"Al comienzo, la cultura no tiene nada que ver con el dinero"
El periodista y autor que se hizo popular a través de un blog defiende la creación artística sin presupuesto y relanza 'Orsai', una revista literaria sin publicidad con la que ya perdió más de 50.000 euros
Esta entrevista forma parte del proyecto final de la asignatura de Digital de los alumnos de la 25ª promoción de la Escuela de Periodismo UAM / EL PAÍS 2011
A Hernán Casciari (Mercedes, provincia de Buenos Aires, 1971) se le acaban de escapar más de 50.000 euros con Orsai; una revista cultural sin publicidad, de alta calidad gráfica y literaria, cuyo precio variaba en cada país y en España era de 16 euros. En lugar de rendirse, insiste. Ahora pide, a través de su blog, 5.000 suscriptores para sostener seis números en un año y promete que esta vez lo hará bien. El coste para los lectores seguirá dependiendo del país, de los gastos de envío y de la cantidad de ejemplares que soliciten. Un español pagará, por ejemplo, entre 12 y 13,50 euros por número.
Orsai se ha ampliado y ha creado una editorial con el mismo nombre de la publicación. En su verborragia mezcla castellano de España y de Argentina, su país natal, y da la impresión de que está muy seguro de sí mismo. Hace 10 años dejó su tierra para mudarse a Sant Celoni, Barcelona, donde vive con su familia. Este escritor y periodista criado en los blogs utiliza un lenguaje coloquial y reiterativo; no queda claro si escribe como habla o habla como escribe.
"En nuestra editorial los lectores son los editores"
"Trato de que un tipo que nunca leyó nada entienda mis textos y al mismo tiempo que un lector voraz no se aburra"
"Un tipo que se traba en la financiación no tiene tantas ganas de hacer aquello"
"Hay un mundo viejo, muy siglo XX, donde las cosas ocurren con gente con corbata y yo decidí no mirar ese mundo"
Casciari tiene experiencia en triunfar sin un duro. Su blognovela diario de una mujer gorda pasó al papel en 2005 y ese mismo año su blog fue elegido como el mejor del mundo por la cadena de radiotelevisión alemana Deutsche Welle International que, con los premios Bobs, reconoce la importancia de las bitácoras como herramienta de comunicación. Al año siguiente otro grupo editorial imprimió su libro.
Diario de una mujer gorda cuenta la vida cotidiana de una ama de casa argentina en plena crisis económica. El argumento fue adaptado al teatro en Argentina con el título Más respeto que soy tu madre (el mismo que el libro) y se ha convertido en una de las obras más taquilleras en ese país. El director de cine Juan José Campanella está esperando que la obra se retire de cartel para comenzar el rodaje de la película. Con una parte del dinero (unos 100.000 euros) que gana por los derechos de autor, Casciari transformó su blog Orsai en una revista que incluye relatos y reportajes únicamente de autores y periodistas que él y su socio, Christian Basilis, Chiri, admiran muchísimo, según explican en un editorial. A mediados de diciembre lanzaron la convocatoria para la segunda edición. La experiencia lo ha convencido de que la creación cultural no necesita financiación para existir.
Pregunta: ¿Qué pasó con Orsai?
Respuesta: El primer año perdimos bastante, entre 50.000 y 60.000 euros pero es menos de lo que pensábamos perder que eran unos 100.000. Este año vamos a perder menos y el próximo vamos a tratar de no perder nada. En realidad no perdimos porque invertimos para que Orsai fuese una marca conocida y lo es. Aprendimos mucho. No teníamos idea de logística y distribución y ahora estamos entendiendo más o menos cómo funciona. En realidad fue una buena inversión.
P: ¿Y qué va a cambiar?
R: Vamos a pedir a los lectores que se suscriban por los seis números del año. Los gastos de envío ya no van a correr por nuestra cuenta. Va a haber tres puntos en el mundo donde la revista va a ser baratísima, España, Argentina y México, pero si vives en Tailandia, por ejemplo, ya no vamos a subvencionar nosotros el envío. Igualmente el mismo día que salga la revista estará el archivo colgado en nuestra web para descargarlo gratis. Tan pronto como se consigan los 5.000 suscriptores, saldrá la revista. Va a haber infinitas posibilidades para comprarla, con o sin intermediarios, en grupos de 10 o como quieras.
P: Quería evitar a las grandes empresas culturales pero ¿No se está transformando en una?
R: No estamos tratando de evitar ser grandes sino cagadores [timadores]. Tenemos muchas ganas de ser grandes. No estoy en contra de las empresas grandes sino de ser hijo de puta.
P: En un editorial de Orsai se preguntaba cómo esquivar una crisis que acecha ¿Cómo se hace?
R: En realidad hablaba de una crisis existencial, de los 30 o los 40. En las crisis que he tenido o que visto venir, lo que he hecho es esconderme en otro lado, cambiar de rumbo, huir y ahora voy a hacer lo mismo. El año que viene la revista va a ser completamente diferente a lo que era. A mí me resulta mucho más divertido estar en peligro, experimentar y arriesgar. Cuando empecé a publicar en Internet, entre 2002 y 2003, tenía un trabajito que me daba de comer y me tomaba dos horitas para escribir porque me resultaba vital. Esas boludeces que escribí después se transformaron en una obra de teatro que está teniendo mucho éxito en Argentina y que me da de comer y me va a dar de comer de acá a la eternidad porque es tanto dinero que va a alcanzar para mucho tiempo. Estamos esperando que la obra deje de tener tanto éxito para hacer la película que está en carpeta desde hace dos años. Que esa obra iba a ser la más taquillera de la historia argentina no lo tenía previsto. Tienes que hacer lo que te gusta. Lo que no se puede es estar pensando si eso te va a dar de comer.
P: ¿Se puede hacer cultura sin dinero?
R: A mí me da la impresión de que en estos últimos 10 o 15 años, se está desplazando el paradigma del capital de la inversión. En el siglo XX tu única posibilidad de inversión era el dinero y en este momento tu capital es el prestigio. Que si buscan el nombre de tu empresa en un buscador no encuentren a un tipo que se haya mandado cagadas [se refiere a la credibilidad del autor]. Con ese capital se puede hacer cualquier cosa.
P: ¿Qué ventajas tiene hacer cultura sin dinero?
R: Yo no hago cultura sin dinero, yo hago cultura con muchísimo dinero. Cuando sos un absoluto desconocido internet y los blogs son un escaparate inigualable. Cuando no tienes dinero para hacer las cosas, tienes tiempo y una idea y lo que necesitas es gente del otro lado, no dinero. La cultura no tiene absolutamente nada que ver con el dinero en un punto inicial. Después, cómo hace para comer ese hombre es otro tema que no tiene nada que ver con la cultura sino con los mecanismos de producción de la cultura. Yo he pasado más de una década escribiendo sin vivir de eso. Nunca pensé que iba a poder dedicarme a escribir mis boludeces de ficción.
P: Hay muchos artistas que apelan a las subvenciones...
R: Eso es si vos tenés ganas de seguir jugando con el mundo viejo. Si a mí se me ocurre hacer una película en lo último que haría sería pedir una subvención. Eso lo hace la gente que tiene ganas de codearse con políticos. Si quieres hacer una peli, la podés hacer, no es tan caro como antes.
P:No todos piensan así.
R: Yo tengo clarísimo que hay un mundo viejo, muy siglo XX, donde las cosas ocurren con gente con corbata y yo decidí no mirar ese mundo. Hago de cuenta que no existe y me chupa un huevo absolutamente todo lo que pasa de ese lado porque sé que huele a podrido. Al mismo tiempo hay otro mundo que está floreciendo donde hay gente buenísima que tiene muchas ganas de hacer cosas, de leerlas y disfrutarlas. Y esa gente se ofrece para poner 10 pesos o la pintura para pintar y yo vivo en ese lado. No me interesa cómo funcionan las subvenciones ni la ley Sinde. No leo esa parte del diario y no discuto sobre ese tema.
P: ¿En qué proyectos editoriales trabajan?
R: En nuestra editorial los lectores son los editores. Que un tipo que es un empleado de una editorial pueda decidir qué funciona y qué no me parece pedante y ridículo. En nuestro sistema, si vos tenés una novela te pedimos que no nos la muestres sino que redactes lo que creés que sería la contraportada. Algo muy potente y comercial que convenza a los inversores de publicar la novela. Cuando tenga una cantidad suficiente de votos, pasamos a mostrar 15 páginas de esa obra. Si vuelve a obtener equis cantidad de votos publicamos lo que sería la portada de ese libro y la cantidad de ejemplares que será necesario prevender y una fecha de caducidad. Por ejemplo, hay que vender 2.000 ejemplares de acá a un mes y medio. Entonces toda esa gente que votó, lo compra a un precio muy inferior al de una librería. Si no se llega en ese tiempo a los 2.000 compradores, se le devuelve el dinero a todo el mundo y esa obra vuelve a ser solapa. Si se llega, inmediatamente el autor cobra el 50% del precio de venta al público de su obra, en lugar del 8 o del 10 que se ofrecen casi todas las editoriales y cada lector recibe su libro y somos todos felices. El primer contrato de este tipo lo firmamos hace poquito con Horacio Altuna para publicar Cuadernos Secretos.
P: ¿Qué consejo daría a los artistas que quieren vivir de lo que les gusta pero no consiguen financiación?
R: Un tipo que se traba en ese punto no tiene tantas ganas de hacer aquello. Imagínate a un pintor del siglo XVII trabándose en la financiación. No es una traba eso. Lo es cuando tu pereza es enorme y necesitas una excusa demoledora para no hacerlo. Si estás obsesionado con algo podés estar cagadísimo de hambre pero escribirás tu soneto mientras te duelen las tripas en la barriga.
P: ¿Ya pasó el boom de los blogs?
R: Antes cualquiera tenía un blog, hasta mi madre tenía uno. Ahora están el Twitter y Facebook que sirven para filtrar a las personas que no tenían nada que decir y en los blogs quedan quienes realmente tienen algo para aportar y el resto se va a lo que está de moda.
P: ¿Cómo es su lector modelo?
R:Una vez hice un identikit [un perfil] del lector promedio de Orsai basándome en las estadísticas del blog. Tiene 29 años, es mujer, profesional y vive en una ciudad de más de un millón de habitantes y la mayor cantidad no se corresponde con el país de origen del autor. Cuando escribo trato de llegarle a mi padre aunque haya fallecido y a Chiri. Trato de que un tipo que nunca leyó nada entienda mis textos y al mismo tiempo que un lector voraz no se aburra. Escribo conversando con esos dos extremos.
P: ¿Está orgulloso de sí mismo?
R: Pienso mucho en los proyectos que teníamos con Chiri a los 17, lo que queríamos ser de grandes y me acuerdo de eso y siento no orgullo sino alivio de que el chaval aquel no siente vergüenza del hombre de 40 que soy ahora.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.