_
_
_
_

Lee Fields, el ‘soul’ como una expresión del espíritu

El veterano músico estadounidense confirma que vive una etapa de esplendor con su nuevo álbum, 'Faithful man'

Fernando Navarro
Lee Fields en una imagen promocional.
Lee Fields en una imagen promocional.

Allá por finales de los setenta, tuvo un apodo que ya queda lejos: el pequeño James Brown. Lejos porque han pasado ya casi 40 años desde que Lee Fields se dio a conocer con sus sencillos de absorbente funk, cuando creadores y oyentes de la música negra demandaban nuevos ritmos más bailables y hedonistas que los conocidos por la comunidad del soul. Y lejos también porque, en la última década, Lee Fields responde a su propio nombre, sin interferencias ni ganchos comerciales, gracias a una madurez artística envidiable. “Ya no tiene sentido que me llamen así”, asegura el músico en conversación telefónica desde Nueva York. “Siempre podrás encontrar algún elemento de James Brown en mi música pero antes era todo más evidente. Ahora, soy Lee Fields”, sentencia.

Casi imposible decir lo contrario. Decir Lee Fields es nombrar a uno de los músicos con más personalidad del soul contemporáneo, un veterano que vive su mejor momento desde que críticos musicales y aficionados volvieron a poner sus ojos en él con la publicación del sobresaliente My world en 2009. Este año, despacha otro trabajo de máxima calidad titulado Faithful man (Truth & Soul-Resistencia), que presentará mañana en el Matadero de Madrid por el Día de la Música. “Me siento más sabio y paciente que antes”, explica con respecto a esta segunda juventud artística que saborea en pleno siglo XXI tras sufrir una larga sequía discográfica durante casi dos décadas. “Y me siento muy feliz de estar donde estoy y cómo estoy. Definitivamente, es la mejor etapa de mi vida”, añade.

El momento más dulce le llega facturando soul de toda la vida, cantando con el alma, cuidando los delicados arreglos, pero aportando un barniz moderno a su estilo de vieja escuela, gracias al buen hacer de su socio Leon Michaels, que trabajó con Jay-Z, Aloe Blacc o Ghostface, en la producción. El reciente Faithful man, que tiene una versión de Moonlight mile de los Rolling Stones, es el mejor ejemplo de su actual esplendor. “Es más espiritual que My world. Miro más para adentro del ser humano”, explica el cantante. “Trato el tema de las relaciones humanas. Relaciones con respecto a los cambios como, por ejemplo, la tecnología moderna que cambia nuestro mundo pero no tiene porqué cambiar nuestro modo de sentir. El amor de un hombre y una mujer contiene la misma esencia siempre”, dice.

Se podría afirmar que la búsqueda de esa esencia es la búsqueda misma del soul, un estilo que halla el clímax desquitándose de ropajes artificiosos y recreándose en el latir de un sentimiento de alegría, pena o redención. “El soul es la expresión del espíritu. Es capaz de convencerte de lo que estás sintiendo, conectarte contigo mismo. Cuando lo afrontas en la música, notas que es algo increíble”, explica Fields, quien no tiene problemas en afirmar que hay algo de soul en una Rihanna a la que le gustaría ver en directo o en el trompetista Miles Davis. En Faithful man, el espíritu del oyente queda atrapado por un soul elegante que recuerda a Sam Cooke. “Me parece genial. Cuando me comparaban con James Brown, decía: ¡guau! Ahora reconozco la influencia de Cooke. Y también tengo que añadir a Wilson Pickett, Otis Redding y Solomon Burke”, dice el músico de Carolina del Norte.

Como en su día le pasó al fallecido Solomon Burke, o como en lado femenino ha pasado con Mavis Staples o Bettye Lavette, el reconocimiento de Fields en la madurez de su vida, mediante numerosas críticas laudatorias y conciertos contratados, se antoja como un acto de justicia para el soul, un género minoritario. “Creo que he hecho un largo camino, que no he parado de crecer hasta llegar a este disco”, dice el cantante, que rechaza formar parte de nuevas corrientes como las que algunos han querido llamar neo-soul, tras el boom de Amy Winehouse y la eclosión de jóvenes talentos. “La gente dice que el soul ha vuelto. Es curioso: para mí nunca se fue”, ríe Fields. “El soul estaba allí hace mucho tiempo pero lo bueno es saber que hay gente joven que le gusta ahora. Si te metes en nuestra página de Facebook, ves a jóvenes que dejan comentarios como: ‘Estuve entre el público de vuestro concierto y me moló’. Así que digámoslo si hay que decirlo: el soul ha vuelto”, grita entre carcajadas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Fernando Navarro
Redactor cultural, especializado en música. Pertenece a El País Semanal y es autor de La Ruta Norteamericana. Ejerce de crítico musical en Cadena Ser. Pasó por Efe, Abc, Ruta 66, Efe Eme y Rolling Stone. Ha escrito los libros Acordes Rotos, Martha, Maneras de vivir y Todo lo que importa sucede en las canciones. Es de Madrid.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_