Arte conceptual para llevar
El Reina Sofía expone en sus salas un video de Andreas Fogarasi que también se puede contemplar en la web del museo
El arte óptico del campeón de las vanguardias Victor Vasarely penetró en plena era de la reproducción mecánica en los salones de los solteros de oro, en esos portales con moqueta en las paredes y en las salas de espera de dentista de medio mundo. Resultó en los sesenta y setenta como ese toque de modernidad que todos deseaban en sus vidas. El Museo Reina Sofía vuelve a mandar al creador franco húngaro a casa con la muestra Vasarely Go Home! (2011), de Andreas Fogarasi (Viena, 1977), que consiste en una serie de fotografías y formas geométricas sobre pedestales de mármol vocacionalmente barato ("el que se usa en las encimeras de baños y cocina", según el autor) y un video de una hora sobre los hechos que rodearon a la inauguración de una retrospectiva de Vasarely, que tuvo lugar en un museo de Budapest el 18 de octubre de 1969, con la que el régimen pro soviético de la República Popular de Hungría, entonces bajo la égida de János Kádár, quiso apropiarse de sus abstracciones para transmitir una idea irreal de normalización cultural.
El documental trata sobre los recuerdos de aquella noche, el malestar de la comunidad artística local ante el advenimiento del gran hombre, entonces convertido en "un creador de retículas para decorar alfombras geométricas", según el mordaz crítico Géza Perneczky, y la acción de János Major, "uno de los miembros con mayor talento (y de los más humildes) de la nueva vanguardia húngara". El tipo se presentó al cóctel con un cartelito con la frase "Vasarely go home!" (¡Vete a casa, Vasarely!). "Cada vez que veía a alguien conocido entre la multitud, lo sacaba del bolsillo, echaba un vistazo a su alrededor para asegurarse de que los no iniciados no le vieran, y lo blandía". La pieza, de cerca de una hora, se presenta en la planta baja del edificio Sabatini con las liturgias del videoarte: la pantalla gigante, la escenografía, el afán escultórico. La diferencia esta vez es que la filmación se puede ver íntegra en la web del museo: vasarelygohome.museoreinasofia.es
No abundan las iniciativas democráticas en un medio que se basa en la exclusividad, pese a comercializarse en soportes tan poco únicos como el DVD. "Los videoartistas no quieren difundir su obra en Internet porque temen acabar con un mercado que se basa en poseer lo que otros no tienen", explicaba Fogarasi la semana pasada en las dependencias del museo.
León de Oro en la Bienal de Venecia de 2009, este prometedor artista conceptual fue elegido por "su creación cercana a la antropología", según el director Manuel Borja-Villel, dentro del programa Fisuras del Reina Sofía, que permite la entrada de propuestas jóvenes por las grietas que dejan la colección permanente y el calendario de exposiciones temporales. Con esta obra (y la serie situada en la terraza de piezas de mármol con logotipos recortados de instituciones de promoción cultural en el extranjero, como el Goethe Intitut o el Cervantes) Fogarasi pretende reflexionar sobre la instrumentalización del arte con fines políticos y sobre el proceso de penetración del mensaje de creadores como Vasarely en la cultura de masas.
El dispositivo permite contemplar con calma el material (compuesto por entrevistas con artistas, críticos y otros poseedores de recuerdos de lo sucedido aquella noche) en cualquier soporte y en las condiciones más convenientes. Y exime al espectador interesado de pasar un rato que probablemente no tenga en la frialdad de la sala de un museo contemplando un video. No parece una mala idea si, como se ha estudiado, la media que un visitante emplea ante una obra de arte es de dos minutos.
Babelia
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