Justa Palma de Oro para ‘Amor’, de Michael Haneke
El cineasta austriaco se lleva su segundo gran galardón de Cannes, tras triunfar en 2009 por 'La cinta blanca'
Por segunda vez en en poco más de tres años, el austriaco Michael Haneke ha logrado la Palma de Oro. SI en 2009 dejó a todo el mundo bocabierto con La cinta blanca, ahora Amor se ha convertido en su carta ganadora en la 65ª edición del festival de Cannes. Esta tierna -todo lo que puede ser tierno Haneke- historia de amor entre dos ancianos, a que los que la vida les pega un meneo en forma de enfermedad en la mujer ha convencido a un jurado presidido por Nanni Moretti. Junto a Haneke salieron al escenario sus dos protagonistas, Emmanuelle Riva (protagonista hace más de medio siglo de Hirohima, mon amour) y Jean-Louis Trintignant (leyenda del cine francés), a los que el presidente del jurado había mencionado como parte fundamental a la hora de otorgar a la película el máximo premio.
Durante los últimos días en Cannes, las charlas de café se reducían a una incógnita: ¿cuánto va a dejar Nanni Moretti que decidan el resto de los jurados? El realizador italiano -con tanto genio en su arte como en su carácter- puede que haya cedido en el galardón a mejor director, pero el resto parece muy marcado por sus gustos. Esa mejor dirección ha recaído en Carlos Reygadas, por Post tenebras lux. El mexicano, que se llevó el mismo reconocimiento con su anterior trabajo, Luz silenciosa, dedicó el galardón a los periodistas que pitaron su filme durante la primera proyección.
Otro realizador que salió bien parado en el palmarés fue el rumano Cristian Mungiu, que ya ganó la Palma de Oro con Cuatro meses, tres semanas, dos días, y que ahora, con Beyond the hills camina entre el thriller -su filme destila tensión- y el drama con una historia de amistad dentro de un convento. Mungiu obtuvo el premio al mejor guion (cuando en realidad es superior su dirección), y sus dos protagonistas, Cosmina Stratan y Cristina Flutur, ex aequo recibieron el trofeo a mejor actriz.
El Gran Premio del Jurado recayó en el italiano Matteo Garrone, por Reality, una felliniana visión del mundo de los concursos de televisión al estilo Gran Hermano. El Premio del Jurado se lo llevó The angels' share, la vuelta de Ken Loach a la comedia: no será su gran película, pero desde deja un buen sabor de boca y combina su habitual mensaje social con personajes indolentes y chistes alrededor del mundo del whisky.
Mads Mikkelsen, un clásico del cine danés -que ha hecho sus pinitos en el mundo Bond y que incluso rodó en España en Torremolinos 73-, fue elegido mejor actor por su ajustada encarnación de un profesor de guardería acusado en un pequeño pueblo de pederastia en The hunt, de Thomas Vinterberg.
Varios datos que llaman la atención de la decisión del jurado, compuesto, junto a Moretti, por el modisto Jean Paul Gaultier; el actor Ewan McGregor; las actrices Diane Kruger, Hiam Abbas y Emmanuelle Devos; y los directores Andrea Arnold, Alexander Payne y Raoul Peck. Primero, la ausencia absoluta del cine francés, que participaba con los últimos trabajos de Leos Carax, Jacques Audiard y Alain Resnais (se rumoreaba que el cineasta, a sus 89 años, podía llevarse alguna mención por su carrera). Segundo, que todos los cineastas premiados ya habían sido galardonados previamente en otros Cannes: nadie nuevo se suma a la lista. Y tercero, que el nuevo cine estadounidense, tan alabado por Thierry Frémaux, el consejero delegado del certamen, en la presentación de la programación, se ha ido de vacío.
Finalmente, se desvaneció la única posibilidad de que el nombre de un cineasta español sonara en un acto presentado por Bérénice Bejo (The artist) y Benh Zeitlin se llevó la Cámara de Oro -mejor primera película en cualquiera de las cuatro secciones del certamen- con Beasts of the southern wild, que se llevó el Gran Premio del Jurado en Sundance.
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