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Los fans de Terenci Moix

Protagonistas del mundo de la cultura homenajean al fallecido autor catalán en el acto de entrega a Juan Bonilla del premio Gaziel de biografías y memorias

El escritor Eduardo Mendoza con Juan Bonilla, durante el acto en el que el segundo recibió el Premio Gaziel.
El escritor Eduardo Mendoza con Juan Bonilla, durante el acto en el que el segundo recibió el Premio Gaziel.Alberto Alonso Díez

“Con los vientos que soplan”, como dijo Carmen Balcells, organizar una velada literaria / fiesta, tiene su mérito. El motivo: la entrega del Premio Gaziel de biografías y memorias al escritor Juan Bonilla por El tiempo es un sueño pop. Vida y obra de Terenci Moix. Y como siempre que se trata de Terenci hubo añoranza, emoción, sonrisas, risas y carcajadas.

Balcells puso la guinda final: “He decidido crear el club de fans Terenci’s Club”. Virtual, claro, y con sede en el río Nilo. Boris Izaguirre, el presidente del club, expuso las cinco condiciones para ingresar: 1. Leer el libro de Juan Bonilla. 2. No tener miedo a cruzar la frontera entre la baja y la alta cultura. 3. No tener miedo de ser a la vez personaje y autor. 4.No tener miedo de las mujeres. 5. Saber al menos una anécdota de Sara Montiel. Después sonó Amami Alfredo! de La Traviata.

Los muchos amigos de Terenci Moix, desde Pere Gimferrer a Josep Maria Castellet, Lluís Pasqual, Emili Teixidor, Jorge Herralde, Lali Gubern o Elisenda Nadal y Ana María Moix, en primera fila, salieron del acto, que se celebró al anochecer del jueves, con la chapa del Terenci’s Club en la solapa.

Eduardo Mendoza fue el encargado de glosar El tiempo es un sueño pop. Vida y obra de Terenci Moix (RBA). “Es un libro excelente, bien documentado, ameno, instructivo y objetivo, presidido por el afecto a Terenci, pero riguroso y ecuánime, cuando tiene que elogiar elogia y cuando tiene que criticar critica”. Para Mendoza, lo más importante del trabajo de Bonilla es que desbroza la parte más escandalosa de su vida, su popularidad, de su trabajo como escritor. “Coloca a Terenci más allá del personaje querido y entrañable que pasó por nuestras vidas” y citó al realizador Sergi Schaaf: “Ante todo, Terenci Moix era un escritor”.

“Era reservado y tímido y a la vez bastante exhibicionista. Su vida estaba abierta al público”. “Terenci tenía el síndrome de la inseguridad crónica”, añadió Mendoza. “Tenía un conocimiento profundo, académico, de Egipto, pero no le daba importancia. Era un humanista. Era brillante y estaba íntimamente desesperado”.

Mendoza explicó que conoció a Moix en los años sesenta. “Fue una relación de amistad nunca frívola, por eso tengo recuerdos y no anécdotas. Hablábamos de literatura, de leer y escribir. De cosas serias e importantes”. ”Fue el escritor que más intensamente representó los logros y fracasos de nuestra generación”.

“Era complementario, en el otro extremo, de un escritor también de gran popularidad, Manuel Vázquez Montalbán. Eran tan populares que se les conocía por su nombre de pila, Terenci y Manolo. Es sorprendente que murieran los dos el mismo año. Manolo, muy discretamente en la quinta puñeta (el aeropuerto de Bangkok y Terenci, en un circo de tres pistas”. Mendoza se emocionó y emocionó a los asistentes. “Les encuentro a faltar mucho. Tengo la sensación de que formábamos parte de un mismo equipo y cuando se producen bajas se nota muchísimo”.

Juan Bonilla recibió el premio, dotado con 20.000 euros, de manos del Conde de Godó por la Fundación Condes de Barcelona y de Ricardo Rodrigo, por la Fundación RBA, entidades que otorgan el galardón. Bonilla fue breve. “Mi objetivo con este libro es reivindicar a Terenci Moix como gran escritor. Es una voz casi inverosímil en los años sesenta”. Explicó que fue en encargo del editor Toni Munné. “Se coció en la cocina de su casa. Munné quería hacer una colección de retratos de autores y me propuso Cela y los años cincuenta. Cuando vio mi cara rectificó. ‘Qué te parece Terenci y los sesenta?”. “Ana María Moix ha sido la primera lectora y correctora”.

Carmen Balcells, que odia hablar en público, dijo que estaba “nerviosísima”. “He estado a punto de no venir, quería morirme, pero hubiera sido una descortesía”. Emocionada, palabra que se repite pero es que así fue la velada, con las lágrimas al borde de los ojos pero sin llegar a caer, dijo que logró no llorar por Carlos Fuentes, “Y por ti, Mendoza, por lo que has dicho, ya lloraré mañana”.

Doña Carmen, la superagente literaria, ensalzó el libro de Bonilla. “Mi agradecimiento para este escritor joven, al que no represento, que ha tomado a otro escritor para remontar su valor literario por encima de toda banalidad”. “Quiero hacer también una laudatio a Ana María Moix, que tiene un futuro extraordinario”.

“Cuando los escritores mueren tienen la ventaja de que queda su obra. La lectura es el único recurso que nos queda para salvar el mundo”.

Luego la fiesta, todos con la chapa del Terenci’s Club puesta. “¿Te acuerdas de aquel día que Terenci…?”. “Yo cené con Terenci…”. “No puedo olvidar su funeral”. “Recordaré para siempre el día en que murió Manolo, fue un impacto”. Los asistentes compartieron sus recuerdos.

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