Pau Albornà, un gastrónomo 2.0
El periodista, fallecido a los 25 años, era responsable de 7caníbales.com


“Licenciado por la Universidad Ramon Llull. He llegado al periodismo gastronómico casi por casualidad. Me siento comprometido con este oficio que tanto amo. No tengo años de experiencia, premios, distinciones ni nada que se le parezca. Me conformo con que los lectores queden satisfechos e informados después de leer lo que escribo y, si es posible, que pasen un buen rato”. Esa era la carta de presentación de Pau Albornà Torras (Barcelona, 1987) en la potente revista gastronómica en el 2.0 7caníbales.com. Era el “Jefe Pauet”, “El Nen”, el editor de un grupo de veteranos periodistas de los que él siempre decía aprender y a los que trataba con un compañerismo admirable. Navegaba audaz en la competencia y era metódico y cuidadoso hasta para lanzar un tuit. Y entre la ética y la exclusiva prefería lo primero.
Le tocaba lidiar con todo el universo humano de la cocina en los congresos donde realizaba tareas de comunicación. Sus primeras prácticas profesionales las realizó en el diario Avui, en política, aunque terminó profesionalizando su pasión, que había mamado en el biberón gourmet gracias a su madre, Roser Torras, responsable de GSR Producciones Gastronómicas.
Y fue al salir de la oficina barcelonesa de GSR hacia su casa cuando en la Diagonal sufrió un accidente de tráfico. Se puede decir que murió en acto de servicio porque en el casco de la moto habrán quedado grabadas las ideas, la catarata de proyectos, que pensaba realizar. Alborná tenía 25 años, pero el equilibrio entre impulso juvenil y madurez era una de sus señas de identidad. Un equilibrio como el que mantenía en su colla de castellers, Els Cargolins, en Esplugues de Llobregat. “Periodista, demócrata, culé y casteller” decía en su perfil de Twitter. Le haría gracia saber que el lunes pasado la noticia de su muerte fue trending topic con los mensajes de la gente que le echa de menos, del mundo culinario en hermandad de luto. A su funeral, el pasado jueves en Barcelona, acudió la plana mayor de la cocina española. Ferran Adrià —con quien un Pau niño compartió pa amb tomàquet con la misma ilusión que de mayor fue a elBulli— habló emocionado en nombre de sus compañeros: “Se ha truncado una carrera prometedora”.
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