La música rinde homenaje al rey del pop

Miles de entusiastas de las canciones, los movimientos y la personalidad y vida de Michael Jackson se han reunido esta noche en un concierto homenaje organizado por los hermanos del fallecido rey del pop. Un homenaje del mundo de la música, en el que participaron artistas como Christina Aguilera, Cee Lo Green, Gladys Knight y Smokey Robinson, con el que la familia del cantante quería arrojar un poco de luz después de la gran controversia que ha rodeado la muerte del cantante, y más desde que la semana pasara se iniciara el juicio contra su médico Conrad Murray, acusado del homicidio involuntario de Jackson.

Una de las mayores y más esperadas sorpresas de la noche vino cuando los tres hijos de Michael Jackson, Blanket, Paris y Prince Michael, subieron al escenario montado en el estadio del Milenio de Cardiff (Gales) para rendir homenaje a su padre junto a las figuras de la música. Vestidos con trajes similares a los que solía llevar el rey del pop, los tres tomaron parte del concierto titulado "Michael Jackson Para Siempre". Los hijos se llevaron los aplausos de la multitud cuando presentaron a la cantante Beyoncé. Aunque la embarazada cantante no estuvo en Cardiff, sino que actuó a través de un vídeo.

Sobre si los tres seguirán los pasos de su padre, Jackie Jackson dijo que era prematuro saberlo, pues "son jóvenes y tienen camino por recorrer pero disfrutan de la música tanto como su padre". Jackie Jackson también afirmó que la familia estaba feliz de responder de alguna manera a los "fans" de Reino Unido pues han sido "fantásticos con mi familia" durante mucho tiempo.

Organizado por los hermanos del cantante -Tito, Marlon y Jackie, que estuvieron acompañados también por su hermana La Toya, que actuó por primera vez en un concierto tras años de ausencia-, y aunque en un principio el evento estuvo marcado por aparentes disputas familiares y las pocas ventas iniciales de entradas, al final se consiguieron vender unas 40.000 entradas de un espectáculo de cuatro horas lleno de música y baile que fue presentado por el actor Jamie Fox. Paul King, uno de los organizadores, comentó hoy que "de repente, esta semana todo explotó y ayer estábamos vendiendo mil entradas por

hora". Las entradas más caras para el concierto se vendieron a 240 libras (unos 271 euros) cada una.

Las supuestas disputas familiares habían puesto en duda el éxito del evento, ya que los hermanos del cantante Jermaine y Randy lo consideraron inapropiado puesto que está en marcha en Estados Unidos el juicio contra el médico del cantante, fallecido en junio de 2009.