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La casa encantada de Bayona y Keane

Un genio español de las imágenes y unos maestros británicos de los sonidos Bayona y Keane se unen a las afueras de Barcelona para rodar una minipelícula de terror Será el videoclip más esperado de su nuevo disco

Al llegar a la casona se ve a un hombre sudoroso, en camiseta, cavando a pico y pala una tumba. ¿Para quién es ese agujero? “Para Tom Chaplin, el cantante de Keane. Su pareja se lo carga y lo entierra en el jardín, pero luego resulta que regresa en forma de fantasma y se pasea por la casa, supongo que haciéndole la vida imposible a su ex”. Lo cuenta desenfadado uno de los ayudantes del realizador Juan Antonio Bayona, que rueda en Barcelona el nuevo vídeo (con producción de Canada) de Keane, la banda superventas que se hizo famosa en 2004 por despacharse un disco de pop elegante, Hopes and fears, aclamado por la crítica y hecho íntegramente sin guitarras. El grupo de Battle, un pueblito al sureste de Inglaterra, regresa con nuevo trabajo –el cuarto– tras cuatro años de silencio solo roto por un EP, Night train, en 2010, que el propio compositor, Tim Rice-Oxley, considera un “proyecto paralelo” de la banda.

Tom Chaplin, el cantante de Keane, en un momento del rodaje
Tom Chaplin, el cantante de Keane, en un momento del rodajeAlbert Jodar

Es el primer fin de semana de marzo y estamos a poco más de una hora en coche de Barcelona, donde el equipo de Bayona ha localizado en el pueblo de Capellades la casa perfecta para filmar una película en la que, con humor, “se suceden uno tras otro los tópicos de las películas de terror norteamericanas e italianas de los setenta”. Eso es lo que el director de El orfanato ha ofrecido a Keane para ponerle imágenes a Disconnected, uno de los temas contenidos en su nuevo trabajo titulado Strangeland. La casona es imponente, enorme, con muchas estancias donde rodar y con un aire de decadencia perfecto para transmitir, al menos, un ambiente inquietante.

El saloncito verde parece una caja de grillos. Es prácticamente imposible entrar en esa habitación. Los raíles y el vagón que lleva la cámara para el travelling son muy aparatosos, pero también el piano, la batería, el bajo, los pies de micro y todo el atrezo necesario para la toma; aunque lo que más dificulta el acceso es el ejército de gente que se sitúa tras la cámara y sale y entra frenéticamente por la puerta. “Es un lujo ver cómo trabajan y lo complicado que puede llegar a ser fabricar una pequeña película de tres minutos como esta. Estos tíos tendrían cosas mucho más importantes que hacer que este vídeo y, míralos, aquí están. Es una maravilla. Tenemos mucha suerte”, dice Rice-Oxley, consciente de que el director acaba de terminar de rodar Lo imposible, con Ewan McGregor y Naomi Watts.

Termina la toma y Juan Antonio Bayona, siempre acompañado por su guionista Sergio G. Sánchez, despega la vista del monitor, instalado en el pasillo, donde escruta el resultado de su trabajo. Es el momento para cazar a lazo a los dos amigos y colaboradores. “Nos declaramos groupies de esta banda”, dice el director. Sánchez, autor del guion de El orfanato y también de esta historia de terror para Keane, va más allá: “En mi despacho tengo un póster del grupo firmado por los tres integrantes originales (en 2011, Jesse Quin se incorporó oficialmente como bajista). Tengo todas las camisetas de todas las giras, tengo chapas, tengo hasta una careta de la cara de Richard Hughes (el baterista) que cuando me la pongo parece que no me he puesto nada”. Bayona replica: “Dios mío… Yo no llego a tanto, pero, desde luego, si miras mi iPod, están todos sus discos, sus singles e inéditos. Más allá de discos o singles, Keane es un grupo de canciones, de esas que ya no se hacen. De melodía. Podrían ser temas portuarios, de escoceses que llegan al pub de trabajar y se ponen a cantar. Tienen cosas que podrían ser canciones de películas de los años cuarenta. Eso es lo que me gusta del grupo”.

Dicen los dos cineastas que se conocieron el mismo año en el que Keane lanzó su primer disco. Entonces comenzaron el proceso que llevaría al estreno de El orfanato en 2008, la primera película de Bayona que triunfó no solo en España, sino también en salas de medio mundo. “La música de Keane ha formado parte de la banda sonora de nuestra vida profesional. Así que cuando promocionábamos en Londres la película, hicimos lo posible por conocerlos y notamos que había admiración mutua”. Rice-Oxley lo confirma: “Vinieron a vernos a Londres a un concierto de presentación de Perfect symmetry (su tercer disco), y recuerdo que a Tom y a mí nos había encantado El orfanato. Allí comenzó la idea de poder colaborar”.

La actriz y cineasta Leticia Dolera interviene en el rodaje
La actriz y cineasta Leticia Dolera interviene en el rodajeAlbert Jodar

Bayona y Sánchez solo han escuchado 5 de los 12 temas que componen Strangeland y puede resultar interesante ponerles en la tesitura de ejercer de críticos musicales. “Creo que este nuevo disco es la esencia de Keane sublimada. El tema que estamos haciendo, Disconnected, podría estar en su primer disco. Han vuelto a su primera época, y eso me gusta. Además, todas sus canciones cuentan buenas historias”, afirma Sergio Sánchez. Bayona lo analiza desde un prisma más sentimental: “Su atracción es el desencanto. Ellos y nosotros pertenecemos a una generación de sobreprotegidos en la que cuando algo va mínimamente mal, todo se nos viene encima. Hacernos mayores se nos hace un mundo, y eso está en sus canciones. Hay un tema en este disco que se llama Sovereign light cafe que es una preciosidad de canción sobre el desencanto, sobre la infancia, sobre volver al lugar donde creciste e intentar que se te reconozca o reconocerte tú mismo. Es la idea pura del desencanto. Es de otra época. Sencillamente, una gran canción. No intentes meterla entre Jennifer Lopez y Rihanna porque está fuera de lugar. Es probablemente una de las mejores canciones que han hecho nunca y está en este último disco. Y, mira, si un artista logra dos o tres temas que se te queden para toda la vida, me da igual que el disco sea mejor o peor. Aunque lo que hemos escuchado es muy bueno”.

Los encargados de la película vuelven al trabajo a preparar las cosas para una nueva toma en la que habrá lluvia de hojas. Los músicos, sin haber escuchado el veredicto de Bayona y Sánchez, se pronuncian: “Hemos querido hacer muy evidente a Keane en este disco. Basarnos en nuestras mejores armas. Nuestras señas de identidad: la voz y los teclados. Volver a la esencia. Con Perfect symmetry cometimos el error de no simplificar. Ahora nos hemos tomado el tiempo necesario hasta dar con unas canciones que podrían ser singles potenciales”. Un proceso que ha llevado más de tres años y en el que Rice-Oxley compuso más de un centenar de temas.

Pero no solo han vuelto a la sencillez formal; además retoman el formato que les hizo grandes: la ausencia de guitarras. “Tom odia tocar la guitarra”, bromea Rice-Oxley, “y casi no las hay en Strangeland. Creo que muchas bandas basadas en las guitarras intentan sonar como otros grupos. Y con toda la modestia del mundo, creo que nosotros encontramos un sonido que sabemos hacer muy bien. Tenemos que creérnoslo. A la gente le gustan mis canciones, les encanta la voz de Tom, y con los teclados creamos unas texturas que nos diferencian de otras bandas. Instintivamente hemos vuelto a aquello”, explica Rice-Oxley. “Sovereign light cafe fue lo primero que compuse para Strangeland y se convirtió en la piedra angular de todo el álbum. Ese café es un establecimiento corrientucho. Pero, pese a ser mundano, esconde una extraordinaria belleza. Creo que ahí es donde se esconde la metáfora. Desde Hopes and fears nos ha gustado contar historias pequeñas. Ese es parte del poder de nuestras canciones. Podría parecer más interesante lo que pueda ocurrir en Las Vegas o en Londres… Pero las mejores historias están escondidas entre gente normal de cualquier pueblo normal”.

El rodaje en Barcelona se realizó en dos días de marzo
El rodaje en Barcelona se realizó en dos días de marzoAlbert Jodar

Rice-Oxley habla despacio, con honestidad y reflexivamente: “Strangeland es un viaje de redención. Es un intento de pasar por encima de lo malo y sobrevivir. Muchas de las canciones destilan un gran sentimiento de pérdida y de arrepentimiento. En un sentido emocional, es como un viaje a través de la oscuridad para, literalmente, llegar a la luz. Todos hemos cometido errores, en ocasiones grandes errores, y el disco habla de ese viaje hacia el otro lado, hacia el lugar en el que te encuentras a ti mismo y te perdonas”.

Tom Chaplin es más expeditivo: “Sí. En cierto modo esta colección de canciones para mí significan: ‘De acuerdo, han pasado tiempos de mierda, pero los hemos superado y seguimos juntos como amigos”.

Lo dicho, como lo define Bayona: “La idea pura del desencanto. Un gran disco”. Aunque sea en una casa encantada.

'Strangeland' (Universal), cuarto disco de Keane, sale a la venta el próximo 7 de mayo

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