Un reto de narices
El premio Vila Viniteca de cata por parejas, abierto a todos los apasionados del vino El concurso, que se celebra el 25 de marzo en Barcelona, alcanza ya su quinta edición
Quim Vila, un sabio loco del vino, ha hecho profesión de su pasión. El empresario catalán, responsable de Vila Viniteca, firma ubicada en el barrio barcelonés de El Born y vinculada a la divulgación enológica desde 1932, viaja por todo el mundo con la nariz como escáner de novedades y el instinto básico del buen bebedor. Incluso lleva la coordinación de los vinos españoles en una gran tienda del exclusivo barrio de Ginza en Tokio, Spain Club.
Por ese afán de curiosidad vinícola, creó el concurso de cata por parejas, Vila Viniteca, abierto no solo a profesionales sino a todos los aficionados y entusiastas del néctar de las uvas. Y además, como apunta la experta Xandra Falcó (Pagos de Familia), integrante del jurado, “es un concurso único en el mundo”. Porque los vinos se prueban en pareja, lo que obliga a consensuar la puntuación de cada copa; porque se realiza una cata a ciegas, que es todo un reto a las narices y al instinto básico de los participantes, y porque la dotación económica es de brindis: 20.000 euros para la pareja ganadora, 7.000 para la segunda clasificada y 3.000 euros para la tercera pareja finalista. Y también hay lotes de vinos y de las prestigiosas copas Riedel.
La competición cumple ya su quinto año, y con la cantidad más elevada de galardones: 30.000 euros en total. El próximo domingo 25 de marzo, en la Llotja de Mar de Barcelona, competirán 120 parejas. Las inscripciones ya alcanzaron el máximo de aforo dos meses antes de la celebración del concurso y, según Quim Vila, “este año se ha registrado un overbooking de solicitudes”.
En esta edición, los concursantes son europeos, con una destacada participación de franceses. En otras ediciones se han presentado parejas de distintos continentes. En las dos partes que estructuran el concurso,tanto en la fase clasificatoria como en la gran final, se catan siete vinos: dos blancos, tres tintos y dos “especiales” (cavas, champagnes, jerez, oporto, fortificados…). Aunque el concepto es “probar vinos del mundo”, el protagonismo es español.
Cada pareja tiene que descubrir de qué país es el vino, cuál es la zona y denominación de origen, la variedad de uva, la añada, el elaborador y la marca. Efectivamente hay que poseer buena nariz, sensibilidad y atrevimiento a la hora de la elección. La experiencia cuenta, por supuesto. Conocidos sumilleres se presentan cada año al reto Vila Viniteca, pero los aficionados no profesionales también dan la talla como catadores, según el balance de la competición.
Otra peculiaridad de estas catas por parejas es que cada año se alterna la celebración entre Madrid y Barcelona. Para los interesados en la edición de 2013, apunten la fecha de inscripción: el 6 de enero. Falta mucho, pero todo tiempo es poco para entrenar los sentidos del experto catador.
Babelia
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