Paisajes sin ríos ni montañas

En la década de los 60, el arte conceptual arraigó como en ningún otro lugar entre los jóvenes creadores de los Países Bajos. Los artistas pasaron de ser dioses a personajillos chiflados y la obra de arte perdió su carácter sagrado. Lo importante era el proceso. Como cabría suponer, Un paisaje holandés, la exposición que hoy se abre al público en La Casa Encendida, tiene de todo menos ríos y montañas. Nada de paisaje. Al menos, tal como se ha entendido de manera convencional. La Naturaleza está presente, pero de de otra manera. Hay fotografías que persiguen las sombras, anotaciones sobre repetitivas caminatas, el retrato de las alteraciones que una gota de agua hace en el océano. Es la documentación de una idea o de muchas. Y es, un apunte muy completo de lo que se verá en Arco en el espacio ocupado por las catorce galerías participantes en la feria.

Pero el proyecto de la exposición de la Casa Encendida nació antes de que se supiera que Arco estaba dedicado a los Países Bajos. El arte conceptual en Holanda es la especialidad del comisario, el también crítico Javier Hontoria. Su propuesta fue aceptada en cuanto se conoció el contenido del certamen.

Las obras están distribuidas en dos salas del edificio y están firmadas por Bas Jan Ader, Marinus Boezem, Jan Dibbets, Ger van Elk, Stanley Brouwn, Feiko Beckers, Gwenneth Boelens, Katja Mater, Sharon Houkema, Martin In’t Veld, Navid Nuur, Marijn van Kreij.

Hontoria ha dispuesto las obra de manera que se ve la interrelación entre todos ellos."En general eran artistas solitarios cuyos conceptos de arte coinciden en el tiempo", explica Hontoria. El tiempo, el azar, las dudas, la repetición, los gestos, los comportamientos, son algunos de los temas presentes en la exposición.

Bas Jan Ader, auténtico líder del movimiento, es uno de los artistas más representados en la exposición. Una de sus piezas más llamativas es un vídeo en el que las protagonistas son las lágrimas. La vida de Ader, sobre todo su final, es toda una pieza del arte conceptual. Nacido en Winschoten (Holanda) en 1942, desapareció en pleno océano viajando en una pequeña barcaza desde Cape Cod, (Massachusetts) hasta Irlanda. En la travesía intentaba aplanar el movimiento de las olas repitiendo una misma acción de contención. Nunca se encontró su barca ni su cuerpo.

La noción de tiempo es el tema de muchas de las piezas. Una de las más sorprendentes está firmada por Marijn van Kreij. Un ejemplar del diario EL PAÍS colocado junto a las llaves de un coche y el cambio de los cinco euros que se han utilizado para pagar el diario, integran la obra. El tiempo también se puede representar con objetos alusivos a la meteorología. Una de las piezas de Dibbets, Informe sobre el tiempo, recopila quinientas copias de las previsiones del tiempo del Instituto Holandés de Meteorología del 26 de septiembre de 1968.

Navid Nuur, (Teherán, 1976), con exposición actualmente en el Matadero y cuya obra estará casi omnipresente en Arco, es esencial también en esta exposición. Una pieza suya, Where you end, I begin (2011) sirve de arranque de esta muestra. La pieza está montada en torno a una nota de prensa de la propia Casa Encendida en la que se informa de la exposición. Falta el punto final. El signo de puntuación es, por sí mismo, el segundo componente de la obra. Son dos objetos gemelos que sirven para revisar el momento y para investigar el aquí y el ahora que sigue marcando la pauta de investigación de los artistas holandeses más jóvenes.