, y Webb es un gran director. Si eso te vale como respuesta...”. Vale.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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