La alta costura del libro de fotografía
PhotoEspaña organiza un taller con Gerhard Steidl, gurú de la edición de libros
“Lo digital está hecho para ser olvidado y lo analógico para ser recordado”. Esta es la máxima de Gerhard Steidl (Göttigen, Alemania, 1950), el gran maestro de la edición de libros de fotografía, que ha presidido este fin de semana el programa pedagógico Campus de edición de libros, en el centro cultural Antiguo Hospital de Santa María La Rica, en Alcalá de Henares (Madrid), que organiza PhotoEspaña desde hace tres años. La convivencia y harmonía entre la fotografía y los libros es una necesidad tanto para el artista como para el espectador de su obra. “La fotografía está pensada para los libros, pero en los últimos años el mercado está cambiando mucho y los volúmenes de fotografía se han convertido en objetos de coleccionista”, asegura el alemán.
Los libros desembocan en algo muy humano: están hechos para las yemas de los dedos, para los ojos, para el olfato”
En este taller, que ha durado todo el fin de semana, participan 15 artistas que previamente han superado un proceso de selección. Casi todos son fotógrafos o artistas interesados en el proyecto editorial, que tienen intención de conocer más acerca de diseño, edición y otros elementos tipográficos para sacar el máximo partido a sus trabajos. Entre los participantes hay importantes nombres del mundo de la fotografía en España, como David Jiménez o Txema Salvans. Artistas de Estados Unidos, Rusia, Argentina o México han viajado hasta Alcalá de Henares para dejarse guiar por el olfato infalible de Gerhard Steidl.
Este gurú de la edición y el diseño necesita conocer al artista a fondo, entrevistarse con él varias veces y entender su trabajo a la perfección. Cada pieza, cada volumen editado por Steidl es una obra de arte en sí misma. “Mi filosofía es calidad, calidad y calidad. Mis libros están hechos para gente que los aprecia, porque cada uno de los procesos de producción pasa enteramente por mí cabeza y por mis manos. Desde la selección y orden de fotografías, la elección del papel, de la tinta, la imprenta, la encuadernación hasta la distribución. Es como la alta costura, intento cuidar hasta el más mínimo detalle, por eso estos libros no pasan de moda”. Todo el proceso se realiza en su propia empresa, en una pequeña ciudad universitaria de 40.000 habitantes, en el corazón de Alemania, llamada Göttigen.
Rotundo detractor de la cultura digital, Steidl exlica la necesidad de la edición, que no puede proporcionar el gigante virtual: “Los libros desembocan en algo muy humano, en los sentidos: están hechos para las yemas de los dedos, para los ojos, para el olfato”.
A su taller de Göttingen llegan una media de 800 proyectos anuales, de los que se rechazan el 85%
Steidl fundó su editorial e imprenta siguiendo el modelo de Gutemberg. “Si él editó, imprimió y vendió la Biblia, y lo hizo bien, yo me dispuse a hacer lo mismo pero incluso mejor, aprovechándome de los nuevos medios tecnológicos”. Y tanto que mejor. Este alemán hijo de panadero, montó la empresa hace 43 años, cuando tenía 17, tras el impacto que le causó conocer a Andy Warhol. La paleta de colores de su obra le produjo tanta inquietud que se propuso plasmar de la manera más fiel el arte en papel, sin que este perdiese un ápice de credibilidad. Durante años se dedicó a la edición de libros de literatura. Posee los derechos del nobel Günter Grass, de John McGahern, de A.L. Kennedy, del también nobel de literatura Halldór Laxness, por citar a unos pocos, pero su pasión por la fotografía le condujo a la especialización en este campo. Hoy Steidl Publishers produce más de 300 volúmenes al año y posee los derechos de los fotógrafos y creadores más importantes del momento, como Joel Sternfeld, Mitch Epstein, Richard Serra o Karl Lagerfeld.
Los volúmenes que produce Steidl Productions no son ni mucho menos ediciones limitadas. Su fundador no cree en las pequeñas tiradas por capricho o exclusividad. “Imprimo tantos ejemplares como pueda vender porque los libros son un objeto democrático, todo el mundo debería poder acceder a ellos”.
¿Pero puede acceder cualquier artista a ser editado, diseñado, impreso y distribuído por Steidl Productions? Lo cierto es que no. A su taller de Göttingen llegan una media de 800 proyectos anuales, de los que se rechaza el 85%. “Vivimos un momento de boom en este sentido, nunca antes habían habido tantos artistas". A pesar de esta proliferación masiva de creadores, Steidl es consciente de que está a punto de encarar un ocaso provocado por otros factores, lamentablemente más ecomómicos que artísticos: "Si no hay negocio de financiación, la calidad cae. Si no hay calidad, entonces se acabó el negocio. Por lo menos por mi parte".
Babelia
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